La condena este miércoles a Lázaro Báez no es la culminación de nada, sino más bien el comienzo de una serie de revelaciones que seguramente se darán en sendos expedientes que aún lo complican y en tantos otros que involucran a Cristina Kirchner.
Ya se comprobó el lavado de dinero. Resta saber de dónde provenía esa plata y a qué delitos se vincula. Muchos lo presumen, pero deberá ser la Justicia la que lo determine.
No obstante, hay elementos como para determinar que se trata de fondos destinados a la obra pública, sobrefacturados y con los oportunos “retornos”. Que nunca dejaron de circular, ni siquiera con Báez tras las rejas.
Uno lo contó en 2016. Se trata de una trama surrealista, aportada por una colega de Córdoba y corroborada por quien escribe estas líneas.
Surgió a raíz de una intercepción telefónica que hicieron investigadores de uno de los casos que involucran a Báez. La historia no tiene desperdicio.
Tiene que ver con un camión con acoplado que partió desde la provincia-cuna del kirchnerismo hacia la Capital Federal “lleno de dinero”. Fue en abril de 2016.
Mientras conducía, escoltado por cuatro custodios, el chofer del vehículo —a quien le dicen “Lucho”— tuvo una breve comunicación telefónica con su esposa. La conversación textual es la siguiente:
-Hola ¡como andas gorda? Aquí estoy ya llegando… 30 horas viajando. Estos tipos son barbaros.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?
-Me largan con este paquete y la yuta custodiando. Y no me hablan más.
-…
-Gorda, ya pagaron; le di todo aquello al Sabrina.
-¿Cuánto llevás gordo?
-No sé, capaz de 600 0 700 millones. Todo verde.
-…
-Ya está, no más esto, no me gusta.
-¿Los chicos qué hacen?
-Che, si llama el Javier no le digas nada.
-Tranquilo, cuídate.
-Más tarde te llamo. No hay controles.
-¿Todo bien?
-Esto iba a casa de Martin (¿Báez?), pero me cambiaron la ruta.
-¿Eh?
-No sé, más tarde me dirán dónde la llevo. Y me ofrecen sacarla la del finado (¿Néstor?).
-No gordo, basta, ya no. Cuidate.
-Dale, te espero.
Quien aportó la desgrabación a este cronista, es uno de los investigadores del caso. Que se suma al dato aportado por la periodista de investigación cordobesa, Graciela Capellino, quien también fue testigo de las revelaciones e incluso presentó una denuncia en la justicia en aquellos días. Sin suerte.
Lo importante es que allí queda claro cómo era el mecanismo a través del cual se movía parte de la plata de la corrupción del kirchnerismo.
Más datos: el teléfono del cual partió el llamado referido es de la zona de Castelar, provincia de Buenos Aires, y está registrado a nombre de Natalia Soledad López. Su DNI finaliza con "261".
Los últimos números del celular, que tiene característica de Buenos Aires, son **73-5378.
Es todo lo que se dirá, porque la idea es reimpulsar esa investigación y no sería conveniente entorpecer la futura indagación. Llegado el caso, se revelarán más detalles.
Depende, claro, de la voluntad de las fuentes de información que hablaron con este cronista. Son las reglas del periodismo.