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Después del terremoto de Chile: crónica desde Curanipe

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(APARECIÓ JUAN CARLOS CONTRERAS BUSTOS Y DIJO)
(APARECIÓ JUAN CARLOS CONTRERAS BUSTOS Y DIJO)

Juan Carlos Contreras Bustos es uno de mis mejores amigos y a la vez uno de los chilenos que estuvo a punto de sucumbir ante el terremoto del 27 de febrero pasado en la zona de Curanipe. Dado por muerto por varios días, finalmente dio señales de vida y cuenta en primera persona su testimonio personal.

 

Abro los ojos, despertando asustado, el corazón late rápido; al mismo tiempo escucho con todo el cuerpo el ruido ensordecedor de un....¡¡¡Temblor!!!... uno más de los muchos que he vivido; duermo este verano en Chile, país delgadito, flaquito que casi se cae al mar colgado de la cordillera de Los Andes y con un mar enorme que nos flanquea. De tiempo en tiempo, más o menos cada diez años se nos viene encima, entre muchos otros, uno de esos grandotes, imponentes, de los que no dejan “mono con cabeza” como se suele decir por estos lares.

 

Terremotos

 

Si uno escudriña en nuestra historia verá que se repiten con una exactitud casi cronométrica, suelen dejar un reguero de casas destruidas, muertos por decenas y los más tremendos decenas de miles de finados con llantos y no procesiones ni velatorios, pues se han ido derecho a las fosas comunes.

Mi propia madre sobrevivió al famoso terremoto de Chillán de 1939, un verdadero cataclismo que borró a la ciudad, quedando entonces debajo de la casa de sus padres siendo una bebé de pocos meses; rescatada por algunos vecinos piadosos pasó al cuidado de una buenas señoras putas que el Señor de seguro tendrá en su seno entreteniendo los ocios de angelitos, querubines y serafines; en ese entonces las compasivas señoras cuidaron a la nena por algunos días regresándola a sus padres, sana y salva.

Mi abuela y mi abuelo libraron algo mejor en los primeros momentos, pues salieron arrastrándose por sus medios de entre los escombros, heridos y maltrechos, pero vivos; mis tías abuelas en cambio fallecieron aplastadas por las vigas enormes de esas casas con paredes tan altas como para elevar volantines (cometas).

Avanzando el tiempo, estando todavía en el vientre de mi madre, me tocó en suerte vivir el terremoto de Concepción de 1960, con salida de mar incluida, el que tuvo a los penquistas encaramados en los cerros por semanas y a mi madre tendida en el suelo cuan larga era conmigo en la panza luego del porrazo al escapar durante los primeros remezones... todavía no llegaba al mundo y los temblequeos telúricos casi me devuelven al cielo...

 

¿En qué estaba?

 

¡BROOOOOOOOOMMMM!!!! se escucha a mi alrededor, todo oscuridad salvo la luna llena o  parecido, la que ilumina con su resplandor frío el estrépito que a esta altura todo lo mueve y sacude... “¡Ésta se viene grande!” me digo y salgo raudo al patio de la cabaña que habito sobre un cerrito a orillas del mar... al fondo y ladera abajo se divisa el mar plateado y la casa de mis ancianos padres que se estremece sobre una tierra oscilante que ruge y palpita casi como una ola más... Caigo de rodillas... me incorporo, corro unos pasos hasta llegar hasta su puerta trasera... sale mi hermana a tirones con mi madre que apenas se da cuenta de lo que sucede, ingreso a la casa, encuentro a mi padre afirmándose en el marco de la puerta del baño, vecino a su habitación, lo arrastro, casi no puede moverse; a sus 82 años, los achaques y las terapias con radiación le han debilitado las piernas: “¡¡¡¡Apúrese hombre por lo que más quiera, qué nos cae la casa encima!!!!” - adormilado, se me hace que llevo a un niño taimado negándose a caminar... La tierra truena y todo vibra, las vigas de la casa de cerca de 100 años se estremecen, las paredes de adobe (barro y paja) habituales en las construcciones antiguas del Chile colonial en donde nos encontramos, se cimbran en este flan que ruge y que al parecer, imitando a un Boeing 747 quiere despegar en un carreteo infernal con cacareos de gallinas, aullar de perros enloquecidos, tejas de arcilla y polvo del cielo raso que caen, gente que grita... por fin salimos al aire fresco... En el horizonte, poco arriba se ve imponente, poderosa y en silencio la imagen del disco lunar, gigante, teñido de rojo...

