Tras el intento de asesinato que sufrió a principios de septiembre, Cristina Kirchner terminó de desmoronarse al escuchar el veredicto de condena que los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso pronunciaron esta semana en el maraco de la causa Vialidad.
Quienes la conocen aseguran que ni siquiera la tranquilizó el hecho de haber zafado de la acusación de “asociación ilícita”, que hubiera agravado su situación a niveles superlativos.
El hecho de ser vicepresidenta “condenada” en ejercicio la pone en un lugar incómodo, que va allende la discusión legal. Refiere a una situación que suele inquietarla, porque así es cómo será vista en el futuro en los libros de historia, como condenada.
Nadie jamás en la historia argentina obtuvo semejante cocarda. Ni siquiera Amado Boudou, quien terminó tras las rejas por la denuncia que le hizo quien escribe estas líneas en el año 2012. Para cuando le llegó ese momento, en 2017, ya había dejado de ser vicepresidente de la Nación mucho tiempo antes.
Cristina no tuvo esa suerte: fue condenada en pleno ejercicio de sus funciones. Todo un hito en la historia argenta. Y, a la sazón, un demérito en su haber.
No obstante, la vicepresidenta “la sacó barata”. ¿Acaso no es bien poco una condena a seis años de prisión para alguien que robó miles y miles de millones de pesos a lo largo de sus años de gobierno?
Lo imperdonable de la cuestión, es que el “choreo” se conocía desde un principio, pergeñado a través del siempre eficaz Lázaro Báez. Amén de las crónicas periodísticas de entonces, los detalles aparecen en el libro Dossier K, que este periodista publicó en el año 2009. ¿Tanto tiempo pudieron tomarse los jueces para la condena, que no se hará efectiva sino hasta dentro de varios años más, cuando pase por las instancias de Casación y la Corte Suprema?
Como sea, los que frecuentan a Cristina aseguran que el presunto caso de Covid que la aqueja en estas horas es una pueril excusa para ocultar otro cuadro: una incipiente depresión que la aqueja por lo ya mencionado.
Entretanto, la poca tropa K que queda busca insuflar otro escándalo, para tapar -al menos en los medios- el derrotero de la jefa: el viaje de jueces y funcionarios del PRO a una estancia de Joe Lewis en Lago Escondido, presuntamente pagado por los capitostes del grupo Clarín.
Ciertamente, la operación venía marchando viento en popa, pero aparecieron una serie de datos que empezaron a incomodar a los operadores del Frente de Todos. Porque aparecen personajes en la trama que son “tropa propia”. A saber:
1-Uno de los que hizo la travesía es el ex agente de Inteligencia Leonardo Bergroth, ex jefe de Legales de la AFI en tiempos de Antonio Stiuso, cuando Cristina era presidenta de la Nación y motorizaba “carpetazos” a pedido de ella.
2-Otro de los que se dejan ver en la trama es el “bolsero” de publicidad Tomás Reinke, quien maneja la millonaria pauta de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. En el pasado, hizo lo propio para otros referentes del kirchnerismo.
3-El vuelo fue realizado con la empresa Flyzar, perteneciente a un empresario muy ligado al kirchnerismo llamado Gustavo Carmona.
4-Aparece en el culebrón Julian Leunda, el “número dos” de Fabián De Sousa, socio de Cristóbal López en el grupo Indalo y dueño del canal C5N, identificado claramente al kirchnerismo. Leunda les juró a los implicados que podría tapar el escándalo mediático. Ello le costó su cargo en el gobierno de Alberto Fernández.
Amén de las probadas implicancias de propios y ajenos, aún quedan demasiadas preguntas sin responder: ¿Qué fueron a hacer a Lago Escondido los involucrados en el viaje? ¿Quién dio a conocer la información? ¿Por qué?
Todo parece enmarcarse en una suerte de “guerra de espías”, de la cual aún restan conocer algunas precisiones. Demasiadas, en realidad.
Por lo pronto, la venganza por la filtración ya empezó a motorizarse. Los complicados por la visita a la estancia de Lewis comenzaron a ventilar los detalles de otro viaje, realizado por esbirros de Stiuso entre el 20 y el 26 de octubre a Madrid.
