Gabriela Chaves investiga las trapisondas de la Tupac Amaru de Mendoza. Se trata de la agrupación liderada a nivel nacional por Milagro Sala, hoy presa y acusada de los delitos de asociación ilícita y extorsión, entre otros.
Como se dijo, la fiscal avanza en la provincia con la pata local de ese escándalo y apunta sus cañones sobre la figura de Nélida "Nelly" Rojas, la líder de la agrupación a nivel provincial.
Como viene informando este cronista, a través de un minucioso y cuidado trabajo investigativo, Cháves ha descubierto que la mujer, junto a su familia -y otros tantos partícipes-, ha cometido ingente cantidad de delitos, a efectos de enriquecerse a costa de terceros.
El clan Rojas enfrenta graves acusaciones, por asociación ilícita, estafa, coacción y extorsión, a lo que se sumó hace unas semanas el delito de lavado de dinero.
En una entrevista realizada por este portal hace algunos días, la fiscal reveló uno de los costados más perversos de la Tupac de Mendoza, relacionado con la esclavización de personas que pertenecían a su agrupación.
"Los tipos nunca pagaron a los pobres que estuvieron laburando, mano de obra esclava prácticamente, porque no solamente no les pagaron, sino que les cobraban para trabajar gratis, hay gente de Godoy Cruz que se tomaba dos micros para ir a sacar espinas, limpiarle la casa a Nelly Rojas y volver", dijo entonces la fiscal.
Al mismo respecto, Cháves contó a este cronista: "Hay una parte que nosotros hemos podido investigar, que es la parte de la textil, porque las víctimas de la textil, están tan vulnerabilizadas que están prácticamente esclavizadas, no quieren denunciar, hay una sola que ha denunciado".
-¿Cómo era la metodología?
-En realidad aparte de las horas que tenía que cumplir mucha gente, si vos tenías una capacidad para coser te mandaban a trabajar en la textil, tenías que trabajar.
-Se aprovechaban de los militantes...
-Más que eso: era trabajo esclavo. Cosían y hacían mamelucos para muchas empresas de acá de Mendoza. La Tupac ha hecho convenios con la Nación por guardapolvos, para el Ministerio de Desarrollo Social. De allí venían en una caja guardapolvos, sin coser, solo cortados y los confeccionaban. Los cosía la gente y después los vendían.
-¿Adónde iba a parar el dinero?
-Toda esa plata iba para el domicilio personal de Nelly, aunque todo lo hacía en la modalidad cooperativa.
-¿Y de eso hay una sola víctima?
-No es que haya una sola víctima, sino que hay solo una víctima que denunció. Contó que trabajaba 18 horas, lo hacía gratis, incluso pagaba, porque tenía que pagar la cuota para lo de Tupac. Dentro de la textil tenían una delegada que era las que las controlaba, la delegada tenía en un cuaderno las horas de trabajo anotadas, y ellas tenían otro cuadernito, ese no se lo daban.
-Y eso era solo la parte de la textil, después estaba la militancia y todo lo demás.
-Claro. Por ejemplo, salían de ahí y las mandaba el sereno a cubrir la obra, a cuidar la obra, eso lo hacía durante cinco años gente totalmente vulnerable. Pero no quieren denunciar, tienen miedo.
-¿Aún tienen miedo?
-Sí. Esta gente tiene más miedo que los otros porque son más vulnerables, creo que hay mucha gente que tiene miedo, y se ha dado la casualidad de que es la gente que tenía la promesa de la casa. Es la que ha venido a hacer la denuncia, y a la que ya tiene su casa le han dicho que si los denuncian les van a quitar la vivienda, porque no tiene escritura. Te obligaban.
-Terrible...
-Hay gente de todos lados que trabajaba de esa manera, hay gente que perdía su tiempo, dejaba de trabajar. Dejabas a su familia para ir a trabajar y después la echaban. Y una vez que te tenían así, no te quedaba otra que seguir, los tenían prácticamente cautivos. Todo a través de una cooperativa que no era de trabajo, era una cooperativa pero no construía viviendas. En el fondo estaba el Ministerio de Desarrollo de la Nación.