El matrimonio Kirchner esperó todo el domingo 10 encerrado en la Quinta de Olivos. La pareja gobernante quería saber qué repercusión tendría la entrevista que Horacio Verbitsky le había hecho a Néstor K para la edición de ese día del oficialista diario Página/12.

Promediando las 18 hs., frente a la casi nula trascendencia del reportaje de marras –los pocos medios de comunicación que lo “levantaron”, lo hicieron de manera crítica-, se decidió convocar al ministro de Economía, Amado Boudou, junto a uno de los cerebros del kirchnerismo, el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos “Chino” Zanini.

Boudou concurrió temeroso de que le fuera comunicado su despido al frente de la cartera de Economía, especialmente por haber sido ideólogo del fallido operativo que intentó desplazar por decreto a Martín Redrado del Banco Central. Por suerte para el joven ministro, eso no sucedió.

Una vez que todos estuvieron reunidos allí, se decidió cuáles serían los pasos a seguir para enfrentar el escándalo generado en las últimas jornadas y determinar cómo sigue el tema de cara a los días que vendrán. Lo primero que se decidió fue analizar detalladamente la decisión de crear el ya tristemente célebre “Fondo del Bicentenario”, especialmente por los conflictos que originaría el uso de reservas del Banco Central, luego de que trascendiera que el juez neoyoquino Thomas Griesa habilitaría el reclamo de los denominados "fondos buitre" para que puedan embargar ese mismo dinero. Por más que Zanini prometió estudiar el tema detalladamente, junto al cuerpo de abogados que suele acompañarlo a sol y a sombra, Néstor insistió en que se siguiera adelante con la medida. Nadie se animó a contradecirlo.

La realidad indica que el kirchnerismo necesita desesperadamente esos fondos para hacer frente al gasto público que se avecina, más allá de lo que digan los voceros oficiales en relación al destino de los billetes. Un oportuno informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) que en estas horas circula por los despachos de importantes funcionarios de primera línea, revela los detalles a ese respecto.

Por ello, para poder avanzar contra viento y marea, se decidió que esta semana Boudou aparezca asiduamente en los medios de comunicación y acompañe a Cristina Kirchner en algunas de sus gestiones oficiales. El consejo de Zanini fue elocuente: “hay que mostrar fortaleza y unidad dentro del gobierno”.

La otra pata del plan que trazó anoche el kirchnerismo tiene que ver con lo judicial. Por un lado, se ha instruido al juez Norberto Oyarbide para que habilite la feria judicial de enero y refrende legalmente, en unas horas, la denuncia que el gobierno hizo contra Redrado por supuesto “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

Por otro lado, la diputada Diana Conti, carta fuerte del oficialismo dentro del Consejo de la Magistratura, ha sido instruida para avanzar en un eventual pedido de juicio político contra la jueza María José Sarmiento por “prevaricato” y “abuso de autoridad”.

Hace unos días, Conti –que jamás dice nada que no autorice el matrimonio gobernante- aseguró que Redrado "es parte de la conspiración” que llevaría adelante Julio Cobos y anticipó su propia opinión al respecto: “la jueza Sarmiento actuó de manera irresponsable”.

En sentido contrario, la propia jueza Sarmiento resolvería en las próximas horas una medida que dejaría, por lo menos durante varios días, a Martín Redrado al frente del Banco Central.

La pulseada que se viene será para alquilar balcones.