Cuando tenia 17 años no sabía todavía el significado de la palabra “cáncer”. Sin embargo, trataba de que nadie se diera cuenta de ello, ya que trabajaba en una farmacia y el tema recurrente de muchas conversaciones era justamente el de las enfermedades. En esos días, aplicaba inyecciones a personas que se acercaban a requerirlo.
Uno de los fármacos que más inyecté en ese año fue uno que me llamaba tremendamente la atención. En su etiqueta se dejaba leer la palabra “Hansi” y servía –según el comentario de aquellos que se lo aplicaban- para remitir distintos tipos de cáncer.
Si tuviera que hacer una evaluación del producto por mi experiencia personal, tendría que decir que es un completo fiasco. Todas las personas a las que les apliqué esas inyecciones terminaron falleciendo.
Pero como las experiencias personales no sirven para poder evaluar científicamente -a nivel metodológico- una situación específica de este tipo, me remito a hacer un análisis del producto en sí. Con ustedes, la historia de “Hansi”.
El método Homeopático Activador Natural del Sistema Inmune (Hansi), es un descubrimiento (léase "invento") realizado por el fitólogo argentino Juan Hirschmann junto a la ayuda del médico obstetra Ernesto Crescenti y se supone que permite la cura de enfermedades como el cáncer, SIDA, artritis, reuma, asma, síndrome de fatiga crónica (sfc) y otras dolencias que tengan que ver con la disminución de las barreras inmunológicas.
Hirschmann asegura que, hace algo más de treinta años, descubrió una terapia con la que lograba disminuir -y en muchos casos desaparecer- tumoraciones de origen cancerígeno a través de un tratamiento vinculado a las plantas, en especial los "cactus". Las investigaciones avanzaron y –supuestamente- le permitieron comprobar su éxito en animales y, paulatinamente, en humanos.
Es bueno aclarar a esta altura que, según Hirschmann, los compuestos extraídos del cactus no actúan químicamente, sino “energéticamente”, por lo que se trataría ni más ni menos que de otro ineficaz medicamento homeopático.
De hecho, en los días en los que se hacía pública la aparición de “Hansi”, la Secretaría de Salud Pública advirtió que luego de analizar el producto no se encontró principio activo alguno, por lo cual nunca se sabrá el detalle de su formula ni cuál es su mecanismo de acción.
Para agregar más polémica, en el año 1993, el laboratorio Canovas afirmó que en realidad el “Hansi” estaba fundado en un producto homeopático para tratamientos veterinarios, llamado Canovas 200, que había sido solicitado por Hirschmann “para dárselo a un amigo con cáncer”. Un producto que, según se desprende de los propios dichos del abogado de Canovas, “si se lo analiza sólo posee agua y alcohol”.
Casualmente, en ese mismo año se produciría una fractura entre Crescenti y Hirschmann: este último comenzó a sostener que el primero habría modificado la fórmula original.
Finalmente y, luego de estudios variados, lo único que ha quedado en claro respecto a las acciones del “Hansi” sobre el organismo es que traería no pocas complicaciones, especialmente infecciosas: abscesos, empiemas y sepsis. También hematomas y dolor en el sitio de aplicación. Asimismo, se han cultivado frascos cerrados y abiertos encontrándose diferentes gérmenes: Cándida Sp, Acinetobacter Sp, etc.
El Dr. Ernesto Gil Deza, especialista en temas oncológicos, se muestra bastante crítico al hablar del tema: “En uno de nuestros pacientes bajo este tratamiento observamos síndrome Cushing. También observamos progresión en la enfermedad hasta un estado de incurabilidad en dos casos de pacientes portadores de tumores potencialmente curables, quienes se negaron a recibir tratamientos convencionales. No hemos podido observar ningún beneficio objetivo relacionado con su administración cuando los pacientes recibieron solo Hansi”.
Es evidente que "Hansi" no es una disciplina que se pueda encuadrar dentro de los parámetros de la ciencia. No sólo eso, si funcionara entraría en lógica contradicción con algunas leyes de la física y la química.
Frente a lo dicho, lo único que nos queda esperar por parte de los que lucran con este método, es que se aboquen a realizar algún estudio que pueda demostrar sus aseveraciones, ya que hasta ahora no existe ninguna investigación independiente que haya avalado los supuestos de dicha doctrina.