“Acá todo es Cromagnon”, alegó con absoluta certeza la damnificada de un insólito choque en el Río de la Plata hace unos meses entre un pesquero y el ferry Eladia Isabel. Esas palabras fueron reflejo de la postal que cada día se vive en un país como el nuestro, donde todo se improvisa y nada ser termina de esclarecer.
Todo en el marco de un país en el cual el presidente Néstor Kirchner no cesa de cargar contra el periodismo independiente. Su actitud recurrente de utilizar al Salón Blanco como centro emisor de sus denuestos, se ha convertido en todo un clásico. Pues revela con creces la cara visible de un régimen esquizofrénico, que por un lado hace buenas migas con Lula y Chávez, se regocija con el triunfo de Michelle Bachellet y por el otro, es profusamente represivo en materia de libertad de prensa y opinión.
Esa actitud contrapuesta también la comparten otros eminentes progres, de la talla de Julio César Strassera, quien en el sayo de abogado defensor del indefendible Aníbal Ibarra, declaró oportunamente que el proceso contra el ex jefe de Gobierno porteño era una “trampa del macrismo”.
En tal contexto se sitúa la decisión de la jueza María Angélica Crotto, quien hace horas sobreseyó a Ibarra en el marco de la causa Cromagnon por su presunta responsabilidad en los delitos de "homicidio culposo" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público".
Y aunque los medios hoy se asombran por semejante decisión judicial, era esperable que esto sucediera. Por lo pronto, este periódico lo anticipó en febrero de 2005. Veamos.
Decíamos ayer
Quizás sea políticamente incorrecto decirlo, pero Tribuna de periodistas fue el primer medio en publicar algunos de los detalles de la trama oculta de la tragedia de República Cromagnon. Pasado más de un año y medio de lo sucedido, es dable recordar algunas de las cosas que fueron publicadas por este medio, sobre todo porque aún no se han terminado de esclarecer algunas de ellas. Veamos algunos párrafos a destacar:.
-"La jueza María Angélica Crotto es titular del juzgado que lleva delante la causa Cromagnon de manera poco convencional. Es dable recordar que esta jueza es la misma que sospechosamente desistió de llevar adelante el caso por la muerte de Marcelo Cattáneo y que a fines de los años 90 cerró por “falta de mérito” la causa judicial que involucraba a Graciela Fernández Meijide por ser empleada “ñoqui”.
El desempeño de la jueza en la investigación por la masacre en República Cromagnon no difiere demasiado del patrón que suele impregnar a sus causas judiciales. Fuentes de la justicia porteña confiaron a este periodista que existe una 'real afinidad entre Crotto y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires'." (publicado el 5/02/2005).
Según pudo verse a través de los medios, en el lapso en que la jueza Crotto tuvo la causa Cromagnon en sus manos, nada se avanzó. Finalmente sobreseyó a Ibarra.
-"A pesar de que los medios hablan de Omar Chabán como dueño del boliche República Cromagnon, se sabe que sólo lo 'gerenciaba', lo cual hace sospechar que el empresario sea testaferro de alguien más importante.
Detrás de la persona de Chabán se mueven tres sociedades realmente sospechosas, sobre todo porque, mientras una de ellas tiene uno de sus domicilios legales en la República del Uruguay -país más que proclive a armar empresas fantasma para blanquear capitales non sanctos-, en otra aparece un jubilado como accionista.
Las sociedades de las que hablamos son: Lagarto SA, Nueva Zarelux SA y Central Park Hotel SRL. Veamos qué hay detrás:
Estas tres empresas esconden los secretos más importantes para entender quién es Omar Chabán y por qué llegó tan lejos en su impune carrera empresarial (publicado el 1/01/2005).
Al día siguiente, los medios más importantes dieron parte de los mismos datos que Tribuna publicó un día antes.
-"Después de casi una semana de haber aparecido en Tribuna, diario La Nación descubrió lo que dijimos casi al comienzo de nuestra investigación sobre la tragedia en República Cromagnon: que dentro del boliche se vendían bengalas y otros fuegos artificiales" (publicado el 6/01/2005).
Este medio publicó el 1/1/2006 que las bengalas se vendían dentro del boliche gerenciado por Chabán. Los demás medios tardaron una semana en descubrirlo.
-"A las 20 hs del jueves 6 de enero de 2005, se dio una de las marchas más elocuentes producidas por la efervescencia de la bronca por la masacre del 30 de diciembre pasado.
A esa misma hora, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, se reunían en secreto Aníbal Ibarra, Jorge Telerman, Raúl Fernández (jefe de Gabinete y mano derercha de Ibarra), el macrista Santiago de Estrada (vicepresidente 1° del legislativo) y varios legisladores de Compromiso para el Cambio. En esa reunión –que duró hasta las 12 de la noche- se negoció la falta de quórum para que Ibarra no fuera interpelado" (publicado el 8/01/2005).
Días más tarde, tal cual fue anticipado por Tribuna, Ibarra no pudo ser interpelado.
-"Uno de los personajes que la jueza debería citar a declarar es Javier Grossman, nexo entre la gestión aliancista-frepasista porteña con los hermanos Chabán y a quien se lo reconoce por haber sido socio de Omar en la disco Babilonia y Cemento.
Grossman fue director general de prensa durante la gestión de Ibarra-Ariel Schifrin al frente de la Legislatura (1998/99). Ese período en el que se realizaron las reformas edilicias de la Legislatura donde se comprobaron millonarios sobreprecios en numerosas contrataciones. Ese fraude, del que fue responsable principal Ibarra, quedó virtualmente admitido el año pasado cuando la Legislatura votó una partida de seis millones de pesos para finalizar las cuestionadas obras, a fin de obtener el Final de Obra" (publicado el 6/01/2005).
Grossman sigue siendo el socio oculto (y ocultado) de Ibarra y Telerman. Extrañamente este dato aún no fue mencionado por nadie en la causa judicial ni en la interpelación al suspendido jefe de Gobierno porteño.
Concluyendo
El país completo padece los síntomas de lo sucedido en República Cromagnon. Nunca hay previsión de nada y los acontecimientos de cada día se improvisan sin parar. Eso atrae inexorablemente a la tragedia y finalmente "todo" termina en "nada": sabemos bien cómo barrer la basura bajo la alfombra, para que nada quede a la vista. Jamás aprendemos de nuestros propios errores.
¿Será ese acaso el famoso "ser nacional"?
Christian Sanz