Hace unos días, diario La Nación solicitó al Poder Ejecutivo conocer a cuánto asciende el salario de Cristina Kirchner y los ministros de su Gabinete. Es que, desde diciembre de 2012 no se conoce cuáles son los haberes que percibe la jefa del Estado por su cargo.
Sin embargo, Presidencia se negó a brindar escudó en la ley que regula "la protección integral de los datos personales para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las personas".
Poco después, la Secretaría General de la Presidencia en su web oficial publicó que la mandataria percibe un salario mensual bruto de 79.005 pesos, que con los correspondientes descuentos y aportes, queda 48.366 pesos de bolsillo. Siempre según ese organismo.
Por su parte, el vicepresidente Amado Boduou percibe un sueldo mensual de 43.756 pesos de bolsillo, mientras que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, recibe un salario de 44.678 pesos de bolsillo.
Lo que no dice la Secretaría que conduce Oscar Parrilli es que aparte de su salario, Cristina percibe gastos de representación y viáticos, que casi duplican ese monto. Es decir, que su sueldo llega casi a los $140 mil.
Ello sin mencionar que casi todos sus gastos personales son cubiertos por el propio Estado.
Para entender la desproporción, no hace falta comparar esa cifra con lo que gana un maestro o un jubilado, quienes no llegan siquiera al 10% de ese monto. Solo basta mencionar que el presidente de Uruguay, José Mujica, gana la mitad de lo que gana Cristina y encima dona parte de sus ingresos.
Como sea, aún con las explicaciones oficiales no alcanza para explicar cómo hizo Cristina para que su patrimonio creciera 3.540% en apenas ocho años.
Tal vez ahora se entienda por qué Cristina estuvo tan reticente a decir cuánto ganaba.
Christian Sanz
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