El jueves 22 de febrero de 1996, en un operativo policial en la localidad de Castelli, uniformados habían detenido a un automovilista en posesión de “éxtasis”, varias jeringas y 200 gramos de cocaína. Se trataba de Carlos Fassari, a quien la policía seguía de cerca por su ilegal actividad y por su sociedad con Daniel Plá -alias Flipper-, un traficante de drogas de Pinamar que tenía por ese entonces pedido de captura internacional.
La sorpresa de los uniformados se dio cuando revisaron su agenda. Entre el teléfono de varias modelos y algunos personajes conocidos se encontraban los datos de Guillermo Cóppola y Diego Maradona.
Esos mismos días, Cóppola encendía su celular y hacía un sugestivo llamado al Barman de la disco Coyote: “Mandáme urgente Coca Cola, champán y traéme eso. Que sea bastante porque acá hay mucha gente y tenemos que compartir”, reclamó Guillote.
Pocos meses después, en el marco de la fallida “causa Cóppola”, esos vínculos de Guillote con las drogas quedarían detalladamente revelados. Entre los testimonios que lo han incriminado, se destacó uno en particular. El 7 de octubre, bajo estricta reserva de identidad, una joven mujer manifestó que “Guillermo Cóppola me ofreció pastillas de éxtasis de color amarillo y me las metía en la boca con su mano. Ponía pastillas en un jugo de naranja y le convidaba a todo el mundo. Una vez, en su casa, una chica –Analía- que nunca había tomado, tomó y se puso muy mal. Guillermo enviaba cocaína a Italia en barco, tuvo problemas con la camorra napolitana porque estaba llevando drogas y allí no le permitieron ir más. Yo escuché una conversación telefónica entre un tal Angelo y Cóppola sobre el tema. En una oportunidad, Cóppola me ofreció viajar a España con cocaína distribuida en mi cuerpo. Me garantizó que no me iba a pasar nada, que iría con todos los gastos pagos y quince mil dólares limpios. Me dijo que tenía que tomar dos aviones, uno a Barajas y de allí uno a Ibiza. Yo le dije que no. Cóppola me dijo que era una tonta, que era una buena oportunidad para hacer plata, que él lo hacía permanentemente con muchas chicas, que tenía que estar tranquila y me recomendó hacer meditación, leer libros de autoayuda. Me dijo que podía ir con una amiga y llevar así cuatro kilos, que pasarían a buscar la droga por el hotel donde estábamos”.
Respecto al tema del consumo de drogas, la testigo aseguró que Guillote “primero calentaba el plato con cocaína en una hornalla o en el microondas. Cóppola llevaba tizas de cocaína al solarium de Paseo Alcorta para que se calentaran en una cama solar. Cóppola conocía a muchas chicas a los 16 o 17 años y las iniciaba en la droga. Normalmente las llevaba a El Cielo”.
Tres días después de dicha declaración, otra mujer se presentaría ante el juez con una historia similar: “Conozco a Guillermo Esteban Cóppola desde hace más de cinco años. Vivía en el edificio de Av. del Libertador 3540 10º ‘A’. Ahí Cóppola recibía cajas con paquetes de papel madera en cuyo interior había polvo blanco que tomaban. Los paquetes estaban pocas horas. Después venía gente y los retiraba. Eran varones de traje con teléfonos celulares. La droga la guardaba en un cuarto de limpieza disimulada en una cobertura de madera. Lo que se quedaba Guillermo lo escondía en cualquier parte. Después lo veía enloquecido buscando cocaína porque no sabía dónde la había escondido.
En el segundo living se organizaban fiestas con drogas y se pasaban días tomando alcohol, fumando y sin dormir. A esas reuniones iba gente de mucha plata, hablaban de negocios en dólares”.
Aunque Cóppola quería desligarse de la acusación formal de prestar su domicilio para consumo de drogas, había una escucha telefónica en la que Hugo Maradona –hermano de Diego- hablaba desde Japón con Delia, su mujer, sobre la inminente declaración de Gabriel ‘El Morsa’ Espósito –cuñado de Diego Maradona- y abría algunos interrogantes a ese respecto:
D: -“(el juez Hernán Bernasconi) quiere que el Gordo diga todo lo que sabe”
H: -“¡Si no tiene que ver un carajo!”
