Hace unos días fui invitado a la televisión para hablar de los últimos detalles del triple crimen de Gral. Rodríguez, más que nada porque había sido detenido uno de los autores intelectuales del hecho, a quien yo señalé en agosto de 2008, mucho antes de que los medios siquiera lo mencionaran. Se trata de Martín Lanatta, un funcionario inorgánico del Renar muy cercano al jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández.
Vale un paréntesis a la anécdota en este punto, ya que siempre sostuve que el asesinato de los “empresarios” nada tenía que ver con efedrina, sino con la mafia de los medicamentos y los aportes de campaña del Frente para la Victoria del año 2007, donde se blanqueó dinero, presumiblemente del narcotráfico.
Hete aquí que en su momento fui duramente cuestionado por salirme del libreto oficial de la efedrina y por señalar a un personaje como Lanatta, tan vinculado al kirchnerismo. El propio Mauro Viale me trató de “golpista” por decirlo, desconociendo en ese mismo acto la esencia intrínseca del trabajo periodístico. Meses más tarde, volvió a convocarme para reivindicar mi trabajo investigativo.
La cuestión es que, en el marco del programa al que había sido invitado, me encontré con un abogado llamado Franco Chiarelli, a quien había entrevistado meses antes por haber sido el letrado defensor de algunos mexicanos vinculados con el narcotráfico, los cuales aparecen en el expediente que llevaba adelante el destituido –e ímprobo- juez Feederico Faggionato Márquez (recuérdese que fui el primero que en soledad señaló la corrupción de ese magistrado).
Cuando lo vi en el set de TV le pregunté qué hacía allí como invitado, ya que su presencia ya no era relevante en la investigación del triple crimen. No supo responderme.
Luego, durante la grabación del programa de marras, observé con curiosidad cómo Chiarelli volvía a introducir una y otra vez el componente “efedrina” en la trama del asesinato múltiple, lo cual me llevó a encararlo una vez terminada nuestras intervenciones. Cuando salimos del estudio, me dijo algo que me dejó sorprendido: “tres días antes de que aparecieran muertos, los tres pibes vinieron a verme para ofrecer exportar efedrina. Estaban Forza, Ferrón y Bina, cada uno aportando su experiencia en lo que sabían (sic)”.
Cuando escuché eso, quedé sorprendido, ya que, en nuestra entrevista anterior –casi un año antes- Chiarelli admitió desconocer a dos de los tres “empresarios” asesinados y jamás habló de tráfico de efedrina.
Pronto, todo cerraría como un paquete de regalo: a la misma hora que salíamos al aire, el abogado Miguel Ángel Pierri –a quien debe reconocerse parte de la responsabilidad de la detención de Lanatta- había dado una conferencia de prensa hablando de lo mismo, de la supuesta reunión para exportar efedrina por parte de los tres jóvenes.
¿Qué estaba pasando? ¿por qué de pronto apareció la efedrina de nuevo? ¿quién tiró ese dato a los investigadores? Todo empezó a sonar raro nuevamente.
Lo primero que hice fue chequear el dato aportado por Chiarelli, el cual se demostró falso: nunca hubo una reunión en su estudio, no al menos en la fecha que él aseguró. Es más, dos de los tres jóvenes acribillados en agosto de 2008 tuvieron planes diferentes a los mencionados por el abogado en esa misma jornada.
Inmediatamente, comencé a rastrear de dónde surgía el dato del encuentro, lo cual no me causó ninguna sorpresa: fue aportado por uno de los seis testigos de identidad reservada que posee el expediente a cargo del fiscal de Mercedes, Juan Ignacio Bidone. Ahora sí, todo cerraba.
La jugada es brillante, pero no menos torpe. Recuérdese que el expediente fue virando a lo largo de los meses desde la efedrina a los medicamentos adulterados y los aportes de campaña, lo cual provocó la destitución de Faggionato Márquez por forzar evidencia que no existía (incluyendo el señalamiento a Francisco de Narváez, entonces candidato a legislador). Ahora, luego de que la causa judicial empieza a rozar a funcionarios del gobierno, se intenta volver a “plantar” la pista de la efedrina.
Tan es así, que en las próximas horas se intentará “desdoblar” la investigación a efectos de que, todo lo referido a remedios “truchos” sea aglutinado por el kirchnerista juez Norberto Oyarbide, es decir, la parte más jugosa, la que involucra a funcionarios de primera línea del kirchnerismo.
Es sabido que Oyarbide no avanzará en absoluto más allá de tres o cuatro perejiles y el expediente será cajoneado, como siempre ocurre con las causas que caen en su juzgado.
Mientras tanto, en las próximas horas habrá algunos procedimientos espectaculares, con allanamientos incluidos. Estarán dirigidos especialmente contra Martín Magallanes, ex socio de dos de los fallecidos: Sebastián Forza y el “suicidado” Ariel Vilán.
Será parte del circo que intenta hacer creer a la sociedad que se quiere llegar hasta las últimas consecuencias de un crimen que nada tiene que ver con mexicanos y que en realidad involucra la mano del ministro más poderoso del gobierno de los Kirchner.
Christian Sanz
Seguir a @CeSanz1