Ya es sabido que la relación entre Cristina Kirchner y Hugo Moyano no atraviesa su mejor momento. Y que la Presidenta ya dio alguna señal de apoyo a la renovación de la cúpula de la CGT, que el Camionero conduce con mano de hierro desde hace varios años.
Sin embargo, algunos colaboradores de Cristina y de Moyano todavía tenían alguna esperanza en la recomposición de las relaciones. Llevaban y traían mensajes desde la Casa Rosada a la CGT. Recorrían los pasillos del poder en la búsqueda de un entendimiento.
Pero este fin de semana las negociaciones se acabaron: la Presidenta enfureció al leer el comunicado de la CGT en el que se repudió las detenciones de sindicalistas ferroviarios de la línea Sarmiento, en la causa en la que se investiga la quema de vagones ocurrida en mayo pasado.
Cristina y su entorno inmediato repararon especialmente en un párrafo de ese comunicado, ordenado por Moyano y ejecutado por el escriba Julio Piumato. Y estallaron al darse cuenta de que era tomado por los medios con los que el Gobierno está enfrentado, en sus ediciones digitales.
¿Qué decía el párrafo en cuestión? Acá va: "Llama la atención la facilidad con que la Justicia actúa sobre los dirigentes gremiales cualquiera sea su trayectoria o ideología política en un país donde los narcos, los apropiadores de bebés, los abusadores de menores, los que saquearon a la Argentina, los que hace espionaje a los vecinos, los traficantes de armas, los corruptos, los que defraudan al Estado y al pueblo parecen tener —aún los condenados— otra consideración y otra suerte".
Un párrafo fuerte, por cierto, hasta compartible en sus apreciaciones. Pero que pasa por alto un pequeño detalle: Habla de un país que está siendo gobernado por Cristina Fernández de Kirchner.
(Fuente NA)
Redacción de Tribuna de Periodistas