Una escena sui-géneris, se difuminan los límites de las cosas en medio de tanto movimiento, es una nube de energía que late... seguramente la oscilación de campos electromagnéticos y campo gravitatorio afecta a nuestra “construcción de la realidad” en estos instantes (1)...

Subimos la colina pasando por mi casa, salimos a la calle 50 mts. arriba... la calle cubierta con niños, padres, madres, abuelos, quienes han vivenciado lo mismo que nosotros... se encienden los motores de algunos vehículos; es claro para todos que ha sido un terremoto y de los grandes.. casi un minuto o algo así de movimientos en un frenesí imparable han dejado en evidencia la magnitud del suceso... Subo a mi madre, a mi padre, a mi hermana y su hijo en un auto y éste a los 3 ó 4 minutos se dirige veloz montaña arriba, hacia la seguridad de las alturas.

Es seguro que viene un “tsunami”, vuelvo a mi casa, me visto; desde niño siempre dejo la ropa preparada para contingencias como éstas; nací en un país sísmico y desastres telúricos al por mayor... cierro las puertas de las casas, recojo algunos documentos, celulares, cargo mi mochila con éstos y vuelvo a la calle acompañado por Benjamín y R2 (Ar-Two), los poodles enanos de mis viejos... intercambio algunas ideas con los hombres que se preparan a ir monte arriba.

Tomo la calle y salimos a los campos a 10 mts. y luego a 13 mts. de altura... el estanque de agua potable se encuentra en los 12... se junta la gente que escapa buscando la seguridad.... encuentro a mis tíos setentones y ochentones largos... tomo a una mi tía y la ayudo, una marea humana que desafía jadeante la ley de gravedad... son las 03:35 o algo así de la madrugada de un ¿27? de febrero del 2010*

 

*: Escribo hoy desconectado de Internet, sin poder consultar datos oficiales y desfasado en el tiempo producto de los desastres y la pérdida de rutinas.

 

20 minutos es el tiempo para escapar

 

Llegamos a la cumbre del “potrero de don Nano”, uno de nuestros vecinos... Descansamos algunos minutos, que se transforman en algo así como un cuarto de hora; de pronto allá abajo en la playa comienza el segundo infierno... El mar se recoge imparable hacia el horizonte dirigiéndose en una correntada en dirección norte, diagonal a la línea costera en que se ubica el pueblo y a las tres calles largas del pueblo: la primera casi a nivel del mar un par de metros arriba, la segunda a 6 metros la tercera a 9... abajo de todo la playa, la costanera, los mercados de mariscos y el camping municipal; bosque y “humedal” que originalmente fue creado para proteger el pueblo del avance de las dunas, el neo-liberalismo y la corrupción funcionaria y política lo transformaron en “camping” que ha enriquecido a muchos con dineros ilícitos. Sin medidas de seguridad de ninguna clase, funciona aquí un acopiadero de gente que desea disfrutar del mar de cualquier manera y condiciones por un par de días, pagando cantidades exorbitantes e injustas por lo que les pertenece como ciudadanos; suelen provenir ellos de ardientes ciudades mediterráneas. En este último fin de semana de la temporada, el lugar sólo recibirá unos cientos de veraneantes, a diferencia de 15 días atrás en que se dice hubo más de tres mil personas, incluso se habla de 5.000... (2)

 

¿Quiénes son responsables de la tragedia?

 

Sin vías de escape señalizadas, sin luces de emergencia, sin guías para desastres, “el camping” se transforma en estos momentos en una trampa para niños, mujeres y ancianos que duermen allí... El agua entra al pueblo y en éste en 3 oleadas: la primera de medio metro, la segunda de 2 mts. y la tercera y fatal, una ola de 8 metros de altura que arrastra y destruye todo a su paso... (3)

Varios buses que se encontraban dentro del bosque de pinos fueron vaciados de sus ocupantes por el agua; otros buses recién llegados antes del tsunami, los que aguardaban el amanecer cerca del borde costero fueron arrastrados, algunos pudimos ver cómo se dirigían mar adentro con sus luces encendidas, para no volver...

Fue tal la magnitud de la avalancha, que por el río El Parrón, en la entrada norte del pueblo, el mar subió por el cauce alrededor de 500 mts. cerro arriba llevando camiones, autos, casas destruidas, enseres, animales y probablemente personas, pues hoy que escribo, aún no se explora en su totalidad el sector para encontrar víctimas...

Un amigo cercano perdió su casa y enseres en este lugar, a una mi ex-pareja le sucedió parecido, ambos vivían en casas sobre pilotes a las orillas del río..