Allí, a España, arribaron Guillermo Coppola y Lucas Nejamkis, secretarios privados del otrora mandamás de la ex SIDE. También fue parte de la comitiva el juez Ariel Lijo; y el fiscal Ramiro González.
El vuelo partió desde Uruguay, para no dejar rastros, y fue realizado a través de la empresa Flyzar, la misma de la trama de Lago Escondido. Como puede verse, es otro escándalo a punto de explotar en las narices de la política. Con el consiguiente “enchastre”.
Volviendo a la otra trama, la de Lewis y los chats de Telegram, el principal denunciante involucró en la trama al mendocino Orly Terranova, dueño de MDZ. Pero la fiscal jura que el dato es falso.
"Se constató que la empresa, conocida en plaza bajo el nombre de fantasía Flyzar pertenece al empresario aeronáutico Gustavo Fernando Carmona y no a un mendocino de apellido Terranova (presuntamente candidato a concejal del PRO), como había señalado el denunciante”, según la presentación de la funcionaria judicial.
Sea como fuere, todo parece indicar que hay algunos vivillos que aprovechan la inercia del escándalo para cobrar puntuales facturas políticas dentro del PRO.
Refutando a Verbitsky y CFK en la Justicia
Durante esta semana, se presentará un elocuente escrito en el marco de la causa judicial que investiga el atentado contra la vicepresidenta, caratulada “Sabag Montiel, Fernando Andre y otros s/homicidio agravado con ensañamiento - alevosia querellante: Fernandez de Kirchner, Cristina y otros” expediente CCC 2998/2022.
Allí, el abogado Hernán Seivane aportará fotografías “que desmienten lo que difunden determinados medios de comunicación sobre la participación de la Sra. Brenda Elizabeth Uliarte y que fueran publicitados por la vicepresidente Cristina Elisabet Fernández en sus redes sociales con la recusación a la Sra. Jueza”.
En el documento, al cual tuvo acceso exclusivo Tribuna de Periodistas, se explica que, “en la nota del 30.10.2022 en la nota Operaciones de Inteligencia del periodista Horacio Verbitsky en el portal Cohete a la Luna se escribió que ‘una persona muy parecida a Uliarte aparece frente a la Casa de Gobierno junto con Carrol, Almeida y otros de los conspiranoicos: el agente de la AFI macrista Emmanuel Danann o Manuel Jorge Gorostiaga, a) Marco Galiani, y Seivane, a quien ya vimos abrazado con Bullrich’. E incluso acompaña una foto señalando a la supuesta Brenda Uliarte”.
A tal efecto, el escrito explica: “La realidad es que después de que en las redes de la Nueva Centro Derecha se demostrara el grueso error cometido por el periodista, la información fue editada en el portal (...) Pero hay una foto que lo desmiente: Uliarte aparece frente a la Casa de Gobierno junto con Carrol, Almeida y otros de los conspiranoicos: el agente de la AFI macrista Emmanuel Danann o Manuel Jorge Gorostiaga, a) Marco Galiani, y Seivane, a quien ya vimos abrazado con Bullrich”.
Acto seguido, aparece citado este cronista: “Ante esta desinformación, me contacta el periodista Christian Sanz del portal Mendoza Today y le contesto la siguiente pregunta: ¿Por qué creés que Verbitsky te pone en medio del complot? Obviamente a mi me ponen por el tema de ser el abogado de ellos, además de ser miembro de la agrupación y tener fotos con Patricia Bullrich, que es lógico porque además soy el abogado del sindicato de farmacéuticos y bioquímicos de Peretta, y participé de su campaña a jefe de Gobierno. Lo gracioso es que Verbisky puso una foto donde hay una chica petisa y media pelirroja como si fuera Brenda, y puso incluso que participó de una marcha, pero era otra piba. Por eso, cuando vio que los pusimos en evidencia editó lo que decía y dijo que era una persona parecida. Es muy obvia la operación que han armado los K”.
A través de una impecable argumentación y con documentos y fotos que son irrefutables, el abogado Seivane destroza con eficacia las pretensiones del kirchnerismo -y del propio Verbitsky- de relacionar a la banda de los copitos con la agrupación Nueva Centro Derecha como presunta financista del ataque contra Cristina.
Se aclara que la omisión de revelar otros tramos de la presentación judicial es a los efectos de no “avivar giles”. Pero este lunes se publicará la denuncia completa.
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