D: -“Y viste el Gordo cómo es (...) Quiere hablar primero con tu hermano y a ver que... si declara tu hermano, declara él. Y si no, no. Se traga él... Se traga él la banana”
H: -“¿Y se va a tragar dos o tres años de cárcel?”
D: -“Cuatro años mínimo”
H: -“Pero, ¿éste es mogólico?
D: -“Lo que pasa... Viste cómo es el Gordo, Turco. Lo que pasa es que el Juez le dijo ‘te excarcelo mañana si vos me declarás... me decís lo que sabés contra Guillermo”
H: -“Pero, ¿qué sabe?”
D: -“Que en la casa de Guillermo se organizan fiestas, que... Lo que sabe, que sé yo, lo que sabe...”
Diego Maradona le había garantizado a Espósito -su cuñado- que lo iba a sacar de la cárcel, que no declarase contra Cóppola. Él se ocuparía de negociar con el juzgado, pero algo tenía que entregar. Algo que finalmente dio.
“Soy adicto”, dijo Espósito en la indagatoria, agregando que “la cocaína se la compro a Claudio Cóppola, más conocido como ‘Lechón’. Lo llamaba previamente a su casa del barrio de Floresta y cuando llegaba a su casa ya tenía preparado el encargue. Pagaba cien pesos la bochita de cinco gramos”.
Cuando el secretario del juzgado quiso saber quién era el que le vendía la droga a Claudio Cóppola, el Morsa fue bien terminante: “Eso no se lo voy a decir”. Todos intuían ese nombre, pero nadie se animó a decirlo.
Guillote, por su parte, había asegurado desconocer a Claudio Cóppola y no podía desdecirse.
Sin embargo, había una escucha telefónica que los tenía a ambos como protagonistas: “Guille, yo tengo que conseguir un kilo cuando llegue mi primo. Yo te puedo asegurar que si ven los billetes te pongo la pelota con botella de whisky de la mejor”, dice Claudio Cóppola, mientras en su casa suena el timbre. Cuando regresa al teléfono le dice a Guillermo Cóppola: “Leo quiere merquita, dale, dale. Lujos y placeres conseguíme”.
Guillote no duda: “Yo consigo, sí, no hay problema”.
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NUNCA EL DIEGO FUE UN EJEMPLO PARA LA JUVENTUD. Y PENSAR QUE EN UN MOMENTO LOS PUSIERON DE EJEMPLO EN EL OPERATIVO SOL, QUE CARADURISMO. MEMORIA MEMORIA
No hace mucho, pero si antes de la cuarentena al cubo y mas, estando almorzando en un restaurante de campo en El Cazador, riacho por medio había una fiesta y asado justo enfrente en una propiedad privada, donde en un momento apareció Coppola cuya imagen es imposible de confundir con otro y como parte del saludo de llegada, se escucho clarito....che trajiste el jarrón, veni y sumate a la fiesta.....el algo contesto, pero fue bajo y no se escucho.....en fin se ve que si no tiene todavía el negocio, al menos si sus anécdotas sobre hechos que rozan el delito
Cual es la novedad? Se sabe desde hace mucho tiempo que los 2 consumían droga. Lo reconoció Maradora y también Coppola, sería más positivo analizar los efectos de este consumo, que se puede ver en la salud de Maradora, como tabién en la salud de Lanata, otro gran drogón.-
María: qué cuernos tiene que ver Maradona, Cóppola con Lanata ?? NADA. Vos, con tal de ensuciar a un periodista (te lo dictan tus jefes ???) sos capaz de decir cualquier cosa. Lanata es un excelente periodista. Jamás dice nada que no sea verdad y te recuerdo, como lo escribí tantas veces: EL PERIODISTA OBTIENE LA INFORMACIÓN Y LA ESCRIBE O LA DICE. EL ES EL MENSAJERO. NO ES QUIEN "OCASIONA" LA INFORMACIÓN. ESOS SON USTEDES !!!! EL PERIODISTA SOLO INFORMA LAS PORQUERÍAS QUE USTEDES HACEN Y DICEN !!!!!
El solárium del Alcorta mamita G Reinwick el dueño movía falopa en San Martin, hoy testaferro de Belocopitt.