Ahora que escribo a 07 de marzo, todavía se sienten fuertes réplicas, las que según algunos expertos durarán entre 6 meses a dos años; para que usted tenga una idea, son lo más parecido a aterrizar en un Jumbo en Ezeiza, todo se estremece por algunos segundos y luego el silencio, que detiene tu escapar antes de terminar de levantarte de la silla...

 

Subiendo

 

Luego de un rato y de varias idas y venidas del mar y en medio de éstas, seguimos subiendo los cerros hasta reunirnos a 2 kms. arriba en distintos sitios que se transformaron al correr de los días en “ollas comunes” organizadas por los vecinos; por sus esfuerzos y los de la comunidad consiguieron comida, agua y apoyo... Curiosa y patéticamente el alcalde Verdugo (4) no se apersonó hasta el día de hoy a visitar a estos albergues, es más, en disputas de poder en medio del desastre (el poder por el poder), arrebató la distribución y acopio de alimentos a los esforzados y valientes bomberos voluntarios, pasando a llevar de por medio el liderato natural de los únicos que desde el primer momento se hicieron cargo de la situación con los más altos estándares de eficiencia y humanidad y por supuesto sin remuneración alguna; con sólo diez cascos, diez pares de botas y recursos propios, sin que el Municipio les diera un litro de combustible para el carro-bomba y las camionetas: rescataron víctimas, acopiaron y transportaron agua potable, distribuyeron alimentos, despejaron calles de artefactos y edificios peligrosos y un cuánto hay de actividades en beneficio de la comunidad; pero como suele suceder, los tecnócratas y su miseria funcionaria siempre terminan por vencer. (Continuará)

 

Juan Carlos Contreras Bustos
jassin999@yahoo.com.mx

 

(1): Muy interesante fenómeno a observar por practicantes de meditación y científicos.

(2): Quiero mencionar aquí la especulación observada durante la tormenta de verano-diluvio, inusual por nuestra tierra, algún dueño de ferretería llegó a vender en ¡¡¡6 VECES!!! el precio del metro cuadrado de manga plástica de polietileno a los acongojados niños, ancianos y familias enteras que buscaban un medio de protegerse de la lluvia.

Paradójicamente la escuela del pueblo no fue abierta por las autoridades municipales que desestimaron a este desastre natural y el sufrimiento que afectó a miles de personas.

(3): Foto de satélite ola impactando la zona:

http://corinariosargentina.blogspot.com/2010/03/foto-de-satelite-preciso-momento-en-que.html 

(4): Alcalde administrativo, ex administrador municipal, designado por el Estado para gobernar la comuna de Pelluhue en forma subrogante luego de la destitución de la alcaldesa re-elegida por un tercer período María Luz Reyes Orellana, inhabilitada para ejercer el cargo debido a la condena de 61 días por acarreo de votantes. La tónica en sus dos gobiernos sucesivos fue la corrupción, nepotismo y toda clase de males como amiguismo, beneficios ilícitos a partidarios, ayudismo, etc., los que por supuesto no llegaron nunca a tribunales debido al amplio apoyo político desde las más altas esferas, usos que han destruido las bases de hábitos de comportamiento social entre los habitantes de la comuna y cuyos efectos se verán por generaciones, ¿o será de-generaciones?

Información relacionada

Excelente álbum de fotografías tomadas por un geólogo:

http://picasaweb.google.com/esgonzac/Terremoto27022010?authkey=Gv1sRgCM2otbmBqIS_1AE&feat=email#5443803928238676914

Imagen satelital de Curanipe:

http://maps.google.com/maps?f=q&hl=en&q=Curanipe,+Chile&ie=UTF8&t=k&om=1&ll=-35.847909,-72.635293&spn=0.018124,0.036736

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. Christian: Gracias a Dios. Una historia tremenda con un final pleno de vida y de enseñanzas. Mi alegría, de todo corazón, por la aparición de tu amigo del alma. Fuerte abrazo a ambos!!!!!!

  2. Christian : Ante todo me alegro por tí, que has encontrado vivo a tu amigo. Y por él, por supuesto. Estoy realmente conmovido por este relato, debe ser una espantosa sensación de impotencia el estar en esa situación. Y deploro que también en Chile haya políticos tan miserables como los nuestros, capaces de querer sacar ventaja de cualquier hecho desgraciado que le suceda a la gente. Y a esos comerciantes que solidariamente han vendido el plástico a 6 veces su valor, aprovechando la necesidad de la gente. Realmente seres abominables. Algún día deberíamos acabar cn esta gente y sacarlos del poder mediante alguna Ley que proteja a los seres humanos comunes.

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