Anoche, los principales puntos del país se llenaron de ciudadanos que, de manera espontánea, salieron a protestar por los 12 años de corrupción del kirchnertato.
Las imágenes fueron elocuentes, no existió posibilidad alguna de minimizar la convocatoria que tuvo la marcha en cuestión, lo cual se vio reflejado en el silencio de los militantes K.
Allí, a través de proclamas en forma de carteles, la sociedad hizo catarsis por los desaguisados que llevaron adelante Néstor y Cristina.
Pero hubo mucho más, un rosario de reclamos que fueron consecuencia de la bronca de los mismos que marcharon. Fue un “basta” a todo esto:
Basta de bolsos repletos de dólares.
Basta de coimas y negociados.
Basta de narcos en el gobierno.
Basta de bóvedas y supuestos mausoleos.
Basta de espionaje a los ciudadanos.
Basta de presión a los jueces y fiscales.
Basta de muertes sospechosas y crímenes de Estado.
Basta de narcos mexicanos.
Basta de lavado de dinero.
Basta de ostentación y prepotencia.
Basta de relojes Gucci y carteras Luis Vuitton.
Basta de populismo y neopopulismo.
Basta de testaferros y prestanombres K.
Basta de valijas de Venezuela.
Basta de sobreprecios en la obra pública.
Basta de calles y escuelas con el nombre de Él (Néstor).
Basta de estadísticas adulteradas.
Basta de cepos y restricciones disfrazadas.
Basta de presión al periodismo.
Basta de delincuentes disfrazados de empresarios de medios.
Basta de los Aníbal, los Jaime, los De Vido, los Echegaray, los José López, etc.
Basta de latrocinio y robo a mansalva.
Basta de kirchnerismo... ni más ni menos.