Gabriel Francisco Bergogna (1) es el primer director de orquesta ciego del mundo. Hablar con él hace que a uno se le erice la piel. Es un hombre muy cálido y apasionado por su trabajo y su currículum realmente habla por él.
A los nueve años de edad comenzó sus estudios de piano. En 1975 ingresó al Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, donde se recibió de profesor nacional de música en 1977; de profesor superior de piano en 1980 y de profesor superior de composición en 1984.
En 1997 se graduó como el primer director de orquesta no vidente en la historia de la música en la citada casa de estudios bajo la preparación del maestro Mario Benzecry. Este hecho fue cubierto por la prensa local e internacional y difundido por diversos medios gráficos, televisivos y radiales de todo el mundo.
En 1997, fue condecorado con el premio San Martín de Tours y Nuestra Señora de las Nieves, por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires y la Liga de Madres de Familia por su trayectoria artística.
A pesar de ello, de ser "único en su género", Bergogna ha sido discriminado por el mismo Gobierno de la Ciudad que en su momento lo premió, junto al Gobierno Nacional, quienes le negaron dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional en el último trimestre de 2002, a pesar de que así lo había decidido la justicia. Anteriormente, el "maestro" había presentado una acción de amparo al sentirse discriminado por ambos Ejecutivos, quienes le negaron la posibilidad de dirigir una orquesta en el teatro Colón.
Es dable destacar que Bergogna figura en el Diccionario Mundial de la Música por ser el primer director de orquesta ciego del mundo. Para realizar su actividad, estudia unas maquetas especialmente diseñadas que le permiten conocer las posiciones de los músicos y unos modelos de plastilina para aprender los movimientos que debe realizar.
Este periodista tuvo la oportunidad de hablar con él a principios de abril de este año, en una amena entrevista que desnudó algunas de las broncas que el maestro lleva consigo a cuestas:
-¿Cómo evalúa que lo que le está sucediendo configura una real discriminación?
-Es una discriminación porque no tiene ningún tipo de fundamento profesional, no tiene ningún tipo de argumentación que justifique la acción que estoy sufriendo. Se me está impidiendo ejercer una actividad de la cual he demostrado tener idoneidad como también he dado muestra de gran éxito en los conciertos que dirigí donde la discriminación no existió, específicamente dirigiendo la orquesta de cámara del Conservatorio Nacional de Música, con la cual me gradué. Después la orquesta sinfónica juvenil Libertador San Martín en la Facultad de Derecho. Luego con la orquesta sinfónica de Entre Ríos y el coro polifónico de la Asociación Berriana.
-¿Dirigió usted alguna vez fuera del país?
-Yo no dirigí nunca fuera del país pero mis conciertos sí fueron cubiertos en el exterior. Es decir, en este caso el concierto que yo dirigí en Paraná está en Hungría, en el Archivo Nacional Húngaro. Y eso fue incorporado en noviembre de 2001. Anteriormente, los conciertos que yo había dirigido en la Facultad de Derecho, por ejemplo, fueron cubiertos internacionalmente e incluso televisados en Alemania, Italia. Incluso hay una biografía mía en el Diccionario Mundial de la Música, que editó la casa Grob en Londres, en 1997.
-¿Cómo empezó todo esto?
-Antes que nada, hay que hacer una acotación. Yo soy compositor en ejercicio. En mi página hay un enlace en el que puede verse las obras que he compuesto (2).
Empecé diálogos administrativos con la Orquesta Sinfónica Oficial. Los diálogos administrativos quedaron truncos ¿Por qué? Porque me encontré con indiferencia, con negativas. Luego la Liga Argentina por los Derechos del Hombre comienza un recurso de amparo...
-A favor suyo...
-A favor mío, contra el Gobierno Nacional y otros, en agosto de 2000, a través de la Jueza Liliana Highland. Se llega a dos conciliaciones favorables para mí en el año 2001, con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y con el Gobierno de la Nación. El tema es que, a través de esas conciliaciones, se determina que el 27 de abril de 2002 iba a dirigir a la orquesta Filarmónica de Buenos Aires y en el último trimestre de ese año iba a dirigir a la Sinfónica Nacional. Yo estaba muy contento porque todo había llegado a feliz término.
Hete aquí que, a partir del primer ensayo con la filarmónica de Buenos Aires -el 23 de abril- comienzan a hacerme un boicot. Por culpa de un grupo de músicos no se puede llevar adelante la segunda parte del ensayo. Esto fue avalado por Gerardo Gandini, entonces director artístico de la filarmónica. A todo esto el teatro Colón no me había hecho firmar el contrato respectivo, me habían cambiado una parte importante del programa a último momento -lo cual había aceptado sin inconvenientes- y había partituras que no aparecían.
En fín, el boicot se manifestó a través de una serie de inconductas por parte de estos músicos a los que me estoy refiriendo que, siempre subrayo, no era toda la orquesta, fueron 38, pero como eran mayoritariamente de la "cuerda" -y la cuerda es la mayor parte de la orquesta- hicieron que esto se produzca.
-¿En qué consistió el boicot?
-Consistió en "desobediencia a la batuta", falta de respeto por parte de ellos hacia mi persona...
-¿Cuántos ensayos hubo?
-Uno solo. Después fue imposible seguir ensayando porque ellos se retiraron.
-¿Fue acción sólo de los músicos o hubo alguien por encima de ellos que los incitó?
