Llegó para salvar a su esposa. Todo lo demás fue liturgia, excusa, banalidad e incoherencia. "Súper Kirchner" apareció anoche —nuevamente— para rescatar a una Cristina devaluada —más de lo que indicaría el INDEC— por el desgaste de no saber cómo llevar adelante de manera medianamente coherente las riendas del gobierno de nuestro país.
El discurso de Néstor, rentado como siempre, no estuvo exento de contradicciones y lugares comunes: convocó al diálogo, por caso, pero vinculó al campo con los golpes de Estado de 1955 y 1976. ¿Es una válida invitación a charlar con semejantes términos? ¿Con qué ánimo las entidades del agro irán este mediodía a hablar con Cristina K?
La exposición de Néstor —no fue más que eso— se realizó en el Centro Galicia de la Ciudad de Buenos Aires, ante 500 intendentes obsecuentes del PJ, rentados y convocados con la excusa de ungir a la nueva conducción de la Federación Argentina de Municipios.
Otra contradicción: a pesar de haber convocado a hacer "una cadena de cariño, amor y solidaridad", Kirchner criticó los cortes de ruta del campo y atacó a los gobernadores e intendentes díscolos. "En pleno centro Galicia, todo parecía un chiste de gallegos", señaló uno de los concurrentes.
Algunas partes relevantes del discurso:
-"Me causó profundo dolor que los más favorecidos salieran a cortar rutas y a tirar la comida de los argentinos. Ese no es un signo de fortaleza, sino de intolerancia, que recuerda los golpes de 1955 y 1976".
-"No se puede tener un pie en un lado y otro en otro y ser políticamente correcto".
-"Como presidente del PJ no voy a aplicar la cultura de la confrontación sino la del amor, la de unirnos todos".
-"Propongo convocar al hombre de campo que entiende que hay que hacer una patria para todos".
-"En este espacio no vamos a especular si haya un poco más de viento para acá o para allá. Vamos a apoyar hasta el fondo".
A pesar del llamado conciliador, Néstor Kirchner volvió a su intolerancia de siempre al asegurar que: "Allí estuvo en un bar Cecilia Pando con 100 personas que apoyaron a los genocidas: hubo sectores del 55 y el 76". ¿Alguien cree realmente que la impresentable Pando tiene semejante poder de convocatoria como el que se ha visto días atrás? ¿No hay alguien capaz de señalarle esta perogrullada al ex presidente?
Cada vez somos menos
A pesar de que el kirchnerismo se arrogó un éxito total de convocatoria al acto, la realidad es que fueron muchos menos concurrentes que los esperados. Por caso, los gobernadores presentes sólo fueron los más comprometidos con el kirchnerismo, como Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Urribarri (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa), Juan Manuel Urtubey (Salta) y José Luis Gioja (San Juan). No estuvieron Das Neves, Juan Schiaretti (Córdoba), Celso Jaque (Mendoza), Luis Beder Herrera (La Rioja), Maurice Closs (Misiones), Daniel Peralta (Santa Cruz) y Walter Barrionuevo (Jujuy).
Lo mismo sucedió con los ministros del gabinete de Cristina: sólo estuvieron la mitad de ellos, los chupamedias de siempre que intentan escalar de alguna manera dentro de la estructura del poder K. Estuvieron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, Julio De Vido, Oscar Parrilli —secretario general de la Presidencia—, Guillermo Moreno, el canciller Jorge Taiana, Florencio Randazzo, el líder de la CGT, Hugo Moyano y los intendentes bonaerenses Julio Pereyra y Alberto Descalzo.
La gran cantidad de "faltazos" que pudo observarse anoche demuestra que el poder de la billetera del kirchnerismo flaquea lenta pero efectivamente. Se puede mentir a la sociedad durante un tiempo, prometiendo un país federal, justo y con igualdad de posibilidades, pero después de un mandato completo y el inicio de uno nuevo donde la mentira termina siendo un "bumeran" que golpea duramente en la cara de quien no ha cumplido sus promesas, la sociedad comienza a reaccionar contra el "monstruo" que antes había creado y apoyado.
Es inútil la amenaza de Néstor, en este contexto, de hacer una seguidilla de actos en el interior, en apoyo de su esposa. Ya es tarde.
Concluyendo
Mientras Néstor Kirchner despotrica contra el campo y acusa de "golpistas" a todos aquellos que están en desacuerdo con las políticas de su cónyuge, la justicia federal —Rodolfo Canicoba Corral mediante— está a punto de cerrar una causa judicial que investiga el crecimiento descomunal del patrimonio kirchnerista, el cual ascendió en casi 11 millones de pesos desde la llegada del matrimonio a la Casa Rosada.
Son paradojas de un país que empieza a desperezarse después de cuatro años de inacabables mentiras oficiales.