Este domingo, Horacio Verbitsky vuelve a sorprender en su blog El cohete a la Luna, otra vez por sus usuales operaciones de prensa disfrazadas de información.
En este caso, el “escriba K” publica una carta (ver al pie) que le envió el mes pasado Carlos Pagni a Leopoldo Moreau en el marco de la causa judicial que investiga el presunto espionaje macrista. Según Verbitsky, en la misiva “el columnista del diario La Nación pegó por debajo de la línea de flotación de Arribas”.
Este último, vale aclararlo, es el que supo ser titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).
En la carta, Pagni le cuenta a Moreau que, el 5 de abril de 2017, tres días después de haber escrito una columna que revelaba detalles escabrosos sobre el espionaje M llamada “El pestilente círculo negro del espionaje”, tuvo una reunión reservada con el entonces mandamás de la AFI.
“La reunión se realizó a instancias del entonces presidente de la Nación, ingeniero Mauricio Macri, quien, al enterarse del contenido de esa columna, me manifestó su interés porque el escribano Arribas hablara conmigo sobre las irregularidades denunciadas en el texto”, cuenta el conductor de Odisea Argentina en su misiva.
Y avanza: “La conversación con el escribano Arribas versó sobre el contenido de la columna (…) Nos informó sobre la denuncia que había realizado para que la Justicia Federal investigara lo que se informaba en esa columna”.
Luego, aparece el párrafo más inquietante: “Fuera de todo contexto, Arribas se refirió a que él presumía que el señor Vila (José Luis, exasesor del Ministerio de Defensa) pretendía su cargo. Debo confesarle que quedé sorprendido con esa afirmación, que era por completo impertinente a la conversación que estábamos teniendo y al motivo de la reunión”.
Está claro, aunque no lo dice la misiva —ni tampoco Verbitsky— que Vila fue la fuente de información de Pagni para esa columna. Ello explica el comentario final de Arribas y la repentina sorpresa del columnista de La Nación.
También queda de manifiesto que, quien le dio la carta al dueño de “El cohete” ha sido Moreau, en un gesto que no carece de polémica y que pareciera reñido con la ética. Sin mencionar a Verbitsky, que directamente la publicó, sin más.
En buen romance, todos han actuado "sin códigos": Pagni por revelar una fuente, Moreau por ventilar la carta y Verbitsky por publicarla.
Dicho sea de paso, respecto de este último, nada debería sorprender: siempre ha sido un operador a sueldo. Y, aunque se nota que va perdiendo el pelo, jamás pierde sus mañas.