Hace un par de meses, en la cochera de mi propio edificio me forzaron la puerta de mi auto —un Fiat 600 modelo 77— y me sacaron varias cosas de valor. No fue lo peor, sino el hecho de que destrozaron todo el tablero de mi vehículo y dejaron las puertas desarmadas.

A pesar de tener alarma —una poderosa X28— y pagar una fortuna en expensas para tener seguridad privada, mi “Fitito” debió sufrir un injusto desmantelamiento. Todo ello, a metros del mismísimo guardia. 

Frente a lo ocurrido, decidí reclamar al administrador del edificio, un tal Alejandro Varo, un hombre mayor que solo aparece unas pocas horas por semana a cobrar las expensas (algo que él mismo admitió luego en una carta).

Su respuesta a mi problemática me dejó sorprendido: no solo me dijo que no se haría cargo de nada, sino que además puso en duda lo que me pasó y me pidió que no lo llamara ni escribiera más a su celular, el mismo que me pasó él mismo en su momento en su tarjeta profesional (que ilustra esta nota).

¿Desconocerá Varo el fallo que hace un año la justicia refrendó y que obliga a playas para estacionar a hacerse cargo de robos y daños? A este se suman otros fallos de segunda instancia que responsabilizan al consorcio en casos similares al mío.

Fuera de ello, si alguien viera el edificio en el que vivo, donde las paredes se caen a pedazos, hay goteras por doquier y ni siquiera funcionan bien los ascensores, se sorprendería por el alto valor de las expensas que pagamos. ¿Dónde va ese dinero? ¿En qué se invierte? Mas aún... ¿es cierto que Varo tiene una cueva financiera? ¿Y que la Administración Tributaria de Mendoza le inició un juicio?

Me encantaría preguntarle a Varo, pero es un fantasma, que alguien ha puesto en un cargo que le queda grande, ya que desconoce lo básico, la ley 13.512, de propiedad horizontal. Baste mencionar que me cobra expensas extraordinarias y soy inquilino.

Tampoco hace cumplir el reglamento de copropiedad del edificio, donde, entre otras cosas, está prohibido tener animales. La excepción somos aquellos pocos que carecemos de mascotas.

¿Qué se hace frente a una situación semejante, un timador, que solo hace lo que hace para sacar provecho monetario para sí mismo? Después nos quejamos de los políticos, de los Julio De Vido y otros, pero esto es lo mismo a otra escala.

Es una catarsis que me supera, y pido disculpas por ello, pero me harta la mediocridad, ya lo dije: nos quejamos de los gobernantes y a veces se abusan de nosotros en pequeñas cosas.

Me disculpo, pero tenía que decirlo.