Y de pronto, los periodistas nos volvimos responsables de la llegada de Alberto Fernández a la primera magistratura. No tuvo nada que ver el fracaso del macrismo, que no logró cumplir ninguna de sus consignas de campaña. No. Los responsables somos los hombres y mujeres de prensa.
No lo digo porque sí, sino porque en las redes sociales empezaron a aparecer inquietantes mensajes, culpando al periodismo por la victoria K y augurando que, lo que viene, los eventuales aprietes a la prensa, serán “bien merecidos”.
“Jodete, vos te dedicaste a pegarle a Macri durante 4 años. Ahora aguántate”, me dijo hace poco una tuitera anónima. El mensaje se multiplica por mil cuando se otean los posteos en esa y otras redes. Porque no soy el único periodista al que le llueven esos comentarios.
Es curioso, porque aquellos que me auguran las peores tragedias no entienden que mi trabajo no es la militancia, sino el periodismo. Ya sea referido a la labor del kirchnerismo, del macrismo, del menemismo, o quien sea.
He sido el principal denunciante, no solo a nivel periodístico, sino también a nivel judicial, tanto de los desaguisados K como los desaguisados M. Por caso, soy quien hizo la denuncia más dura que enfrenta Horacio Rodríguez Larreta. Fue en 2010, por tráfico de influencias.
¿Qué decir sobre el kirchnerato, al cual le he dedicado las presentaciones judiciales más rigurosas e incluso un voluminoso libro de investigación y denuncia?
Por eso, quienes me acusan por mi supuesta responsabilidad en la victoria de Alberto Fernández —quien, dicho sea de paso, fue el tipo que más me presionó en los albores del kirchnerismo—, no entienden nada de lo que es el periodismo.
Porque yo no soy militante, soy un cronista de la realidad. Y todo lo que he contado sobre el macrismo ha sido chequeado y recontra chequeado antes de ser publicado.
En todo caso, quien ostenta responsabilidad por esas cuestiones es el propio Macri —y sus funcionarios—, porque la permisividad de esos hechos es de su propia potestad. Uno solo es el “mensajero”.
El periodismo es el oficio que “comprende el conjunto de actividades relacionadas con la recogida, elaboración y difusión de información actual o de interés para transmitirla al público a través de la prensa”, según una de las tantas definiciones. ¿Hace falta echar algo de agua para más claridad?
Insisto: la responsabilidad de la victoria de Alberto se debe al fracaso del macrismo, que no supo resolver los problemas básicos de los argentinos. Y los argentinos, se sabe, votan con el bolsillo.
Nadie negará que Macri ha sido mucho más republicano que los Kirchner, pero con eso no se come. No era cierto lo que decía Alfonsín respecto de que, con la democracia, se come, se educa y no sé qué más.
Por eso, pido humildemente que no me rompan más las pelotas por el fracaso de Mauricio y “el mejor equipo de los últimos 50 años”. No va más.
Porque, como dijo el científico afroamericano George Washington Carver, “el noventa y nueve por ciento de todos los fracasos provienen de personas que tienen el hábito de ponerse excusas”.