¡Recién Publicado!
cerrar [X]

Pertenecer tiene sus privilegios

0
LA BELLEZA DE LA VIDA Y SU GRAN LECCIÓN
LA BELLEZA DE LA VIDA Y SU GRAN LECCIÓN

Nunca supe porqué, pero eso siempre estuvo ahí. Esa extraña sensación de incomodidad siempre me ha acompañado. Como una perturbadora y permanente compañera.

 

No sé cuándo empezó todo esto. Desde que tengo memoria siempre me sentí fuera de todo contexto. Como si no perteneciera a ningún lugar de los que me tocó transitar en mi paso por la vida.

Podría hablar de mi paso por la escuela. O mis circunstanciales amigos. O los círculos de gente en los que me tocó estar. Tal vez en algunos de esos lugares haya estado más cómodo que en otros, pero debo confesar que nunca estuve realmente en simbiosis con el ambiente que me ha rodeado.

Siempre me sentí como si estuviera en otra frecuencia del mundo. Como si la vida fuera una película y yo sólo fuera un observador en tercera persona.

Siempre queriendo escapar del lugar en el que estuviera. Muchas veces de manera desesperante. Es extraño e inexplicable, pero es así. Es un hecho que no merece demasiado análisis, pero que a veces me supera.

Algunos amigos míos me dan su pseudoexplicación diciendo que es sólo un mambo del momento, que soy un "bicho raro". Mi amigo Santiago, en particular, me dice siempre que mi problema es que intento pelear constantemente contra el mundo y que eso me produce un choque inevitable con los demás.

Yo sólo puedo reirme frente a tales comentarios, pero suelo escucharlos con atención. Sé que, quienes me lo dicen, lo hacen por mi bien. Para que entienda el porqué de algunas cosas que me pasan.

Tal vez esas palabras me causen gracia porque no tengo la inteligencia de entenderlas.

Lo cierto, es que esos sentimientos de no pertenencia me han llevado a querer estar cada vez más en soledad. Incluso he llegado a tomarle gusto a ese constante aislamiento que en principio me parecía amargo.

Entiendo por otro lado que, a causa de todo lo dicho, mi visión del mundo se ha deteriorado de manera subjetivamente negativa. Entiendo que no es nada bueno estar insistentemente solo. No podría imaginarme un mundo habitado por personas como yo. Sería tremendo.

Lo más triste es que me siento bien en mi solitaria postura. Siento que estando aislado, mi vida es más cómoda que estando en compañía de alguien.

Adoro quedarme solo en mi casa mirando el cielo por la ventana, escuchando mi música favorita. Esa que me hace viajar hacia lo más profundo de mis sentimientos.

A veces hago el mismo ritual, pero desde el muelle de la costanera o desde Puerto Madero con mis auriculares a todo volúmen. No existen palabras para describir la hermosura de estar frente a la inmensidad del horizonte. En los marcados límites entre el cielo y el mar, donde la pequeñez del ser humano se hace más elocuente que nunca.

Es ahí donde descubro que mis problemas no tienen razón para opacar mi vida. Ese instante es un verdadero paréntesis en mi existencia. Es como si el tiempo se detuviera por unos minutos y nada más importara en absoluto.

Y entonces vuelvo a aprender esa lección que necesito volver a asimilar cada tanto. Que nada es tan grave como para quitarnos el optimismo de vivir cada día. Cada día es tan hermoso como único y sólo es cuestión de valorar aunque más no sea el habernos podido levantar de la cama cada mañana.

Esa lección de vida, como tantas otras, solo nos dura 15 minutos y es algo lamentable. Es increíble cómo en cuestión de horas volvemos a estar como antes. Preocupándonos por cosas verdaderamente triviales.

 

0 comentarios Dejá tu comentario

Dejá tu comentario

El comentario no se pudo enviar:
Haga click aquí para intentar nuevamente
El comentario se ha enviado con éxito
Tu Comentario
(*) Nombre:

Seguinos también en

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
LinkedIn
Pinterest
Whatsapp
Telegram
Tik-Tok
Cómo funciona el servicio de RSS en Tribuna

Recibí diariamente un resumen de noticias en tu email. Lo más destacado de TDP, aquello que tenés que saber sí o sí

Suscribirme Desuscribirme