Desde que comenzó la investigación por el triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en agosto de 2008, Tribuna de periodistas denunció —y anticipó antes que nadie, con nombre y apellido— quiénes eran los personajes que la Justicia debía investigar para llegar a la verdad. Se aseguró que la ruta de la efedrina nada tenía que ver con la muerte de los tres "empresarios" y que todo se había armado para simular una muerte provocada por el narcotráfico mexicano. Es dable mencionar que los carteles mexicanos son reales y están en nuestro país, por lo cual deben combatirse con todas las armas, pero no tienen nada que ver con las muertes mencionadas.
La Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, poco después de la denuncia de este medio, admitió que no había vínculo alguno entre los expedientes por el tráfico de efedrina y el triple crimen. En esos días, el kirchnerismo se desesperaba por unificar las causas judiciales y poder "aglutinarlas" en el juzgado del destituido juez de Zárate-Campana, Federico Faggionato Márquez, a efectos de manejar el expediente a piacere.
Los nombres detrás del múltiple asesinato de General Rodríguez están en la causa judicial que hoy cursa en la ciudad de Mercedes y fueron aportados no sólo por este periódico, sino también por familiares de los fallecidos "empresarios". Nada ha hecho la Justicia para dar realmente con los homicidas y eso provocó que dos de ellos abandonaran el país.
En breve, este periódico contará en detalle esa trama, la cual parece extraída de una telenovela foránea.
El espíritu de este artículo es ofrecer a la Justicia una serie de pistas que ayudarán a avanzar en la causa judicial denominada la "ruta de la efedrina". Se hace por este medio debido a que Faggionato Márquez jamás se animó a llamar a declarar a quien escribe estas líneas, aún cuando su testimonio fue ofrecido en más de una oportunidad.
Sinuoso camino
Sabido es que Damián Ferrón ha sido uno de los tres "empresarios" asesinados en agosto de 2008 en General Rodríguez. Pocos saben que trabajaba codo a codo con un oscuro personaje llamado José Luis Salerno, dueño de una cadena de farmacias y droguerías que han sido pantalla de negocios de todo tipo.
Salerno fue quien envió en su nombre a Ferrón a algunas de las reuniones en las cuales se negoció con mexicanos el envío de efedrina al país del norte. Luego de la aparición de los tres cadáveres, muchos entendieron el por qué del enorme nerviosismo mostrado por Salerno. También entendieron su elocuente silencio.
Lo que calla Salerno es una trama que involucra a personas de poder de diversa índole: empresarios, policías y funcionarios políticos. Las caras visibles son el propio Salerno y Gustavo Alfredo Ricchiuto, un cirujano plástico que negoció su libertad en la causa judicial a cambio de señalar a media docena de perejiles. A los mencionados, hay que agregar al fallecido Damián Ferrón, quien cierra el triángulo societario junto a los mencionados.
En tal sentido, si la Justicia quiere avanzar en el esclarecimiento de la trama de la efedrina, debe avanzar sobre los siguientes tópicos:
-Indagar a un vendedor de Famérica —despedido— de nombre Fernando, que era el contacto con un tal Marcial, el cual trabaja dentro de Famérica. Marcial era quien "sacaba" efedrina de Famérica y se la entregaba a Salerno. La cadena seguía a través de —ya mencionado por este medio— Ibar Esteban Pérez Corradi y otros compradores eventuales.
-Investigar la firma Todofarma. Una de las dueñas, Ana María, es quien negociaba directamente con Salerno sobre modalidades y volúmenes de compra de efedrina.
-Poner el foco sobre la firma Fharmazgroup SRL de Salerno y el negocios del tráfico de psicofármacos lista IV. Aparte de la efedrina, Salerno —junto a Richutto y tal vez a Ferron— vendía ilegalmente drogas como fentanilo, meperidina, ketamina, pemolina, sevofluorano, que sólo pueden prescribirse con receta archivada.
En esta parte de la operación intervenía el hermano de Salerno, Silvio Gustavo ídem, quien por una parte conseguía sevofluorano en el Hospital Posadas y se la entregaba a su hermano para su comercialización. Richutto era el componente necesario en la operación por cuanto era quien autorizaba a Fharmazgroup mediante el otorgamiento de los vales del ministerio de Salud Pública que autorizaban la compra de drogas controladas. Esto se puede comprobar mediante la compulsa de los libros de Fharmazgroup y los registros del ministerio, por cuanto dichos vales están numerados y registrados al ser adquiridos por este médico en el Ministerio.
-Sondear respecto a un laboratorio ubicado en la localidad de 9 de Julio, instalado bajo el amparo y protección del Secretario de Gobierno de la intendencia, Jorge Silvestre. El proyecto iba a ser el siguiente paso al trafico de efedrina; esto es, la industrialización de drogas sintéticas y de diseño.
-Escrutar sobre Oscar Lema, uno de los personajes ocultos más importantes de la trama. Lema es una especie de socio informal de Salerno y además su financista. Fue introducido por Richutto en la sociedad y es quien comienza a darle vuelo al volumen de las operaciones de venta de efedrina y otras drogas controladas por el aporte de grandes sumas de dinero.
-Investigar a Carlos Romero —celular 15-4531-8272—, vecino de Villa Sarmiento y viejo amigo de la familia Salerno. Romero es otro de los financistas en las operaciones de efedrina y drogas controladas. Días antes de la muerte de Leopoldo Bina, Sebastián Forza y Damián Ferrón, Salerno tuvo contactos con Romero por cuanto sabía que era uno de los financistas de la operación y estaba preocupado por su seguridad.
-Indagar sobre la persona de Karina, asistente personal de Salerno y Ferrón. Esta mujer era la mano derecha de los socios de Farmazgroup en Av. San Martín 1800. Era ella quien tenía exclusivamente el control y manejo del dinero que se utilizaba en las operaciones de efedrina y drogas controladas. Al advertir la complejidad y riesgo de las operaciones que llevaban adelante sus jefes, renunció. Fue en junio de 2008 y recibió una muy buena compensación dineraria por su silencio.
-Rastrear a Alejandro Barros Vas, empleado de confianza de Salerno y Ferrón. Era quien hacia las veces de escolta en las reuniones que mantenían sus jefes en las operaciones. Puntualmente, acompañó a Salerno a la reunión que este mantuvo con los mexicanos traficantes el día 28 de julio de 2008 en el café Open Park.
Finalmente, el dato más importante: debe analizarse la línea telefónica correspondiente al número es 4584-9016, jamás investigada por la Justicia, por desconocer su existencia. A través de ese número, Salerno llevó adelante casi todas sus operaciones. Actualmente, los titulares de esa línea son los directivos del HSBC Bank Argentina, pero hasta mediados del año 2008, se encontraba en el anterior domicilio de Fharmazgroup en Av. Nazca 1346.
Es dable mencionar que, a efectos de confirmar todo lo denunciado en el presente artículo, se consultó a diversas fuentes de información y se analizó documentación oficial de la firma Fharmazgroup. Asimismo, en estas horas, se intenta pactar una entrevista con la ex esposa de Salerno, Ana María Nuñez, a efectos de refrendar otros datos que aún no han podido ser verificados y que en breve serán publicados.
Ahora, es el turno de la Justicia.