El plazo de 60 días de tregua que otorgaron los asambleístas de Gualeguaychú para levantar el corte, va llegando al fin de la cuenta regresiva mientras una palabra ahoga al flamante canciller Héctor Timerman: fracaso.

Luego de que las negociaciones entre ambos cancilleres quedaran irresueltas, con respecto al ingreso de la comisión de científicos designados por ambos gobiernos a la papelera UPM —ex Botnia— para "controlarla", el mandatario uruguayo José Mujica decidió cruzar el Río de la Plata en helicóptero y presentarse nuevamente en la Argentina frente a la presidenta Cristina Kirchner para poner de una vez por todas, solución al conflicto que los últimos días ha estado lejos de apaciguarse.

Si bien el propio Mujica había aceptado que los controles debían hacerse en el interior de la pastera, decisión que pesó favorablemente para que los asambleístas iniciaran una tregua y levantaran el corte de la Ruta 136 por 60 días, este volvió atrás con los acuerdos pactados. Lo cierto es que, sin solución a la vista, los asambleístas cuentan los minutos para volver a la ruta.

"Sigo siendo objetivo en que vamos a encontrar una solución para que los científicos puedan analizar los resultados de la planta", indicó el mandatario uruguayo en su última reunión de gabinete. Pero nuestro canciller prefiere formas menos diplomáticas para hablar del rumbo de las negociaciones: Internet.

"Las negociaciones no están trabadas. La solución pasa por dejar a la ciencia inspeccionar lo que necesite", indicó Timerman a través de Twitter, poco antes de que se confirmara la visita de Mujica.

“Twitterman”, mote que se ganó el canciller por su manía de reportar todo lo que sucede en el mundillo diplomático en no más de 140 caracteres, no ha sido muy bien visto al otro lado del río, ya que el ex embajador uruguayo en Buenos Aires, Alberto Volonté, lo criticó duramente por su costumbre de recurrir a Internet para referirse a las tratativas sobre el monitoreo ambiental en la planta ex Botnia, advirtiendo que la conducta del funcionario “está muy lejos del silencio y la prudencia”. Uno ve que la Cancillería uruguaya está en silencio, un silencio prudente; pero por el otro lado la Cancillería argentina, por medio de su canciller permanentemente recurriendo a Internet”, e insistió: "la prudencia se pierde cuando dos cancilleres están negociando algo tan delicado y se comprometen -lo que me parece bien- a no decir nada hasta que el tema se haya arreglado".

Timerman no sólo usa su Twitter para adelantar información protocolar que debería mantenerse cauta hasta su desenlace, sino que se regodea de su propia función como canciller ante los aduladores comentarios de los twitteros K y aprovecha de paso para denostar al periodismo. Desde el 25 de mayo último lleva escritos 1200 comentarios en Twitter.

Timerman no sólo demostró ser un cero a la izquierda en lo que a relaciones diplomáticas internacionales ser refiere, sino que paradójicamente, las ha complicado.

 Lo cierto es que, lejos de un ministro de Relaciones Exteriores que trabaja en pos de las relaciones diplomáticas del país, Timerman parece obnubilado con Twitter en una preocupante manía más acorde con un periodista de 6, 7,8 colado en el gabinete nacional.

Alexis Montefiore