El día que se hicieron socios, los medios se hicieron eco del ruido que generó esa inesperada movida. Fue a principios de 2010, cuando el joven Matías Garfunkel se asocio con Raúl Moneta a efectos de adquirir un grupo de radios por la friolera de 28 millones de dólares.
Entre las emisoras que compraron, se encuentran Rock & Pop, Metro, Blue, Splendid y hasta edificios de la firma mexicana CIE.
Más temprano que tarde, ambos fueron denunciados por esa adquisición —e iniciaron una disputa legal por el dinero con el que se hizo la operación—, ya que de acuerdo con la nueva ley de Servicios Audiovisuales, la empresa habría comprado más estaciones de radio que las que están permitidas. “El Gobierno denunció ante el nuevo Comfer al Grupo Moneta-Garfunkel por una operación de compra de estaciones de radio que excede los límites establecidos por la ley de radiodifusión, un tema que también será derivado al Congreso”, publicó MDZ el 25 de enero de 2010.
A partir de entonces, el camino de los incipientes socios fue tomando una derivación sinuosa, la cual terminó de quebrarse cuando ambos fueron denunciados en Roma por la supuesta presentación de avales “truchos” —pertenecientes al inexistente banco Barclays Holding PLC— en su sueño de adquirir parte de la poderosa firma de comunicaciones Telecom de Argentina.
Garfunkel siempre aseguró que el autor ideológico de ese eventual delito había sido Moneta y este último nunca le perdonó a su joven socio que ventilara por doquier ese escándalo a los medios.
Ahora, en un nuevo round de esa disputa, revista El Guardián publicó un curioso y duro recuadro contra el socio de Moneta, titulado "El pentatlonista del delito y la denuncia":
“El empresario Matías Garfunkel Madanes se prepara para batir todos los récords en materia de denuncias y delitos. En pocas semanas se han hecho públicos y están siendo investigados cinco:
1) Usurpación de tíitulos (no es abogado, como proclama en la firma de documentos públicos).
2) Fraude (presentó avales falsos al intentar comprar Telecom).
3) Lavado de dinero (U$ 100 millones del banquero venezolano preso Ricardo Fernández Barrueco).
4) Evasión fiscal (bajo la lupa de
5) Censura y tráfico de influencias (compra del silencio y la protección de periodistas).
El domingo 17 Clarín le dedicó dos páginas a Garfunkel Madanes, sumándose a otras publicaciones que están investigando este caso sorprendente, que explotó a partir de la compra del 50% del Grupo Veintitrés a Sergio Szpolski, presuntamente con fondos venezolanos producto del lavado de dinero.
¿Alguno de los responsables de mantener informada a
Como puede verse, la pelea ya ha trascendido lo meramente judicial y ha llegado a los medios… ¿responderá Garfunkel a través de su recién adquirida maquinaria de prensa?
Christian Sanz
ja jajajajaj si la bipolar, se entera y la dejaron afuera se va a querer matar jajajajaj.........