Cuando Florencia Macri fue secuestrada el pasado martes 29 de abril, los pensamientos inevitables de su elitista familia evocaron aquellos días de septiembre de 1991 en los que Mauricio Macri fue secuestrado durante dos semanas y posteriormente liberado a cambio del pago de 6 millones de dólares.

Aquel incidente cambió para siempre las costumbres en materia de resguardo de la familia: tanto Mauricio como Franco se volvieron obsesivos en el tema seguridad, no sólo por ellos mismos, sino por el "clan Macri" en general.

Que este incidente haya sucedido en fechas de convulsión política no parece casual. Organismos de inteligencia nacionales y extranjeros vienen alertando acerca de posibles "operaciones políticas" desde hace varios meses y no es poca cosa, teniendo en cuenta que en lo que va del año ya han muerto:

-Dos testigos claves contra el menemismo (Marta Meza y Lourdes Di Natale)

-Un comisario que investigaba la "aduana paralela" (Roberto Piazza)

-Una treintena de policías en servicio.

Eso sin hablar de algunos atípicos secuestros que han sucedido fuera del marco de lo habitual en ese tipo de delitos.

Es obvio que el secuestro de Florencia Macri deja mal parado al gobierno de Eduardo Duhalde. Al mismo tiempo beneficia el discurso de Carlos Menem que insiste en poner a las Fuerzas Armadas al servicio de la seguridad interior.

¿De qué hablan los informes de Inteligencia que auguran "operaciones políticas"? De hechos delictivos como "secuestros", "magnicidios" y "muertes accidentales" que servirían a efectos de producir una elocuente desestabilización política. El beneficio sería lograr la mejor "performance" de Menem y tangencialmente tratar de hacer desistir a Mauricio Macri de su candidatura a Jefe de Gobierno en la Capital Federal.

El secuestro de su hermana Florencia se parece demasiado a lo que le sucedió a Antonio Echarri. Las sospechas en ambos casos son fuertes y cuesta creer que los secuestradores de la hija de Macri se conformaran con los U$S 750.000 entregados por la familia, es decir, la mitad del botín que habían solicitado a uno de los "dueños" de la Argentina.

La funcionalidad política en ambos secuestros jugó a favor del menemismo y su gente. Suena a demasiada casualidad que se estén cumpliendo tantas predicciones de organismos de "espías". Y que se cumplan tan al pie de la letra.

Lo cierto es que desde el entorno de Menem hay demasiada preocupación por la segura derrota de su "jefe". Saben que si Menem pierde en la segunda vuelta, los espera la posible cárcel.

Es por eso que ya han iniciado "negociaciones" con el duhaldismo: ofrecen "tranquilidad para gobernar" al futuro Presidente a cambio de "impunidad".

Mientras tanto, el actual Gobierno intenta tomar distancia de las especulaciones sobre operaciones políticas. El gobernador bonaerense, Felipe Solá, se quejó hace pocos días de que "la inseguridad es tomada como un tema de campaña electoral". Todo un gesto.

De adentro y de afuera

La desesperación de Menem y los "impresentables" que lo acompañan no sólo está enfocada en la situación política interna. Hay acuerdos no escritos con gente de "afuera" que no han sido cumplidos en el primer y segundo gobierno del "Carlo" y que ahora se tornan impostergables. Personajes sirios innombrables, entre otros, encabezan la lista de gente a satisfacer.

Asegura una fuente del propio entorno de Menem que el candidato riojano teme por su seguridad personal luego de las elecciones. Y es que existiría un pacto por el cual habría prometido que si su persona permanece intacta hasta el 18 de mayo, regresaría a la Casa Rosada a culminar los citados acuerdos.

No olvidemos que el ex presidente se codeó antes y durante sus dos gobiernos con personajes vinculados al tráfico de armas y drogas y se sabe que a muchos de ellos los defraudó, lo cual disparó atentados como el de la Embajada de Israel y la AMIA y la muerte de su propio hijo.

Tal vez en este marco pueda entenderse la desesperación del entorno de Menem y la "extraña" cantidad de secuestros y muertes producidos en estos meses electorales.

Y hablando de casualidades, llama la atención que ambos secuestros en la familia Macri —de Mauricio y Florencia— se hayan dado en sendas vísperas de elecciones.

¿Será casual o causal?