En momentos de crisis, los curros afloran, es una verdad de Perogrullo. En ese contexto, hay infinidad de pseudociencias disponibles en el mercado que configuran un medio para que las más insólitas maneras de hacer dinero fácil florezcan. Eso sí, apelando siempre a la desesperación de la gente.
Desde las estafas piramidales vendiendo cremas milagrosas, hasta las que ofrecen autos en cuotas demasiado baratas para ser ciertas. Tribuna de Periodistas ya ha dado cuenta de fraudes de todo tipo y color.
Sin embargo este podría ser el más increíble curro de la cual penden las creencias de muchos mendocinos famosos.
Tiene que ver con una doctrina denominada Hoʻoponopono (ho-o-pono-pono) un arte hawaiano antiguo de "resolución de problemas" basado en la reconciliación y el perdón. La palabra significa algo así como "higiene mental", y consta de conferencias familiares en donde a través de la oración, discusión, confesión, arrepentimiento y perdón se sana una enfermedad, ya que según la creencia polinesia, el enojo y el odio enferman el cuerpo.
Hasta ahí todo bien, e incluso positivo. ¿Qué mejor que hablar para solucionar los problemas y estar en paz con uno mismo? La cuestión es que en la provincia de Mendoza, el ancestral arte hawaiano del perdón es recurso para un negocio insólito: la venta de mantras y talismanes.
La especialista vernácula en este negocio se llama Cecilia Richard (ver video más abajo), y casi no hay profesional o empresario mendocino que no haya acudido a ella para montar su nuevo negocio, comenzar un proyecto o "limpiar" espacios de malas energías.
Este portal pudo acceder al menos a tres testimonios que dan cuenta del "curro", uno de ellos incluso terminó en la Justicia a fines de 2016, aunque aún la Justicia no resolvió si impulsará la denuncia o la desestimará. Quien hizo la presentación es un conocido arquitecto mendocino, otrora mediático. "Me cobró una fortuna por un talismán y un mantra, que en lugar de ayudarme me complicaron, se me cortó el trabajo repentinamente y no me llamaron de ningún medio más", se confesó ante este portal.
En el mismo sentido se manifestó un reconocido peluquero de la Quinta Sección de la Ciudad de Mendoza que quiso permanecer en el anonimato.
Al momento de abrir su nueva sucursal no hubo quien no le recomendara acudir a Richard para empezar el negocio con el pie derecho. De hecho, esta última le entregó un cofre de madera con "talismanes mágicos y piedras preciosas", por el que le cobró cerca de 3.000 pesos. La mujer le dijo que debía conservar esa caja dentro del negocio y no abrirla por nada del mundo.
Pasado el tiempo y con algo más de escepticismo, el empresario se decidió a mirar qué había dentro. Lo que vio lo dejó sin habla. "No eran más que piedritas con tierra del Parque General San Martín", dijo a este portal sin perder el humor.
Y agregó "me pregunto cuántas piedritas del Parque andan boyando por Mendoza".
Y es que la pregunta no es desacertada. Son numerosos los famosos mendocinos que confían su futuro en las piedras y mantras que vende Richard. No hace falta más que pedir una cita previa con alguna de sus dos secretarias, quienes también apuntan los precios de sus numerosos servicios, para hacerse de estos elementos "mágicos".
Es muy normal que en una consulta con la referente local del Hoʻoponopono —que ronda los 600 pesos— uno se desayune con que tiene un "trabajito" hecho sobre su persona que le impide avanzar profesional y sentimentalmente.
Es el momento donde se ofrecen los talismanes mágicos, mantras (palabras puntales que deben repetirse) y cuencos del perdón. Se trata de un tipo de maceta que Richard comercializa indicando que ahí uno debe colocar el nombre de una persona para que sane. "Esa maceta es el negocio del año; se re venden", agrega una tercera fuente a TDP.
Y no es el único servicio que vende la también escritora sobre Hoʻoponopono. "Hasta te dice qué tenés que comer para alimentar a tu niño interior", añade el informante.
Colofón
Frente a todo lo antedicho, mucho podría decirse. No obstante, es menester plantear la urgente necesidad de ser escépticos en casos como el antedicho y similares. Principalmente para evitar ser estafados en nuestra buena fe.
Siempre pongo el mismo ejemplo: ¿Cómo es que para comprar un auto vamos hasta con un mecánico para chequear que esté todo bien y para resolver temas más sensibles a nuestra vida —muchos de ellos referidos a nuestra salud— no tomamos las mismas precauciones?
Está claro que la psiquis humana es todo un misterio. Insisto: hay que ser incrédulos, buscar la comprobación de las cosas antes de creerlas con tanta facilidad.
Alguna vez lo definió muy bien el astrofísico y divulgador científico estadounidense Neil DeGrasse Tyson: "Yo simplemente voy con lo que funciona. Y lo que funciona es el sano escepticismo inherente al método científico".