El desastre económico del kirchnerismo no permite distinguir con claridad ahora mismo la catástrofe que fue el macrismo en ese mismo tópico. Que acaba de ser confirmado por el mismísimo FMI.
Aquel organismo internacional, acaso por la brutal presión del Frente de Todos, admitió finalmente lo que no se animó a decir hasta ahora: que el programa económico que implementó el gobierno de Mauricio Macri y por el cual recibió un crédito de 45.000 millones de dólares "no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa".
"El programa salió de su curso en agosto de 2019 y la Junta Ejecutiva solo completó cuatro de las doce revisiones previstas. Las autoridades decidieron cancelar el acuerdo el 24 de julio de 2020", señaló el Fondo hace unas horas a través de un explícito comunicado.
La cuestión es tan elocuente que los usuales defensores del macrismo han decidido no opinar en las redes sociales. Salvo unos pocos, que insisten en pronunciar aquella frase insoportable: “Es peor lo que han hecho los K”.
Como si una cosa morigerara la otra. Imbéciles todos. De un lado y del otro.
El gobierno de Macri fue un rotundo fracaso en lo económico, en todo sentido, hay que reconocerlo. Ni siquiera logró bajar la inflación, una de las promesas que hizo el propio expresidente en campaña.
Y no fue lo único que no cumplió: tampoco eliminó el impuesto a las Ganancias para trabajadores en relación de dependencia, como había jurado.
El resultado pudo verse en las urnas, en 2019, con un revés electoral rotundo y feroz. Que devolvió al poder al denostado kirchnerismo.
Vayan estas líneas, no para satanizar a nadie en particular, sino para no olvidar lo que ocurrió realmente durante el macrismo. Para no volver a repetir aquellas malas experiencias de antaño.
Los argentinos tenemos déficit en la memoria de corto plazo, y caemos siempre en los mismos errores por esa “malformación de nacimiento”.
El ejemplo más claro es la vuelta al poder de esta banda de delincuentes que ahora mismo nos gobierna, encabezada por Cristina Kirchner.
Como suele decir Joan Manuel Serrat, “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.
© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados