La provincia de San Luis está situada en el centro-oeste del país. Limita al norte con la provincia de La Rioja, al este con Córdoba, al sur con La Pampa, al oeste con Mendoza y al noroeste con San Juan. En ella existe uno de los principales destinos turísticos: Merlo, la tercera ciudad más importante de la provincia con un "microclima" que es considerado uno de los mejores del mundo, caracterizado por una particular "ionización negativa" de la atmósfera.
Gobierna esa especie de "paraíso" el intendente Sergio Guardia, un radical con muy buena llegada a los vecinos de Merlo, y quien fuera reelecto en su cargo por apenas 47 votos, venciendo al justicialista Claudio Poggi.
Este periódico entrevistó a Guardia hace algunas semanas y se asombró por algunos de sus conceptos. "Tenemos el privilegio de ser el único municipio radical de San Luis", aseguró con vehemencia apenas comenzada la entrevista.
Luego prosiguió con definiciones más que elocuentes:
-¿Cómo es su relación con los hermanos (Adolfo y Alberto) Rodríguez Saá?
-Es una relación complicada, a pesar de que —debo admitir— comencé a tener relevancia nacional gracias a ellos. Uno de los problemas que tenemos es respecto a la coparticipación: nos "coparticipan" por 11.000 habitantes y somos el doble, 22.000.
-¿Puede aclarar este último punto?
-Como no: del 100% de coparticipación que envía la Nación a San Luis el 50% se lo quedan ellos (los Rodríguez Saá). Al 50% restante le suman todos los impuestos provinciales y hacen una nueva división, el 80% para ellos y el 20% restante para los municipios. A su vez, de este 20% nos descuentan un 4% para "fondos políticos". En ese contexto, tenemos necesidades concretas sin resolver.
-¿Por ejemplo?
-Tenemos un hospital que no tiene lavarropas ni computadora.
-¿Esto significa que no hay diálogo con los Rodríguez Saá?
-Yo tengo muy buen diálogo con los Rodríguez Saá, pero no alcanza. Las obras de infraestructura, por ejemplo, las terminamos manejando por vía extra-administrativa.
-¿Cómo evalúa su propia gestión?
-Bien, hay que tener en cuenta que cuando asumí en el año 2003 este era un pueblo sin "identidad propia" y fue transformándose en uno con identidad.
-¿Cómo lo logró?
-Es un cambio que se fue dando solo, nosotros solamente acompañamos y aportamos. Ahora estamos implementando un "Plan estratégico de desarrollo" para mejorar la parte urbanística y social de Merlo, a través del cual se están relevando las necesidades de la gente. Se contrató a una consultora para que visitara a cada vecino y le pregunte no sólo qué hace falta en Merlo, sino cómo desarrollarlo. La que buscamos es lograr que la calidad de la gente mejore.
-¿Y qué cosas faltan en Merlo?
-Faltan varias cosas: colegios, clínicas, estaciones de servicio, complejos gastronómicos...
-No hemos visto grandes librerías (de libros) ni bibliotecas.
-Es verdad, faltarían librerías y una buena biblioteca popular, donde la gente se junte los viernes por la tarde, como solía suceder en su momento. Aprovecho para decirles que tenemos muy buenos exponentes de la cultura y el arte, como Juan Carlos Ortega y Viviana Palestini. Les aconsejo que los entrevisten.
-Otro tema que hemos visto con preocupación es el de las cooperativas. Hay gran abuso para con el vecino de Merlo y la gente muestra gran insatisfacción por ello.
-Bueno, hay que tener en cuenta que las cooperativas han nacido por la necesidad de la gente y que luego Merlo creció más de lo esperado.
-Si, estamos de acuerdo, pero eso no justifica el abuso. Por ejemplo ¿cómo es posible que Internet sea más caro que en Buenos Aires y el servicio sea tan malo?
-Tengo entendido que la banda ancha la maneja una empresa de Villa Mercedes que admitió en su momento que debe hacer una especie de "ampliación" a Merlo. El tema es que se tiene que hacer una inversión de 2 millones de pesos.
-Que hagan la inversión entonces o que dejen que ingrese al mercado alguna otra empresa del ramo. Otro caso similar es el del agua.
-Ojo, hasta el año pasado el agua era barata. Lo que pasa es que ahora quieren cambiar el sistema y cobrar por la "cantidad de usufructo" y la gente se queja, pero es algo que está bien. El viejo sistema era más cooperativo y perjudicaba al que consumía menos, por eso han decidido cobrar por lo que efectivamente se consume.
-El concepto no está mal, el problema es que cobran muy caro. Le hablo en comparación con otras provincias.
-Puede ser, pero acá el tema es más complicado, ya que hay un problema concreto con la falta de agua. Y las obras para mejorar la situación son muy caras y complicadas.
-Cambiando de tema ¿cómo ve el boom turístico que vive Merlo?
-Me gusta, pero con límites. Hay una tendencia ahora a permitir en todos lados lo que se conoce como "turismo social" y yo particularmente no estoy de acuerdo. Me gusta el turista que viene a aportar a la economía.
-¿El "turista social", el jubilado o el estudiante, no consume acaso?
-Está demostrado que un jubilado tiene un gasto promedio de $80 por día, un turista "no social" lo duplica, llegando a gastar $150 diarios o más. No tengo problema con el turismo social, de hecho está permitido en Merlo, sólo que no estoy de acuerdo. Es lo que está destrozando al turismo en general en otros lugares del país.
-Finalmente, nos gustaría mencionarle con preocupación que hemos visto mucha droga en las calles.
-Bueno, es por los turistas que vienen de otros lugares y traen droga.
-Eso no es real, el negocio de los estupefacientes no se moviliza de un lugar a otro, necesita afincarse en algún lugar y eso es un trabajo de meses y hasta años ¿Cómo se entiende que alguien se tome la molestia de introducir drogas y afianzarse para después volver a su lugar de origen?
-Sí, puede ser, igual es un tema que nos cuesta mucho manejar. Hemos querido hacer cosas y no fue posible. Las denuncias que hacemos quedan en la nada, a pesar de que se sabe quiénes son los que venden droga acá.
-Nos imaginamos algunos de esos nombres... Una cosa más ¿A qué se dedicaba antes de ser intendente de Merlo?
-Soy profesor de educación física.
-Muchas gracias por la entrevista.
-Gracias a ustedes, estoy a su entera disposición.
Christian Sanz
(con la colaboración de Osvaldo Villares)