Los coletazos de la investigación que la justicia lleva adelante sobre la figura de Lázaro Báez, no deja de deparar sorpresas.
El juez Sebastián Casanello es el principal protagonista de algunas de las polémicas del momento, principalmente por su ostensible retardo a la hora de allanar las propiedades del otrora empresario K.
Ello permitió que, durante mucho tiempo, quienes querían borrar pruebas, pudieran hacerlo sin problema alguno. ¿Quién sería tan imbécil de mantener intacta evidencia que lo complica a sabiendas de que lo van a allanar de un momento a otro?
A lo antedicho hay que sumar otra novedad, insólita si las hay: aún después de que la justicia comenzó a rastrillar los campos de Báez, el dinero siguió moviéndose desde Santa Cruz a Buenos Aires.
Al menos, ello es lo que registró una intercepción telefónica que hicieron ayer los investigadores del caso. La historia no tiene desperdicio.
Tiene que ver con un camión con acoplado que partió este jueves desde la provincia-cuna del kirchnerismo hacia la Capital Federal “lleno de dinero”.
Mientras conducía, escoltado por cuatro custodios, el chofer del vehículo —a quien le dicen “Lucho”— tuvo una breve comunicación telefónica con su esposa. La conversación textual es la siguiente:
-Hola ¡como andas gorda? Aquí estoy ya llegando… 30 horas viajando. Estos tipos son barbaros.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?
-Me largan con este paquete y la yuta custodiando. Y no me hablan más.
-…
-Gorda, ya pagaron; le di todo aquello al Sabrina.
-¿Cuánto llevás gordo?
-No sé, capaz de 600 0 700 millones. Todo verde.
-…
-Ya está, no más esto, no me gusta.
-¿Los chicos qué hacen?
-Che, si llama el Javier no le digas nada.
-Tranquilo, cuídate.
-Más tarde te llamo. No hay controles.
-¿Todo bien?
-Esto iba a casa de Martin (¿Báez?), pero me cambiaron la ruta.
-¿Eh?
-No sé, más tarde me dirán dónde la llevo. Y me ofrecen sacarla la del finado (¿Néstor?).
-No gordo, basta, ya no. Cuidate.
-Dale, te espero.
Quien aportó la desgrabación a este cronista, es uno de los investigadores del caso. Ergo, la conversación será incorporada en las próximas horas al expediente del caso Báez.
Por lo pronto, la periodista de investigación cordobesa, Graciela Capellino, que también fue testigo de las revelaciones e indagó con quien firma estas líneas, presentó una denuncia en la justicia.
Allí queda claro cómo es el mecanismo a través del cual todavía se mueve la presumible plata de la corrupción del kirchnerismo, sin importar a quienes lo hacen que la justicia esté rastreando los pasos de es dinero "negro".
El teléfono del cual partió el llamado referido es de la zona de Castelar, provincia de Buenos Aires, y está registrado a nombre de Natalia Soledad López. Su DNI finaliza con "261".
Los últimos números del celular, que tiene característica de Buenos Aires, son **73-5378.
Es todo lo que se dirá, para no entorpecer la indagación que llevan adelante los sabuesos. Llegado el caso, se revelarán más detalles.
Depende, claro, de la voluntad de las fuentes de información que hablaron con este periodista. Son las reglas del periodismo.