No... también tuvo que ver Pedro Ignacio Calderón y su mujer. Esto fue "orquestado", valga la humorada irónica. Hay que tomar en cuenta una cosa: la esposa de Calderón, Haydee Francia, es "concertino" de la filarmónica, junto con Pablo Saraví.
Yo antes de que empezara todo esto, hablé con Calderón y él se comprometió a ayudarme en algo que finalmente no cumplió respecto a dirigir la Sinfónica Nacional. Cuando llega el 23 de abril, Gandini con su ausencia -estaba dirigiendo la Sinfónica como director invitado- avala la acción de los músicos.
Finalmente es elegido Andres Spiller para sustituirme a mí, en la fecha del 27. O sea que él comenzó los ensayos al día siguiente del momento en que ellos levantaron el ensayo conmigo y Gerardo Gandini al lunes siguiente dirigía la sinfónica Nacional. Cambio de figuritas, Christian.
-Lo entiendo, pero me imagino que Ud. habló con él después de esto y seguramente le habrá dado alguna excusa...
-Sí, me mostraron una carta, que había sido absolutamente pergeñada de antemano, y me dicen "acá hay gente que está pidiendo su remoción y yo tengo que tratar de hacerles caso porque de lo contrario si yo mañana lo hago dirigir a Ud. esto se concierte en un desbande". Estas son textuales palabras de Gandini.
-Bueno, por lo menos tuvo una coartada Gandini
-Claro, lógico, fue una coartada. Yo inclusive pedi una copia y después hice una denuncia penal contra Gandini -donde presenté esa carta junto con otras tres más- que cayó en el juzgado del Dr. Madjubián. Esta denuncia penal tuvo, entre otros cargos, el de "mal desempeño de funcionario público". El juez finalmente dijo que el amparo debía cumplirse, pero la jueza Highland no lo hizo cumplir y la Liga por los Derechos del Hombre prácticamente me dejó solo.
-¿Cómo se dió esto último?
-Bueno... el Dr. Eduardo Barcesat -uno de los patrocinantes de la denuncia- no me acompañó cuando fue el primer ensayo. Por su parte, la Dra. Highland terminó poniendo, el año pasado, el amparo en un freezer, porque se limitaba a enviar oficios al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Gobierno Nacional para que directamente le respondan que yo no estaba programado.
-Excusas...
-Estamos ante una constante de excusas. En algún momento del año pasado Barcesat me propuso un juicio ordinario que yo rechazo porque iba a terminar en el año 2050. Uno sabe bien cómo son algunos jueces acá.
-¿Cómo está su situación hoy en día?
-Mi situación está estancada, a tal punto que, cuando Liliana Highland pone el amparo en el freezer, yo intento reanudar los diálogos administrativos, ya sea con el actual secretario de Cultura, Gustavo López, donde yo pedí una entrevista que nunca me concedieron. Anibal Ibarra lo mismo, nunca me dio explicaciones.
-¿So pretexto?
-Ninguno, ninguno. Ibarra con reiteración a través de fax. Tito Capobianco, director actual -general y artístico- del Teatro Colón, al que también le pedí una entrevista, me hizo parte de una situación tragicómica: empiezo a recibir llamadas por parte del Teatro Colón, diciendo que me va a recibir el 10 de marzo (de este año) Jorge Carchófolo, Secretario artístico del teatro. Cuando voy, él no sabía muy bien -directamente no sabía nada- para qué yo iba. Decía que Capobianco no le había pasado ningún dato.
-Es humillante
-Primero me veo lesionado, Christian, como ser humano. Después veo atropellada mi jerarquía artística, todo lo que vine demostrando. Entonces ¿qué pasa? Uno va a una entrevista y no sabe para qué lo reciben. Nos encontramos ante una situación que se parece más a un blooper que a otra cosa.
-Una última pregunta ¿Ud. es consciente de la magnitud e importancia de lo que Ud. hace?
-Estoy muy consciente de ello y, justamente porque soy consciente de ello es que me duele como argentino, me duele como persona, me duele como artista. Soy consciente de la oposición que estoy recibiendo. Me veo de pronto que estoy luchando contra el "clan toreador" -Ud. y yo sabemos de lo que estoy hablando- y yo de ninguna manera voy a declinar esto.
-Gracias, maestro
-Gracias a usted...
Luego de cortar con el maestro Bergogna, me quedó una inevitable sensación de desidia. Debería ser un honor para nuestro país que un hombre como Bergogna sea argentino, el único director de orquestas no vidente del mundo. Pero en nuestro "purgatorio" vernáculo, las cosas son bien diferentes: la mediocridad de nuestros políticos no les permite valorar lo que realmente vale la pena. A menos que haya algún beneficio económico, obvio.
Sabe Bergogna lo que esto significa. Así lo reflejó en su página de Internet: "El verdadero artista siempre debe decir algo a través de su obra y tiene que luchar constantemente contra la mediocridad, la incomprensión mayoritaria y la discriminación. Nuestro tiempo mercantilista y carente de bases espirituales desafía al artista a que éste guarde su integridad espiritual para no ser un elemento más de la contracultura vigente.
Es menester que todos los que elegimos el camino de las artes para expresarnos, comprendamos que nuestra tarea se valora muy poco en pro de la síntesis humana y el exitismo, pero bien vale la pena".
Palabras veredes...
Christian Sanz
(1) Su página de Internet es http://www.gabrielbergogna.com.ar y su mail casadeletras@fullzero.com.ar