De mi consideración:
Recientes declaraciones suyas hacen referencia a manifestaciones que yo hiciera sobre la necesidad de establecer el “orden” como premisa básica para una convivencia pacífica y armónica entre los argentinos.
Pretender distorsionar el sentido de mis palabras indica una clara incomprensión, o peor aún, una enorme confusión respecto del sentido que la necesidad del orden tiene en toda sociedad democrática.
El orden no es de derecha ni de izquierda. El orden no tiene ideología, y se lo explico: la ideología está en el sistema. Por eso, Doctor Fernández, cuando en 1973 Perón regresó a la Argentina, nos enseñó que venía a poner orden dentro del sistema Representativo, Republicano y Federal.
Consiste –simplemente- en evitar que, por ausencia del Estado y sus instituciones, la sociedad intente resolver las situaciones de conflicto por mano propia. Por lo tanto, corresponde al Estado neutralizar, con el uso responsable de la fuerza pública, la acción de grupos o sectores, que montándose sobre necesidades reales de los más humildes intentan lucrar con la anarquía y el desorden.
Esta lección la han aprendido países vecinos, como Chile, Brasil o Uruguay, cuyos gobiernos no son precisamente de derecha ni tienen connotaciones autoritarias. Simplemente han decidido vivir dentro del Estado de Derecho, evitando que la lucha de pobres contra pobres termine provocando una secuela lamentable de víctimas inocentes.
En otras palabras, Doctor Fernández, la sociedad nos está exigiendo a todos que seamos esclavos de la ley. Porque sin orden ni paz social es imposible crear las condiciones necesarias para abordar seriamente y en profundidad la resolución de los problemas económicos, políticos y sociales pendientes.
No es culpando a los demás como se resuelve la injusticia social ni exime de su responsabilidad a los que tienen la obligación indelegable de gestionar los recursos y acciones que garanticen una convivencia civilizada.
Saluda a usted atentamente,
Eduardo Duhalde