Hace un par de días, el domingo 6 de noviembre, los principales medios de comunicación dieron cuenta de la muerte de tres supuestos delincuentes, en el marco del robo de un automóvil perteneciente al secretario de Seguridad Interior de la Nación. Aunque la noticia no tuvo mayor trascendencia y nadie sospechó nada raro detrás de lo sucedido, a todas luces se trató de un hecho fuera de lo común, sobre todo porque involucró a personajes de renombre político.
La oficiosa agencia de noticias Télam, lo contó de la siguiente manera: "Tres delincuentes murieron ayer cuando intentaron robar un auto en el que se hallaban dos custodios del secretario de Seguridad Interior de la Nación, en la localidad bonaerense de Castelar, informaron fuentes policiales.
El hecho ocurrió en Sarmiento, entre Alvarez Jonte y Santa Rosa, de Castelar Norte, donde un oficial principal y un suboficial de la Federal que se encontraban dentro de un Toyota Corolla se resistieron a un robo y se tirotearon con los delincuentes.
Fuentes del Ministerio del Interior aseguraron a Télam que los policías custodiaban al secretario de Seguridad Interior, Luis Tibiletti, quien en el momento del hecho se encontraba participando de una misa en una iglesia del lugar.
El episodio se originó cuando dos hombres armados sorprendieron a los custodios que aguardaban la salida del funcionario nacional dentro del Toyota Corolla.
Según las fuentes, los delincuentes obligaron a los custodios, quienes se encontraban vestidos con ropas de civil, a pasar al asiento trasero del vehículo, y se los llevaron privados de la libertad.
Sin embargo, a los 200 metros los delincuentes detuvieron su marcha para que subiera un tercer asaltante, momento en el cual el oficial principal le manoteó el arma a uno de los ladrones y se arrojó del vehículo.
Las fuentes dijeron que ese instante se originó un tiroteo en el que murieron los tres asaltantes, mientras que los custodios resultaron ilesos".
Lo primero que llama la atención es que alguien intente robar un automóvil con ocupantes adentro. O se trató de otro tipo de golpe o algo no cierra del todo. A eso debemos sumar que:
-Resulta demasiado sospechoso que el tercer maleante se encontrara a 200 metros del lugar. Semejante lejanía no resultaba útil a ningún efecto imaginable.
-Es difícil de entender cómo "todos" los delincuentes han podido resultar muertos en el supuesto tiroteo. Si uno analiza este tipo de hechos, siempre suele quedar algún que otro herido de gravedad, pero no mueren todos los asaltantes.
-En contraste con lo antedicho, es insólito que los custodios hayan resultado ilesos.
La dimensión desconocida
Con un montón de interrogantes a cuestas y muy pocas certezas, este periodista se propuso indagar todo lo posible para develar el fondo de una cuestión que aparentaba esconder algo más oscuro que un simple robo.
Una de mis sospechas surgían del hecho de que, aunque todo sucedió en la puerta de una iglesia, en medio de la celebración de una misa, no hubo testigos del hecho. No, por lo menos, de acuerdo a lo que yo mismo pude averiguar.
Ante la imposibilidad de conseguir un testimonio directo, tuve que recurrir a fuentes de la propia Secretaría de Seguridad Interior y de otras fuerzas de seguridad. El primer informante fue concreto: "¿Querés llegar a la verdad? Fijate de quién depende la secretaría de Seguridad ", me sugirió con elocuente brillo en los ojos. No logré que me dijera nada más, pero imaginé que, sin mencionarlo, el confidente se refería al ministro del Interior, Aníbal Fernández, como "cabecilla" de la movida.
Luego de entrevistar infructuosamente a diversos personajes, finalmente alguien me dijo algo que me pareció interesante. Lo hizo crípticamente, pero lo hizo: "Si quisiera matar a alguien y que el crimen quedara impune, ¿Qué haría? No ocultar el cadáver, lo mejor es alegar legítima defensa y armar el escenario para probarlo. Es una buena hipótesis si tenemos en cuenta que los presuntos delincuentes habrían usado armas de fuego 9 mm. sustraídas a personal policial de Quilmes", disparó mi interlocutor.
Antes de retirarse, dejó flotando una duda en el aire: "¿Quiénes son los delincuentes? ¿Por qué no tenían antecedentes?". Esa noche no pude pegar un ojo.
Al día siguiente, me aboqué a averiguar todo lo que me fuera posible sobre Luis Tibiletti, el secretario de Seguridad Interior. Según contaban algunos diarios, Tibiletti era el encargado de las fuerzas federales de seguridad: Policía, Gendarmería y Prefectura. "A su Secretaría también reporta la Policía de Seguridad Aeroportuaria surgida de la disuelta PAN, luego del escándalo de las narcovalijas de SW (1).
Lo que contaban los diarios era interesante, pero yo quería saber aún más sobre él, por lo cual busqué por otros medios y traté de reconstruir sus datos personales. Pronto supe que:
Luis Eduardo Tibiletti es argentino y nació el 26 de abril de 1950, su DNI es 8.019.623 y se domicilia en un amplio departamento de la calle Manuel Ugarte de esta Capital Federal.
