Hace unos días, este periodista anticipó tres sucesos que ocurrieron en las últimas horas:
1-Dijo que Cristina Kirchner y Amado Boudou cobrarían repentino protagonismo por pedido del secretario Legal y Técnico de
2-Advirtió que el juez neoyorquino Thomas Griesa habilitaría el reclamo de puntuales “fondos buitre” para poder embargar reservas argentinas, basándose en el Decreto de Necesidad y Urgencia que permite usar dinero del Banco Central para pagar deuda pública.
3-Adelantó que avanzaría un oportuno pedido de juicio político contra la jueza María José Sarmiento, lo cual efectivamente ocurrió hace pocas horas por parte del senador hiperkirchnerista Miguel Ángel Pichetto.
Si bien el mérito de esos anticipos es de las fuentes oficiales que aportaron la información a la hora de publicarla, lo antedicho demuestra algo que debe provocar certera preocupación: el gobierno sabía oportunamente que el juez neoyorquino Thomas Griesa embargaría las reservas argentinas en el exterior y lo ocultó. En sentido similar, el ministro Amado Boudou ocultó las cifras reales del pedido de embargo, al asegurar que fueron "apenas" 1,7 millones de dólares en lugar de los más de 2 mil millones que constan en el escrito judicial de marras.
La falta de reflejos oficial puede percibirse en cada uno de los actos de gobierno de los últimos días. “Si recién empieza el año y hay todo este quilombo, no se cómo vamos a llegar a fin del
El temor en las filas del oficialismo puede verse, no sólo en los comentarios off the récord de algunos de sus integrantes –lapidarios muchos de ellos-, sino también en sus silencios. Por caso, nadie se anima a apoyar y/o refrendar las denuncias que en las últimas horas ha hecho
“En lugar de hacer lo que tiene que hacer, Cristina dice tonterías. Fijáte que al final fue Redrado el que apeló la medida de Griesa en lugar del Gobierno. Son de madera, nos hacen quedar como que no pegamos una”, aseguró el mismo legislador con evidente enojo.
Lo cierto es que, cada uno de los movimientos que da el kirchnerismo en los últimos días termina operando como una suerte de búmeran contra sí mismo. Lo sabe el propio gobierno, ya que cada uno de los discursos que ha dado Cristina Kirchner en los últimos meses ha sido monitoreado por una conocida consultora de opinión que trabaja históricamente para
Los números que arrojan esas mediciones provocan la incontenible ira de la primera mandataria, quien no tolera el nivel de rechazo que ostenta ante la sociedad. “Si Cristina supiera que encima le retocan los datos, se muere de un infarto. Cada vez es menos tolerada a nivel social”, admitió un secretario de segunda línea de Casa de Gobierno a quien escribe estas líneas, eventual receptor de los enojos de
Elocuencia aparte.
Concluyendo
Nadie puede negar que exista una movida real por parte de ciertos sectores para desestabilizar al gobierno, especialmente por parte de Eduardo Duhalde, quien hoy mismo se encuentra presentando un libro de su propia autoría en Estados Unidos.
Lo difícil de explicar es cómo hace el kirchnerismo para operar a favor de esos mismos intereses con las erráticas medidas que toma día tras día.
Un interrogante que nadie jamás podrá explicar.
Christian Sanz