Sin que nadie se lo preguntara, Mauricio Macri aseguró que no hubo ningún acercamiento de Cristina Kirchner con gente de su entorno.
Sorprendió el comentario, colado en medio de la respuesta que el expresidente le endilgó a la convocatoria que había hecho Cristina Kirchner a avanzar en un gran acuerdo nacional.
Ciertamente, sí hubo un acercamiento entre segundas líneas del macrismo y el kirchnerismo, tal cual se reveló hace dos semanas en esta misma columna.
El encuentro fue detallado por una fuente irrefutable del gobierno de Alberto Fernández y luego confirmado por otros dos informantes oficiales.
Lo que se está negociando, tal cual se detalló entonces, es una “amnistía general” que beneficie a Cristina y a Macri al mismo tiempo en causas judiciales que los complican. A uno y otro.
Ello explica el tramo de la misiva de la vicepresidenta convocando a un gran acuerdo nacional, desdibujado, incoherente, incongruente al resto de lo allí sostenido. ¿Cómo se explica que Cristina destroce discursivamente a la oposición, los medios y los empresarios y luego convoque a la unidad?
Nótese que en la nota publicada el pasado 12 de octubre se anticipaba que la movida se mostraría como un “acuerdo nacional” al estilo “Pacto de la Moncloa”. Así fue nomás.
Otro dato que sorprende es que, en el artículo mencionado, aquel que anticipó todo, la fuente albertista había adelantado: “En menos de dos semanas esto va a ser blanqueado, acuérdense”. La precisión sorprende.
“¿Por qué no avanzar en un indulto?”, se preguntó entonces al informante. La respuesta fue concreta e inteligente: “Porque el indulto debe decidirlo el presidente de la Nación y sería escandaloso que Alberto firmara algo así; en cambio, la amnistía se debe aprobar en el Congreso de la Nación, sería un acuerdo real en la política”.
No queda mucho por agregar. Solo esperar. El plan marcha a la perfección, por lo visto.
Mucho mejor que la idea de imponer a Daniel Rafecas como procurador General de la Nación. Es decir, el jefe de los fiscales.
Por eso, desde el kirchnerismo duro se ha decidido impulsar la postulación de una mujer llamada Indiana Garzón, actual fiscal General ante el Tribunal Oral en lo Penal Federal de Santiago del Estero. Una mujer proveniente del riñón de la mafia de los Zamora, con todo lo que ello implica.
Dicho sea de paso, el dato fue anticipado en el audio que Tribuna de Periodistas envía a sus socios los días domingo. Luego explotó en todos los medios.
El temor a Garzón es lo que ha impulsado a Elisa Carrió a apoyar la postulación de Rafecas. “No es el mejor, pero al menos tiene algo de probidad”, dicen desde el entorno de Lilita.
La líder de Coalición Cívica ha vuelto al centro de la escena política, solo para vengarse de Macri, a quien acusa de haberla ofendido y desairado.
A sus íntimos les ha dicho que está decidida a enterrar las aspiraciones de Mauricio, quien busca volver a ser presidente en 2023.
Lo ha hecho con una fotografía tomada en su propia quinta. Donde se mostró junto a Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Macri no fue invitado y se enteró por los medios.
Como sea, esa imagen es solo el comienzo: Carrió seguirá golpeando al expresidente durante los días venideros. Solo que lo hará discursivamente.
Será, como siempre, para alquilar balcones.
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