Mientras estas líneas se escriben, en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se intenta tapar un escándalo de proporciones: en el área de Sistemas hay medio plantel infectado con coronavirus.
El problema no es ese... o sí, pero se agrava por el hecho de que los empleados de la exSIDE se contagiaron porque fueron obligados a ir a trabajar.
Todos los cañones apuntan al camporista Gastón Menvielle, director de Sistemas de la AFI, el mismo que, según reveló Tribuna de Periodistas, supo manejar los hackers de Juan Martín Mena en 2015.
En esos días, este último era el “número dos” de la central de inteligencia vernácula y se animó a lo que nadie más se había atrevido antes: se robó archivos completos de esa dependencia.
Volviendo a la cuestión central de la presente nota, en “La Casa” —como se le dice históricamente a la AFI— hay bronca con Menvielle porque “se le infectó medio plantel de sistemas ya que los obligó a ir a trabajar”, de acuerdo a una de las fuentes consultadas para este artículo.
El resultado es que hubo un ordenanza muerto por Covid esta semana, llamado Carlos Pallero.
A ello se suma que los que atienden el comedor de la exSIDE están casi todos contagiados. Sin mencionar el temor que tienen de perder el trabajo.
El colmo de los colmos se da con la figura del director de Apoyo de la AFI, Flabio Riquelme, otrora “alfil” de Oscar Parrilli, quien también se ha "agarrado" Covid.
En otro orden de cosas, el juez Julián Ercolini le pidió a Cristina Caamaño, titular de la central de inteligencia, que detalle la metodología que utilizó a la hora de hacer la presentación judicial que realizó en el marco de la causa del presunto espionaje macrista.
Puntualmente, el magistrado le preguntó si existía algún tipo de protocolo para hacer copias forenses de ese tipo de archivos dentro de la AFI. Aún no le han respondido.
Como sea, lo que no sabe Ercolini es que recién esta semana se aprobó una "metodología" para ello. Con una salvedad: salió publicado en el portal Argentina.gob.ar.
Es una situación inquietante y polémica, ya que las acciones de la exSIDE no pueden ser dadas a conocer públicamente. Por el carácter intrínsecamente secreto de esa dependencia. Ello amén de que el protocolo se confeccionó a destiempo.
El escándalo aún no estalla. Lo hará recién después de que esta información se haga pública. A partir de entonces, los días de Caamaño al frente de la AFI estarán contados.
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