De repente, se las pudo ver a todas juntas promocionando la “maquinita para la cara” de Nu Skin. Propias y ajenas al mismo tiempo. Un grupo de “famosas” intentando “vender” las bondades de aquel fiasco de la cuestionada empresa piramidal, célebre por haber estafado a miles y miles de incautos en todo el mundo.

Uno lo sabe porque lo ha investigado más que nadie, y ha expuesto testimonios y más testimonios, la mayoría en primera persona, desde hace años.

A uno ello le ha costado la recepción de 11 cartas documento por parte de los abogados de Nu Skin, no solo los coterráneos sino además los foráneos (ver al pie).

Ergo, cabe preguntarse: este grupo de celebridades, ¿actúa a sabiendas del curro o sin saber que es un real timo?

Todo indica que saben perfectamente lo que hacen, porque no hay manera de que todas coincidan en la misma promoción, y que todas hagan el mismo “acting”.

Alguno podría decir que se trata de una “avivada” o un “curro”, para hacer unos mangos. Pero no, es mucho más que ello: se trata de un delito tipificado en el Código Penal.

Puntualmente el artículo 172 de ese cuerpo: “Será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negación o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño”. Más claro, imposible.

En el caso de Nu Skin hay un doble timo: por un lado, el hecho de que se trata de una empresa “multinivel”, en las cuales solo ganan los pocos que están en la cima de la pirámide (menos del 5%) en detrimento de todos los que están por debajo.

Por el otro, la promoción de un producto cuya eficacia no solo es nula —está bien lejos de haber sido comprobada científicamente—, sino que además se puede adquirir en la web a precios ostensiblemente menores que los que promocionan este grupete de mediáticas. Nu Skin lo vende a más de 20 mil pesos y en la web se consigue a menos de 10 dólares.

Todo parece indicar que el regreso de Nu Skin no está desvinculado en absoluto de la crisis que impuso la cuarentena por el coronavirus. Ello vuelve la situación aún más perversa, porque ¿cómo puede alguien aprovecharse de la desesperación de la gente que hurga en soluciones de cualquier tenor, en medio de una pandemia que destrozó la economía sin piedad?

Por eso estas líneas, porque no puede dejarse pasar por alto tremendo acto de hijaputez, la ausencia total de empatía por parte de un grupo de inescrupulosas en pos del beneficio propio.

Tal pulsión impulsa estas líneas. La necesidad imperiosa del “escrache” a algunas de las “estafadoras” mediáticas. A saber: Rocío Guirao Díaz, Julieta Nair Calvo, Mica Tinelli, Laurita Fernández, Zaira Nara, Yanina Latorre, Cinthia Fernández, Marcela Kloosterboer, Stephanie Demner Jésica Cirio, Sofía Zámolo, Nai Awada, Silvina Luna, Jujuy Jiménez, Sol Pérez y Silvina Escudero, entre otras. Todas ellas merecen ser denunciadas penalmente.

A su vez, valgan estas líneas para volver a poner el foco sobre este tipo de iniciativas “truchas”, que se cuentan de a docenas y a muchas de las cuales ya uno ha denunciado en el pasado. Telar de la Abundancia, Herbalife, Amway, PayDiamond, Incruises, y muchas otras. Dicho sea de paso, en Tribuna de Periodistas se podrán ver todas y cada una de las notas que este cronista ha escrito respecto de esos fraudes.

Uno no ha sido el único: muchos otros colegas alrededor del mundo vienen alertando sobre los peligros de este tipo de fraudes piramidales. Sin embargo, nada parece ser suficiente. La gente sigue cayendo en la trampa. Una y otra vez.

Es como aquella frase que suelen atribuirle a P.T.Barnum, que jamás pronunció: “A cada minuto nace un incauto”. Nunca mejor dicho.