Luego de haber publicado hace más de dos meses mi anterior artículo acerca de las estafas de la administradora Evangelina Martini Leiva, sucedieron dos cosas:
1-Varios vecinos de otros edificios -que tienen a la misma persona como mandataria y pudieron leer mi artículo- se contactaron conmigo a efectos de confirmar y ampliar la información que yo había denunciado a través de este periódico.
2-Recibí una confusa Carta Documento firmada por la administradora, que pedía que rectificara mis dichos sobre su persona. Obviamente no lo hice.
Supe en ese momento que tendría que actuar en consecuencia: hablar detalladamente con los vecinos interesados y responder la Carta que había recibido.
Empecé por esto último y ratifiqué íntegramente lo que había sostenido acerca de la conducta delictiva de Martini Leiva. Aproveché entonces para aclararle algunos puntos, lo hice por Carta Documento:
“-La estafa que Ud. realizó está demostrada y Ud. tuvo su oportunidad de defenderse de cualquier acusación, no sólo las dos veces que se reunieron los vecinos (del edificio estafado) en lo que va del año, sino cuando yo mismo la invité (por carta y en persona) a que habláramos del tema. Su respuesta –vergonzosa- la tengo grabada, por lo cual difícilmente pueda invocar una de sus típicas mentiras.
-Le recuerdo que Ud. antes que yo ha sido denunciada en la justicia y allí tendrá que responder. Así y todo, le recuerdo que me caben las generales de la ley, por lo cual está Ud. en su derecho de hacerme las querellas que quiera.
Es más, le pido encarecidamente que lo haga –que me denuncie-, así puedo demostrar en la justicia todos mis dichos acerca de sus estafas reiteradas.
-Finalizo intercambio telegráfico y espero su denuncia con gran ansiedad”.
Como era de esperar, Martini Leiva nunca respondió a estas nuevas acusaciones y sólo atinó a enviar una notificación al edificio en cuestión para hacer saber que abandonaba la administración del mismo. No podía ser de otra manera.
Recordemos que a esa altura se había colectado mucha evidencia, producto del valiente trabajo de un grupo de vecinos. Evidencia que fue re-investigada y publicada por este medio.
La verdad os hará libres
Al mismo tiempo que algunas personas se contactaban conmigo para contarme otros estragos producidos por Martini Leiva, yo trataba de averiguar los posibles domicilios de otros edificios que la misma podía llegar a administrar.
Cuando logré hacerlo me tomé el trabajo de ir uno por uno y averiguar en qué estado se encontraban. Me interesaba no sólo conocer su situación particular sino orientarlos por las posibles estafas que podían no haber descubierto aún.
El primer lugar al que me acerqué fue el edificio ubicado en Sarandi 1393. Con gran sorpresa supe que la administradora había sido echada: “le dimos una patada en el culo hace casi dos años. Nos dejó con muchas deudas”, me confesó el encargado del inmueble.
Poco después el administrador actual del mismo inmueble reforzó esa información: “esta mujer (Martini Leiva) nos dejó un tendal. No solamente allí, en la cuadra anterior también pasó lo mismo. Nos está perjudicando a todos los administradores”, confesó el dolido mandatario del edificio, contándome ipso facto detalles de cómo había defraudado a otro edificio ubicado en Cevallos y Estados Unidos en $50.000. No había nada más que decir.
Fue momento de dirigirme al segundo edificio, ubicado en Combate de los Pozos 1324.
Me esperaban en la entrada del mismo un grupo de nerviosos vecinos con los que ya había hablado por teléfono y cuyos gestos denotaban el inequívoco fastidio de ver que su edificio se venía abajo y nada podían hacer. La historia era siempre la misma: “expensas muy elevadas y nada de eficiencia por parte de la administradora”. Les conté entonces todo lo que había averiguado sobre Martini Leiva y se quedaron perplejos. No podían creer la similitud increíble con lo que les sucedía a ellos: evasión de pago de cargas sociales, moratorias que dejaron de abonarse, sobreprecios, complicidades con el encargado del edificio, extraño “blanqueos” de deuda de expensas hacia algunos vecinos, etc.
La bronca de esos vecinos podía verse en la rigidez de sus rostros y su indignación se vería canalizada en los días subsiguientes a través de una denuncia penal que varios de ellos realizaron contra la administradora. Las pruebas sobraban.
Era momento de ir a un nuevo edificio, situado a la vuelta de allí, en la calle Constitución 2023. Este inmueble era bastante más humilde que el anterior y sus vecinos mucho más retraídos que los de Combate de los Pozos.
Cuando vieron las pruebas que yo tenía contra Martini Leiva, comenzaron a entender algunas de las cosas que les pasaba a ellos. Uno de esos vecinos me confesó que habían intentado removerla pero que “muchos de los departamentos de acá pertenecen a una amiga de la administradora que vive lejos y por ello no hay manera de hacer una asamblea”.
Otra vez lo mismo: sobreprecios, sospechas y un edificio que se venía abajo. “Mi esposa es abogada, le vamos a hacer juicio”, me aseguró el mismo vecino. Fin del tema, era hora de ir a otro inmueble.
