Un año complicado. Otro en realidad. Porque 2020 fue también una porquería. Por todo aquello del Covid, pero también porque vivimos en la Argentina y siempre está todo mal acá.
Porque tenemos una clase política que desconoce lo que es manejar un país. E ignora cuál es el norte para salir del atolladero que nos inunda desde hace tantas décadas. Generado por ellos mismos, ciertamente. Sin solución de continuidad.
Pero es más grave aún: porque estos tipos no solo no saben cuál es el camino, sino que tampoco se ocupan de conseguir una brújula. Ni tampoco tienen la grandeza para decir que no saben cuál es la salida del laberinto. Y eso explica todo. Todo.
No es una cuestión de un partido político u otro, es un tema de que somos argentinos. Y los argentinos somos así, cancheros, engreídos, corruptos, mentirosos, y todo eso.
Entonces, los tipos que llegan al poder no llegan en un plato volador, sino que provienen de algún lugar de esta bendita Argentina. Y vienen con todas esas “fallas de fábrica”. Que son el reflejo de nosotros mismos.
Acaso por eso es que fundamos este portal, Tribuna de Periodistas, no tanto para informar, o sí, pero más para abrir cabezas. Que siempre merecen ser abiertas.
Lo demás es pura berretada. Prensa servil, que se arrastra por dos mangos de pauta. Mientras ocurren cosas terribles que nadie cuenta.
El periodismo es otra cosa. Es contar lo que pasa. Y en Argentina pasan muchas cosas. Demasiadas. Ya mismo ustedes pueden consultar cualquier manual de periodismo si desconocen lo que es el oficio de la prensa. Y se sorprenderán.
Admito que es terrible lo que se me dio por decir un 24 de diciembre, pero no hay mejor momento para hacerlo. Porque es el día en el que se suele hacer un inevitable balance respecto de lo que fue el año en curso. Y siempre el balance es negativo. Por lo menos en la Argentina.
Pero hoy no es tiempo de pensar en ello, ahora mismo es tiempo de levantar las copas y brindar. Y, aunque no parezca, hay mucho por lo cual celebrar. Cada uno sabrá en su fuero íntimo qué destacar.
Por lo pronto, si ustedes están leyendo estas líneas es porque sobrevivieron al Covid. No es poco.
Y como dijo Raúl Alfonsín alguna vez, "Felices fiestas". La casa está en orden.