Esta semana, el vicepresidente de "Republicanos Unidos" y abogado Yamil Santoro denunció a los laboratorios Richmond S.A.C.I.F. y MR Pharma S.A. por los presuntos delitos de "fabricar sustancias en establecimientos no autorizados", "malversación de caudales públicos" y "negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas".
En tal contexto, decidí entrevistarlo para mi programa MTN Compacto, que conduzco todos los sábados por Radio News de Mendoza.
“Richmond tuvo el lobby del gobierno nacional para que el Fondo Ruso que está desarrollando el principio activo de la Sputnik V lo favoreciera con la adjudicación de la producción a nivel nacional. ¿Cuál es el problema? Richmond no cuenta con una fabrica habilitada a tal efecto y con capacidad suficiente para hacer el laburo”, arrancó explicándome Santoro.
Y agregó: “Por eso, tercerizó la producción del envasado en otra empresa, que es MR Pharma. Y el problema es que la fabrica que uso MR Pharma se viene usando para envasar hormonas. Vos no podés en una misma fábrica producir hormonas y producir vacunas. Medicamentos hormonales y medicamentos biológicos no se puede por un riesgo de contaminación cruzada”.
El abogado explicó: “El primer problema es que vos tenés una planta que no está habilitada, porque ANMAT no la tiene habilitada para armar vacunas Sputnik y, en cambio, se venía usando para hacer hormonas. El tema es que desintoxicar la planta cuesta millones de pesos y muchísimo tiempo. Cosa que no se hizo”.
En otro orden de cosas, Santoro puntualizó: “La contracara de esto, el verdadero problema, es que detrás de esto hay una gran operación financiera. Las acciones de Richmond más que se duplicaron de un año a otro. El punto más fuerte de cuando revienta la acción para arriba es cuando le adjudican la Sputnik”.
No es todo: para el letrado “hay cosas preocupantes en el medio: por ejemplo, el Fondo Ruso nunca mandó a nadie a Richmond a chequear que la fábrica esté en condiciones, probablemente por el lobby del gobierno. Pero hay otro problema: el gobierno nacional pone plata en un fondo especial que convocó Richmond para fondear el armado de una fábrica donde el Estado pone fondos no reembolsables y se permitió que únicamente accedieran inversores privilegiados, calificados”.
Por si no quedaba claro, Santoro me dijo: “No se hizo algo abierto y transparente, entonces entraron algunos amigos del poder que contaban con información suficiente y privilegiada”.
E insistió: “Todos nosotros estamos financiando el negocio de un tipo amigo del poder que accedió al contrato con lobby del gobierno y usando como justificación una fábrica floja de papeles y con riesgo sanitario. Por el tipo de laboratorio que está queriendo hacer Figueiras, con estos fondos que estamos poniendo todos, va a terminar de armar el laboratorio cuando ya el tema de la pandemia esté prácticamente resuelto y le va a quedar para poder hacer otro tipo de negocios, que son los que realmente le interesan. Y se lo vamos a haber pagado de una forma u otra con avales y con riesgo sanitario entre todos”.
Santoro lo resumió asegurando que es “el negocio perfecto a costa de la salud de todos los argentinos”.
Finalmente, el denunciante reiteró sus miramientos: “El hecho de que no cuente con habilitación de la ANMAT, es grave. Habilitación implica seguridad. Se está fabricando la Sputnik en un laboratorio que, para decirlo en criollo, si tiene algun residuo hormonal puede ser mortal. Por ejemplo, si se le aplica a un diabético, se lo puede matar”.
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