Las luces del centro
En Agüero 2333 se levanta un edificio que tiene mucho que ver con la zona en la que se encuentra ubicado. Es un inmueble un poco más cuidado que los otros que administra Martini Leiva y el movimiento de gente es bastante interesante.
Allí permanecí tratando de entregar mis papeles de siempre a los vecinos que iban ingresando al edificio y tratando de entablar un diálogo que me permitiera comentarles lo que quería decirles. Fue complicado, ya que el encargado del lugar –“Héctor”, según pude saber posteriormente- salió a mi cruce de manera furiosa tratando de hacerme creer que Martini Leiva ya no era administradora del edificio. Mientras intentaba no sorprenderme por la complicidad del encargado con la mandataria, opté por descomprimir la situación fingiendo que me retiraba y aprovechando para tomar algo en el bar de la esquina, ubicado en Av. Las Heras.
A los 15 minutos sonó mi celular: “¿Vos sos Christian Sanz?”, me preguntaba una voz desconocida que, sin darme tiempo a responder, agregó “Yo soy un vecino del edificio en el que estuviste hace unos minutos y acabo de ver unos papeles que le dejaste a otra persona... ¿Podemos hablar?”. Respondí afirmativamente y cité al desconocido al mismo bar en el que yo estaba.
Cuando le comenté lo que me había sucedido, se puso rojo de furia y me confesó que Martini Leiva seguía siendo administradora del edificio. “Lo sé”, le dije, “por eso vengo a alertarlos”. Al tiempo que me agradecía, mi interlocutor intentó pedirme disculpas por la conducta del encargado. “No te hagas drama, eso es típico de Martini Leiva. Tiene a los encargados ‘comprados’ para que le alcahueteen”, le dije.
Acto seguido, la historia que escuché de boca de ese hombre no fue diferente a la que venía escuchando desde que comencé esta investigación. Era casi calcado a todo lo que ya había oído por parte de otros vecinos.
Supe entonces que la “estafa Martini Leiva” había sido consumada una vez más.
Antes de partir, le di los papeles que llevaba conmigo y le pedí que los repartiera a sus vecinos. “Cualquier cosa me llamás”, le dije. Mientras volví a mi casa.
Era hora de descansar un poco.
Bienes y males
Contába en mi anterior artículo que Martini Leiva es titular del DNI Nº 6.342.626, CUIT Nº 27-06342626-7 y está domiciliada en Avenida Independencia Nº 1673 de la Ciudad de Buenos Aires. A su nombre tiene varios celulares (15-4490-2642; 15-4499-4344, y 15-4563-6130) y posee cuentas en dos Bancos: el Itau Buen Ayres, con situación normal; y el Banco de Galicia y Buenos Aires, en situación irrecuperable.
Posee dos cheques rechazados en cuentas personales en el año 2003 por no tener fondos (Nros. 917015 y 917011). Entre los dos suman en total $834,15.
Asimismo, es titular de dos inmuebles, uno en Avenida Independencia Nº 1673 PB (4384-8603) y otro en Avenida Rivadavia Nº 2884 1º B, ambos de esta Capital Federal; y es dueña de los siguientes automotores:
-Renaul 6 GTL, dominio RPX-458
-Pick-up Ford F100, dominio SYL-000
A lo antedicho hay que agregar otro departamento en Av. Independencia Nº 1425 5º B y un campo en la localidad de San Antonio de Obligado, Provincia de Santa Fe.
Tal vez estos datos sirvan de tranquilidad para saber que Martini Leiva tiene la suficiente solvencia como para hacerse cargo de algunas de las estafas que cometió frente a las eventuales demandas en la justicia civil que se están gestionando.
Y por casa... ¿Cómo andamos?
El edificio que dio inicio a esta denuncia –Uriburu 782- actualmente ha designado un Consejo de Administración temporal de 4 propietarios que trabajan ad honorem y que hoy en día están tratando de equilibrar los agujeros fiscales dejados por Martini Leiva.
En el tiempo que llevan trabajando ya han transparentado la gestión, han arreglado algunas partes del edificio –como el ascensor, que estaba casi destruido- y han reemplazado al encargado del mismo, Mario Tescari, a quien debieron denunciar en la justicia penal por administración fraudulenta (le daba el dinero de las expensas a la administradora destituida, Martini Leiva) y por amenazas.
Del 100% de los vecinos que defendían la gestión de Martini Leiva, hoy en día sólo han quedado dos, que son los mismos que la pusieron como administradora.
Como puede verse, la pelea casi ha sido ganada y los descalabros se han reducido exponencialmente. A futuro, es muy probable que Martini Leiva termine tras las rejas por la sumatoria de denuncias penales a causa de la reiteración de sus negociados y a nivel civil es muy posible que sus bienes le sean embargados.
Este periodista, mientras tanto, seguirá buscando más estragos realizados en sus diferentes gestiones.
Será justicia...
Christian Sanz
Hola Christian, buscando info en internet para denunciar penalmente a un administrador me encontr´con éstanota tuya, por favor si me podes dar una mano, en averiguar por Roberto Arevalo (Administrador) que es igual que ésta Martini Leiva, nos dejo un tendal de deudas, el edificio destruido, y quien sabe una encargada con la misma actitud que el encargado de la Calle aguero que haces mencion en esta nota. Muchas gracias. Silvia