Hace unos días tuve un grave inconveniente personal, el cual me requirió contar con una suma de dinero que no tenía en mi poder. Apelé en ese momento a amigos y conocidos para que me auxiliaran, descontando por lejos que sería ayudado holgadamente por alguno/s de ello/s. Más allá de la amistad de años y años que nos une a varios de nosotros, debo confesar que soy acreedor de la mayoría a los que solicitaba auxilio. De hecho, la suma de todo el dinero que me deben es muy superior al que necesitaba.
Ante mi elocuente sorpresa, sucedió algo inesperado: de alguna manera u otra, todos mis ¿amigos? empezaron a justificarse para no darme la mano requerida. Las excusas brindadas fueron realmente inverosímiles, sobre todo teniendo en cuenta que nos conocemos hace años y la mayoría de ellos fueron auxiliados por mí cuando lo necesitaron.
Hubo otros que me dijeron que me ayudarían y acto seguido desaparecieron por completo de la faz de la Tierra. Lo cierto es que los días pasaron y finalmente no pude resolver mi grave inconveniente. La bronca que esto generó en mí no fue tan grande como sí fue la decepción por lo sucedido.
Fue entonces un buen motivo para reflexionar sobre la amistad y repasar sobre algunos tópicos de las relaciones humanas.
Lo primero que recordé es algo que solía decir mi abuela: "los verdaderos amigos se ven siempre en las malas, muy pocas veces en las buenas". Gran verdad, sobre todo porque casi todos mis conocidos y amigos siempre "han estado allí" ... sólo cuando me han necesitado. De hecho, fue esta la primera vez que los necesité a ellos.
Es raro el concepto de amistad, algo intangible e imposible de medir. Un sentimiento que nunca se sabe si es realmente puro o no, que se dice noble pero muchas veces es lo contrario.
"Amistad es un sentimiento convenido con otra persona, donde se busca confianza, consuelo, amor y respeto", jura el diccionario, intentando definir algo que no puede encuadrarse tan fácilmente. Para algunos, la amistad nace del mero conocimiento de otra persona, toda vez que aparenta haber una simbiosis con ella. Para otros, es la construcción cimentada de una relación de muchísimos años, donde intervienen no pocas cuestiones interpersonales.
Asimismo, hay quienes dicen que la amistad entre el hombre y la mujer no es humanamente posible, otros aseguran enfáticamente lo contrario.
Independientemente de la definición que cada persona haga de la amistad, es real que uno siempre espera que el otro esté dispuesto a poner el hombro ante la adversidad de "su amigo". Es dolorosa la "amistad" cuando esto no sucede. Y la definición de "amor y respeto" trastocan en el dolor más íntimo.
Entonces uno dice la lapidaria frase de siempre: "Ahora sí se quiénes son mis amigos y quiénes no". Y vuelta a empezar de nuevo, en una calesita que nunca termina. Donde la experiencia de los años sucumbe ante la debilidad del corazón.
Tal vez suene imbécil este análisis sobre amistad, y seguramente lo es. Pero es la catarsis que necesito hoy para descargar la bronca de saber que la amistad no es más que una máscara engañosa que en muy pocos casos logra caer del todo.
Christian Sanz
*Dedicado a mis poquísimos amigos, los verdaderos.