En la edición impresa del diario Perfil del domingo 4 de septiembre —con la firma de Mariano Confalonieri—, se publicó un artículo haciendo referencia a la interna que en este momento se está pujando en la agrupación ultra kirchnerista La Cámpora, creada por Máximo Kirchner.
Allí, se hace mención a peleas, celos y desacreditaciones entre los propios militantes de esa organización que tiran abajo la supuesta unidad y fortaleza de la cual hasta la propia Cristina Kirchner se jacta.
“El trasvasamiento generacional es casi un hecho. Si la Presidenta repite la elección de las primarias obligatorias en las presidenciales de octubre, la juventud tendría al menos ocho representantes de la agrupación La Cámpora en el Congreso. ‘Hace falta un Congreso fuerte que defienda los intereses populares con la juventud como protagonista’, aseguran en la agrupación kirchnerista”, plasma diario Página/12 en el día de hoy. Pero al parecer no es todo color de rosa entre los no tan chicos de La Cámpora —que sueñan con millonarios cargos públicos—, sino que la defensa de los intereses populares provoca envidia depende de quién esté al frente de la obra.
Andrés “Cuervo” Larroque: es secretario general de la agrupación, tiene 33 años y un sueldo promedio de 14 mil pesos en la Jefatura de Gabinete como director de Fortalecimiento de la Democracia. Su cercanía al ministro Amado Boudou y Aníbal Fernández, le permitió solicitarle "un ministerio para la juventud" a Néstor Kirchner, quien se lo habría prometido a Máximo antes de morir. En la actualidad es uno de los jóvenes K de más rápido ascenso en la estructura de poder sin ni siquiera haber terminado el secundario.
Según indica Perfil, Larroque tenía un lugar reservado en la mesa principal junto al candidato a vicepresidente Amado Boudou en la cena que el ministro ofreció el 25 de agosto en Parque Norte. Eran las diez de la noche, el acto comenzaba y ni Larroque ni ninguno de los suyos estaba presente. Boudou mandó a consultar qué pasaba. El “Cuervo” quería copar el acto o no iba. Finalmente no fue, y su ausencia fue la nota de la noche.
En diciembre, Larroque asumirá como diputado nacional. Desde Río Gallegos, Máximo espera que Larroque sea la espada en la Cámara baja.
Juan Cabandié: legislador porteño y muy amigo de Larroque y Máximo. Supo ganarse el cariño de la Presidenta quien confesó que lo quiere “como a un hijo”. Cabandié es secretario de la juventud en el PJ a nivel nacional y uno de los más fervientes militantes de La Cámpora.
Hoy por hoy, en La Cámpora le facturan la mala elección en Capital Federal y Larroque lo desplazó del mando, alegando que le falta capacidad de liderazgo y ausencia de conducción política.
José Ottavis: es director del Fondo de Capital Social —un programa de microcréditos dependiente del Ministerio de Desarrollo Social— y secretario de la JP en la provincia de Buenos Aires. Ottavis en la actualidad se encuentra algo alejado de La Cámpora. Tiene su despacho propio en la Casa Rosada, ya que es director de Estudios Políticos y Monitoreo de la Secretaría General de la Presidencia, comandada por Oscar Parrilli.
“Por estas horas está más cerca del aparato del PJ que de los pingüinos puros”, destaca Perfil. Es que al parecer, es el encargado de negociar con los jefes comunales y con el gobernador Daniel Scioli y de conseguir contratos en el Estado para la agrupación.
Mariano Recalde: Presidente de Aerolíneas Argentinas e hijo del diputado y abogado de Hugo Moyano, Héctor Recalde —mano derecha del líder de la CGT— está presente en todos los actos de la Presidenta. Su función en Aerolíneas se atribuye a su militancia en La Cámpora, mientras que otros vieron ese nombramiento como un gesto del Gobierno hacia Moyano. El problema es que ahora a La Cámpora se le hace difícil dilucidar de qué lado estará Recalde cuando termine la ya desgastada relación entre Moyano y Cristina.
La deficitaria gestión de Recalde en Aerolíneas también es motivo de señalamientos: pierde 250 millones de pesos por mes de acuerdo al plan de negocios para la empresa que elaboró Axel Kicillof, amigo de Recalde traído a la empresa por él mismo, el cual bendijo con un sueldo de $42.320 por mes para que lo acompañe en la subgerencia.
“Aerolíneas es el único bastión de gestión que puede mostrar La Cámpora, y es un desastre”, confió a Perfil una fuente cercana al Gobierno.
Eduardo “Wado” da Pedro: se hizo popular luego de una serie de fotos abrazado a Néstor en el último acto del Luna Park, pero ya se lo consideraba como el “el cerebro de La Cámpora”. Su crecimiento y su poder fueron creciendo con el correr del tiempo. El sojero de 34 años tiene un título de abogado y es actual directivo de Aerolíneas Argentinas. Tiene entre sus clientes al SUTPA (Sindicato Único de Trabajadores de Peaje y Afines) que dirige Facundo Moyano, líder de la Juventud Sindical, de esta manera el joven abogado tiene llegada directa al líder de camioneros.
Según Perfil, dentro de la agrupación muchos le envidian la sintonía que encontró con la presidenta y con varios ministros influyentes.
“Wado” da Pedro también logró ubicar a sus allegados K en empresas privadas; tal es el caso del joven economista Iván Heyn, actual presidente de la Corporación Puerto Madero y titular de la sociedad anónima que integran por partes iguales la Nación y la Ciudad, también criticado dentro de la agrupación.
“Está metido en seminarios y cursos de economía. Piensa tanto en eso que no asume un rol protagónico como la agrupación necesita”, le confió otra fuente a Perfil.
Las fisuras que enumera Perfil no solo indican que ningún interés en esa agrupación existe salvo el de escalar individualmente, sino que a poco tiempo de su creación dichas disputas no pronostican un futuro ni longevo ni próspero. La Cámpora se une en el marketing de desacreditación con originales carteles contra los medios de prensa, pero las disputas se presentan a la hora de hacer carne los “intereses nacionales y populares” que les encomendó Néstor y Cristina Kirchner. Funciona a la perfección como fuerza de choque mediática, que disfruta del beneficio de los jugosos cargos público, pero no puede mostrar unidad ni siquiera teniendo el sistema a su favor, una oposición política débil y siendo su principal enemigo un canal de televisión.
En este contexto, si la primera tanda de militantes al poder ya causa rechazo en la propia agrupación, ¿puede esperarse un desenlace distinto con los nuevos jóvenes que quieren acceder a puestos de relevancia, por ejemplo, en el Congreso?
Según indica hoy Página, “los candidatos del interior le sumarán federalismo a la identidad del bloque. En Mendoza, Anabella Fernández Sagasti va en el segundo lugar (en la lista de diputados naconales) y, en La Pampa, María Luz Alonso es cabeza de lista. En Tucumán, Marcelo Santillán irá en tercer lugar y, en Santa Fe, Marcos Cleri ocupará el mismo puesto.
La Cámpora ya aglutina cargos en los medios de comunicación estatales, empresas de primera línea, cargos de relevancia política y, próximamente, bancas en el Congreso. Pero la mezcla de poder con una caja de $2.400 millones del estado sin un objetivo claro, salvo el de acceder a cargos de manera individual, demuestra que las ganas de Néstor y Cristina de agrupar a las voces jóvenes fracasa cuando ellos son los maestros.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana