Los funcionarios kirchneristas no pierden tiempo para hacer sus jugadas de siempre: en medio del fervor popular por el mundial de futbol, aprovecharon para aumentarse indirectamente sus onerosas dietas. Luego, cuando vieron que la cosa trascendió a los medios más de lo esperado, se defendieron como suelen hacer siempre: con insostenibles eufemismos.
Por caso, el incombustible jefe de Gabinete, Alberto Fernández, argumentó que sólo "se eliminó el tope, fijado en 2001, porque era inmanejable que los directores nacionales ganaran casi igual que un ministro".
"Corregimos, no nos dimos un aumento sino que quitamos el tope", aseguró Fernández en relación al techo que había fijado el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá en el año 2001.
Y si de discursos y eufemismo se trata, no podemos dejar de referirnos al aumento del precio del gas que nuestro país importa de Bolivia, cuyo precio -5 dólares por millón de BTU- finalmente impuso el Gobierno de Evo Morales pero que los medios argentinos anunciaron como un logro conjunto. Diario Clarín tituló en el día de hoy que "Kirchner y Evo habrían llegado a un acuerdo por el precio del gas", como si esto hubiera sido parte de una negociación de partes. La realidad es que nuestro país quiso imponer el precio de 4 dólares por millón (hoy paga 3,20) y Bolivia impuso la friolera de 5 dólares.
Tal vez sea el enojo por este tema lo que llevó a los oficialistas periodistas de Clarín a denunciar la escandalosa e ilegal venta de órganos humanos por parte de Bolivia en sus páginas de hoy.
Todos espiados
Otro tema que debería ocupar las páginas de los principales medios de información y que extrañamente no aparece, es el referido al ahogamiento y hostigamiento que el Gobierno sigue haciendo sobre los periodistas argentinos. En tal sentido, algunos medios alternativos hicieron trascender que esta semana la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) habría pedido a las empresas Hotmail y Yahoo que facilitaran la lista completa de usuarios de nuestro país con sus respectivas contraseñas, todo a efectos de hacer un seguimiento del "tráfico de información" entre hombres de prensa y funcionarios.
Es difícil saber si esto es realmente verdad, pero no suena nada descabellado en el marco del avance constante que el kirchnerismo está haciendo sobre el periodismo y la información circulante.
Desde hace tiempo, este periódico viene denunciando cómo el Gobierno "hackea" y espía a algunos medios independientes, funcionarios y hombres de su propia tropa. Asimismo, se ha contado cómo desde las oficinas que la SIDE posee en Av. de los Incas 3834 (1) se "captura" todo tipo de comunicaciones a nivel satelital.
Si bien esta información para algunos medios vernáculos es algo reciente, Tribuna de periodistas lo adelantó en octubre de 2004 (2): "La SIDE adquirió este año una primera partida de quince valijas portátiles equipadas con tecnología de última generación para la intercepción de telefonía celular", comentamos en ese momento, anticipando toda la movida que vino meses más tarde.
Esa denuncia del año 2004 es fundamental para entender de qué va la estrategia kirchnerista de estos días. Veamos algunos de los fragmentos de ese artículo:
"La SIDE se ha lanzado a la compra casi desenfrenada de cuanto equipo de escucha y rastreo de telefonía celular se ofrezca en el mercado internacional del espionaje.
(...) En el Ministerio de Economía no les hace gracia lo que los laderos de Lavagna intuyen como una innecesaria erogación de fondos en compras que no tienen demasiada razón de ser.
La pregunta obvia a la fuente del Palacio de Hacienda fue: '¿Porqué creen que el reequipamiento del espionaje local implica gastos desmesurados..?'
La respuesta lacónica: 'Porque se está utilizando la tecnología adquirida en la búsqueda de complots que no existen'.
(...) Vale señalar que el jefe de la SIDE, Héctor Icazuriaga, está casi ajeno a lo que sucede en el organismo. Su segundo, Francisco “Paquito” Larcher (Señor 8) es quien mueve las riendas de una dependencia que continúa desmenuzando a su gente de carrera para hacer ingresar pingüinos-ñoquis-espías que cobran sobresueldos de varios colores, y carecen de un mínimo conocimiento acerca del espionaje.
(...) La esposa del Presidente sigue ubicando sus propios soldaditos en estructuras oficiales y lo hace muy solapadamente. Por caso: La Dirección de Finanzas de la SIDE está en manos de un contador sureño –familiar de Larcher-, pero hombre de absoluta confianza de la senadora, a quien le rinde cuenta periódicamente del destino que siguen los fondos reservados de esa dependencia. Este administrador del dinero negro de la SIDE es quien cuenta los billetitos que van a parar a la estructura proselitista que la Primera Dama piensa utilizar en su proyecto en la Provincia de Buenos Aires.
Esa plata también se utiliza para aceitar los engranajes de la ingeniería propagandística que alimenta la dialéctica de slogans y mensajes electoralistas aludiendo a un discurso en el que siempre figuran como mascarones de proa las ideas éticas y los anuncios del arribo de la nueva política a la Argentina de la mano de los Kirchner.
(...) Otro desperdicio de dinero que hace la SIDE provocando molestias en ámbitos de Economía, es el referido a una absurda contratación externa de servicios que son propios de la tarea del organismo de espionaje.
Es que se estarían tercerizando las escuchas telefónicas “oficiales”, es decir, las que cuentan con autorización judicial para realizarze. La SIDE habría llegado a un acuerdo con Telefónica de Argentina y Telecom para que sean ellas las que copien las conversaciones que interesan a la Justicia, preferentemente en casos donde se investigan organizaciones criminales y narcotráfico.
(...) Es que el grueso mayor de la infraestructura de comunicaciones de la SIDE está empeñada en vigilar electrónicamente a policías, militares, políticos y periodistas a quienes sospechan si no de conspiración, por lo menos de no simpatizar con la política oficial.
La base de operaciones de la calle Billinghurst, por caso, está prácticamente en su totalidad abocada a esa intromisión fascistoide en la intimidad de los opositores. Es preciso decirlo: Casi no quedan en actividad agentes especializados en seguimientos callejeros, con lo cual la estructura de espionaje oficial queda renga de una pata en el trabajo de saber si efectivamente –o no- los conspiradores argentinos despertaron del sueño. No basta con analizar llamadas o establecer gráficos de contactos entre sospechosos, cuando en la Argentina actual cualquiera que se interese en la desestabilización conoce las vulnerabilidades de las comunicaciones celulares y electrónicas".
Toda semejanza con la actual realidad no es coincidencia alguna.
Concluyendo
Mientras el presidente Kirchner se desespera para que los medios dejen de hablar de su eventual reelección, empiezan a "hacer agua" algunas de las aisladas políticas oficiales de contención económica como los improvisados "acuerdos de precio".
La falta de un plan económico homogéneo y concreto -vastamente reflejado por los medios extranjeros- empieza a incomodar a un Gobierno que no sabe cómo sostener las cosas aunque más no sea hasta mayo de 2007, momento en el que se adelantarán las elecciones, aunque esto sea negado por los impresentables de siempre.
Para que se entienda cuál es la real situación de nuestro país, esta semana se conoció un interesante trabajo realizado por IDESA (Instituto para el Desarrollo Social Argentino), que muestra que más de la mitad del gasto de las provincias se destina a salarios.
"Mientras que los servicios esenciales de la población como la educación, la salud y la seguridad pública son responsabilidad de las provincias, la Nación concentra el grueso de los recursos tributarios. La manifestación de que este esquema no es sustentable son los conflictos laborales que se generalizan y profundizan en los estados provinciales. Frente a esta situación se pueden imaginar paliativos y parches, pero la solución de fondo comienza por aplicar el federalismo fiscal que ordena la Constitución Nacional", asegura la gente de IDESA (3).
Nos pueden mostrar ilusiones, nos pueden querer vender espejitos de colores, pero la realidad es que somos nosotros los que finalmente aceptamos comprarlos o no.
No es poco...
Christian Sanz
(1) Allí funciona la oficina de Observaciones Judiciales, conocida como "Ojota".
(2) Ver https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=1021
(3) Ver http://www.idesa.org