Dos días antes de lo que habían estimado las propias especulaciones oficiales, Cristina Kirchner anunció hoy que se someterá “una vez más a las urnas”. En realidad, no había grandes dudas respecto a la decisión oficial, solo existía resquemor respecto a cuándo sería anunciado.

Los gestos de la Presidenta de la Nación, sumados a las declaraciones de sus propios funcionarios, siempre se enfocaron en ese sentido. Aníbal Fernández, Florencio Randazzo, Carlos Kunkel y otros referentes ultraoficialistas, dieron todas las señales de que Cristina finalmente elegiría el camino de la reelección.

Lo han dicho una y otra vez, sin dudar sobre sus propias afirmaciones. A sabiendas de que, si no hubiera habido complacencia oficial, jamás podrían haber anticipado el proyecto cristinista sin poner en riesgo sus propios cargos.

Dos elementos jugaron fuerte para que Cristina adelantara su anuncio: los escándalos que hoy rozan su gestión, particularmente el Schoklender-gate y los desaguisados en el INADI; y una encuesta que hoy publica Página/12, llevada adelante por la firma Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM) donde Cristina Kirchner aparecería con más de 35 puntos de ventaja sobre la figura de Ricardo Alfonsín.

Lo relevante de la decisión de la Presidenta, es que permite ahora a los demás candidatos planificar su campaña electoral de cara a octubre. Sin la seguridad de que Cristina sería la candidata oficial —recuérdese que tanto Elisa Carrió como Eduardo Duhalde, se cansaron de decir que la actual mandataria se bajaría de la carrera presidencial—, el tablero electoral ha demorado en desnudar su propio armado.

Un dato: hoy mismo, luego de que Cristina confirmara que será la candidata oficial, puntuales referentes del duhaldismo y el denarvaísmo no vacilaron en hacer circular el “rumor” de que esta tendría decidido “bajarse” luego de ser reelecta en octubre, dejando todo el poder en manos de su eventual vicepresidente.

No es un dato menor, ya que aún resta saber quién la acompañará en la boleta del Frente para la Victoria. Si bien se especulan varios nombres, nadie en particular ha sido confirmado aún. ¿Tendrá algo que ver con la especulación antes referida?

Imposible saberlo, aunque sí es dable especular que la campaña oficial gravitará sobre la figura del ex presidente Néstor Kirchner y que contará con un fuerte incremento de la publicidad oficial, tanto en medios afines como críticos.

También se espera que haya operaciones de diversa índole contra los opositores de turno, especialmente Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín y Javier González Fraga. Las portadas de diarios y revistas oficialistas saturarán con denuncias de toda índole respecto a estos y otros referentes opositores como Mauricio Macri y Elisa Carrió.

Las usinas de los servicios de Inteligencia vernáculos seguramente han comenzado ya a hurgar en búsqueda de información sensible, y no faltará demasiado para que la caja del Estado se ponga al servicio de diversos medios de dudosa credibilidad para amplificar esos datos y esconder la corrupción oficial.

En fin, si puede destacarse algo positivo respecto al anuncio de hoy, es que Cristina ha logrado con su oportuno anuncio copar la agenda de los medios de mañana.

Será un día de respiro ante tanta incómoda denuncia por corrupción que los medios han llevado adelante en las últimas semanas.

Christian Sanz
Twitter: @cesanz1