Este jueves, el presidente Alberto Fernández aseguró en sus redes sociales que "la coalición de gobierno debe escuchar el mensaje de las urnas y actuar con toda responsabilidad", y remarcó que seguirá "garantizando la unidad del Frente de Todos a partir del respeto que nos debemos".
Claramente, el mensaje está enfocado sus socios en el gobierno, a quienes trata de “irresponsables”. Acto seguido, los trata de “irrespetuosos”.
En otro párrafo sostiene: "La coalición de gobierno debe escuchar el mensaje de las urnas y actuar con toda responsabilidad. Debemos hacerlo, y lo haremos, para asegurar que se satisfagan las necesidades de nuestro pueblo".
Nuevamente llama a Cristina Kirchner “irresponsable” y la acusa de “sordera” frente a lo ocurrido en las PASO. Utiliza la figura del “pueblo” para sostener sus comentarios.
"Nosotros tenemos que dar respuestas honrando el compromiso asumido en diciembre de 2019, de cara a la sociedad. No es este el tiempo de plantear disputas que nos desvíen de ese camino", continuó el mandatario en su publicación.
Allí acusa a la vicepresidenta de desviarse de los reclamos del pueblo y meterlo en una disputa inconducente en momentos donde la ciudadanía pide respuesta ante puntuales reclamos.
"Nuestro mayor desafío es continuar el proceso de reactivación ya iniciado, promover el empleo y garantizar la educación y la salud de nuestro pueblo. En cada acción que llevemos adelante, en cada decisión, ese debe ser nuestro norte", añadió Alberto.
Este es un mensaje, no ya a Cristina, sino a la sociedad, asegurándoles que está enfocado en las cuestiones que le preocupan, empleo, salud y educación.
Luego, el jefe de Estado agradeció el "apoyo de gobernadores, de intendentes, de dirigentes del movimiento obrero y de la ciudadanía en estas horas" y valoró "el gesto de las organizaciones sociales y de todos los que me manifestaron su afecto impulsando una movilización en mi apoyo".
En este párrafo le advierte a Cristina que no está solo, sino que cuenta con el apoyo de importantes referentes de la política y las organizaciones sociales. Es algo de lo que suele jactarse el kirchnerismo, pequeño detalle.
"Prefiero que toda esa fuerza que implica una movilización de esa magnitud se canalice para construir la épica militante que ayude a argentinos y argentinas a desentrañar el dilema que se nos plantea en noviembre", indicó Fernández.
El mandatario demuestra en este punto que tiene el poder de desactivar —o manejar— a los movimientos sociales.
"Hay dos modelos de país en pugna que se debaten en estas elecciones: el que descree del trabajo y la producción y sólo promueve la especulación financiera y el que cree que con una producción pujante recuperaremos la dignidad del trabajo para todos y todas", tuiteó luego.
Otra vez pasa de hablarle a la presidenta a hablarle a la ciudadanía.
"He oído a mi pueblo. La altisonancia y la prepotencia no anidan en mi. La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido. Lo haré llamando siempre al encuentro entre los argentinos", expresó a continuación.
Acá, Alberto se arroga ser el vocero del “pueblo”, y acusa a Cristina de “prepotente”. Le marca la cancha al decirle que hará lo que él “estime conveniente”. Por las dudas, le recuerda que para eso fue elegido.
"Mientras lo haga seguiré garantizando la unidad del Frente de Todos a partir del respeto que nos debemos. Es tiempo de que nuestra única obsesión sea promover la prosperidad de los hombres y mujeres de nuestra Patria", concluye el mensaje presidencial.
Allí, Alberto llama a la reflexión a la vicepresidenta. Le pide unidad, pero bajo sus propias condiciones.
Por lo pronto, ya le respondió la ultra cristinista Fernanda Vallejos: lo trató de “enfermo”, “ocupa”, “payaso” y “mequetrefe”. ¿Es lo que piensa Cristina? Imposible saberlo.
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