Una muerte oportuna. Es la mejor definición que puede darse al deceso de Luis Tarzia, sindicado falsamente como presunto nexo entre Sebastián Forza y los narcos mexicanos en la ruta de la efedrina, ocurrida hace unas horas en una clínica porteña, adonde había sido derivado hace dos días desde el penal de Marcos Paz.

    Pocos saben que Tarzia había pactado dar a la fiscalía de Mercedes detalles puntuales de sus encuentros con Sebastián Forza y los negociados que ambos venían manejando respecto a venta de medicamentos y efedrina. Esto lo saben los abogados Miguel Angel Pierri y Francisco Chiarelli, este último defensor del supuesto narco.

    No puede asegurarse que Tarzia haya sido asesinado, pero sí que fue dejado morir, ya que, según Chiarelli, este había presentado ante la justicia diversos "pedidos para que Tarzia cumpla la detención en su domicilio o en algún lugar donde pudiera ser atendido, pero todas las solicitudes fueron rechazadas por el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionato Márquez, y la Cámara Federal de San Martín".

    Lourdes Serrano, esposa de otro de los detenidos, Rodrigo Pozas Iturbe, aseguró algo similar a este periódico: "Hace varias semanas, la hija de otro implicado mexicano de este asunto había comentado el estado de salud del Sr. Tarzia, que es un testigo importante para esclarecer todo este asunto. El señor estaba muy enfermo, era asmático —yo soy asmática de toda la vida y es una condición que se debe tratar, sobre todo cuando estas en situación de alto estrés— y por la misma situación que estaba viviendo en la cárcel, el asma se había complicado, hasta causarle un edema pulmonar.

    El señor llevaba pidiendo atención medica mucho tiempo atrás, y recién hace 48 horas lo trasladaron a un Hospital y como consecuencia de la negligencia judicial, el señor murió.

    Es muy peligroso todo este asunto porque significa están eliminando testigos ya sea por 'negligencias' o 'accidentes' como sea que lo quieran llamar. El juez que lleva la causa tenía conocimiento del estado de salud del señor, que ya era mayor e hizo caso omiso a todo esto".

    Si el comentario es sugestivo, más aún lo es el hecho de que Tarzia haya muerto justo el 31 de diciembre, momento en que la atención general suele estar enfocada en temas triviales. Es una fecha en la que los trabajos sucios suelen tener más efectividad que en otros momentos del año.


Concluyendo

    Desde hace varias semanas, las causas por la investigación del triple crimen y la "ruta de la efedrina" han dejado de aparecer en los medios. La primera posee avances sustanciales que se irán conociendo a partir de febrero de 2009. La segunda, es una verdadera payasada, digitada por miembros del Poder Ejecutivo Nacional. El juez Faggionato Márquez —quien aún no ha podido justificar su creciente fortuna personal— obedece mansamente, encarcelando a verdaderos perejiles.

    ¿Cómo es que nadie aún ha apartado a semejante corrupto de su cargo? ¿No dijo hace pocas semanas Faggionato que estaba por meter presos a certeros "peces gordos"? ¿Por qué el Consejo de la Magistratura lo protege?

    La única realidad es que, en el marco de ambas causas judiciales, siguen apareciendo muertos: a los tres "empresarios" asesinados, se sumó poco después Ariél Vilán y hace horas Luis Tarzia.

    Lo más triste es que, en la media que la Justicia no avance de manera independiente, seguirán surgiendo nuevos cadáveres.