A su nombre tiene otro inmueble ubicado en la calle Italia de la Localidad de Castelar, Partido de Morón y un automóvil Renault Clío RL 1.9 D, año 1996.
Luis Tibiletti es un funcionario de estrecha confianza de Aníbal Fernández. Por caso, en diciembre del año pasado, en plena recorrida del ministro del Interior por algunas provincias del país, Tibiletti fue una de las personas que estuvo a su lado.
Uno de los viajes fue reflejado de la siguiente manera por el periódico Jujuy al día del 22 de noviembre de 2004: "Aníbal Fernández, iniciará por Jujuy una serie de reuniones con funcionarios y jefes policiales del NOA (Luego lo hará con las restantes provincias), en el marco de la iniciativa gubernamental de ampliar su ofensiva contra la inseguridad en todo el país (...) La primera cita se concretará en la gobernación de Jujuy, donde el mandatario provincial Eduardo Fellner recibirá a Fernández y a los funcionarios de Gobierno y Seguridad de Salta, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero. La misma modalidad tendrá otras reuniones previstas hasta fin de año, en las que los funcionarios provinciales y jefes policiales esbozarán las principales necesidades de sus distritos y sus falencias más notorias en equipamiento y operatividad.
Acompañarán a Aníbal Fernández en su recorrida por las provincias, el secretario de Seguridad Interior, Alberto Iribarne; y el secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad, Luis Tibiletti".
Tal cual auguraba el periódico, el ministro Fernández viajó tres dias más tarde a la provincia de Formosa y luego siguió su recorrido por otras zonas del país. En esos días, Tibiletti cambió su cargo de "director Ejecutivo del Consejo de Seguridad Interior" por el de "secretario de Seguridad Interior". Un enroque realmente importante.
Es necesario destacar la estrecha confianza entre Tibiletti y Fernández para entender el marco de los comentarios de una de las fuentes de información consultadas por este periodista.
"Sé que tenés muchas dudas respecto a lo sucedido el domingo pasado, pero hay un dato que te va a generar más interrogantes aún: uno de los malvivientes acribillados por los custodios de Tibiletti era enemigo declarado de Aníbal Fernández", admitió un veterano funcionario del ministerio del Interior, que oficia de histórica fuente de este periódico. "Es la primera vez en mi vida que veo un trío de ladrones que no tienen siquiera un antecedente en la justicia ni en la policía", agregó.
En tal sentido, podemos detallar el caso de Guillermo Horacio Figoli (2), uno de los presuntos delincuentes muertos en Castelar quien, a pesar de tener algunos antecedentes por delitos económicos, nada tenía que ver con temas de "robo" o "secuestro".
Pero lo más interesante del asunto tiene que ver con que Figoli trabajaba en el Consorcio de propietarios del Club de Campo Cañuelas, donde tienen propiedades Aníbal Fernández, Sergio Villordo, José Pampuro y Carlos Ruckauf. Una casualidad imposible.
Concluyendo
Este hecho, que pasó sin pena ni gloria por los medios vernáculos, no termina de cerrar por ningún lado. Es raro que ningún periodista haya intentado profundizar sobre algunos de los "baches" que dejó a su paso la información oficial.
Por las características de lo sucedido, todo suena a venganza o ajuste de cuentas. Se armó un buen escenario, pero no una buena historia que sustente la información oficial. Sin testigos presenciales y con tres presuntos delincuentes que no pueden hablar, habrá que creer la historia que cuentan los mismos custodios.
Por lo menos hasta que, desde este periódico, logremos terminar de descubrir la verdad de lo sucedido.
Christian Sanz
(1) Suena demasiado sospechoso que el ministerio del Interior haya decidido que la Secretaría de Tibiletti tenga injerencia sobre la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Es que el escándalo de las narcovalijas de SW involucra, según varios testimonios periodísticos, al propio Aníbal Fernández.
(2) Guillermo Horacio Figoli era argentino y tenía 39 años de edad. Nacido el 1º de marzo de 1966, DNI 17.681.371, se domiciliaba en la localidad de Wilde, Partido de Avellaneda.
A quien corresponda Según consta en el artículo publicado por uds. la persona que se menciona como presunto delicuente soy yo y mas aún con los datos correctos de DNI, fecha nacimiento y ciudad de residencia, pero lo que no es correcto es sobre mi fallecimiento, ni tampóco que tengo antecedentes por delitos ecónomicos cometidos, ni nigún tipo de relación con los políticos que nombran. Es mas, no tengo ningún tipo de antecedentes policiales. Por lo expuesto quisiera que mediante otro artículo publiquen lo expresado. Ya he recibido bastantes comentarios en referencia a esta nota periodística, como también problemas para salir del país. Espero su respuesta. Saludo atte. Guillermo Horacio Fígoli DNI 17.681.371