Cabrol luchó seis años para conocer el paradero de su hija y en los últimos meses estaba dedicada a recorrer diferentes ciudades del país para continuar con su búsqueda, pegando afiches con su foto.
Su drama comenzó el 25 de julio de 2004, cuando su hija Fernanda –de entonces 13 años– fue secuestrada cerca de la casa familiar. Se sospecha que habría sido víctima de una red de trata de personas, aunque
La trama secreta
Desde el primer momento en que desapareció, se sospechó que Fernanda había sido víctima de una red de “trata de menores” y “prostitución infantil” vinculado a altos escalafones de la policía de esa provincia protegidos a su vez por gran parte del poder político entrerriano.
Respecto a esto último, fue el ex gobernador Jorge Busti quien señaló a Miguel Angel Lencina como autor del secuestro de Fernanda, aportando como única evidencia una serie de antecedentes por el delito de violaciones reiteradas cometidas por este.
Sumado a lo sospechoso del señalamiento, a poco de haber sido detenido en la seccional 5ª de Paraná, Lencina fue hallado muerto, supuestamente –siempre según la versión oficial- ahorcándose con un trozo de la frazada que tenía en su cama y a la que habría cortado con los dientes.
Ante el interminable asombro de la opinión pública, las crónicas periodísticas dieron cuenta de que el cuerpo del “suicidado” había aparecido colgado a una reja del techo del patio cerrado, a la que habría llegado subiéndose a una silla o trepando una puerta.
En el cuello, Lencina tenía “un surco de ahorcadura” -según dice la autopsia-, pero nunca se hicieron otros estudios para determinar si la marca era previa o posterior a la muerte.
Amén de lo extraño de que una persona pueda cortar una frazada con los dientes, es realmente sospechoso que el sospechoso aparezca suicidado un día después de que su familia advirtiera que esto podía suceder.
Por caso, su madre, Esther Torres, en medio de una denuncia por “golpizas” contra
Por lo antedicho, no cabe duda alguna de que el elemento más valioso para encaminar la pesquisa sobre la desaparición de Fernanda Aguirre, era garantizar la vida del principal sospechoso, Lencina.
Según publicó el brillante periódico Análisis digital de Entre Ríos en esos días “a Miguel Angel Lencina había que cuidarlo hasta de un resfrío. Porque no solamente resultaba vital para esclarecer el episodio y su autoría, sino y mucho más importante aún, para encontrar a Fernanda sana y salva.
Hasta el más lego en materia criminalistica podría advertir este presupuesto, porque no es lo mismo colectar pruebas para imputar con solidez probatoria la responsabilidad de un homicida, con el cuerpo del delito ya aparecido, que luchar denodadamente cuando ese cuerpo se halla todavía ausente y horas, minutos y hasta segundos cuentan en la desesperada tarea de hallar a la víctima con vida”.
En concreto, si hasta entonces no se habían implementado medidas rigurosas para cuidar la integridad de Lencina, las revelaciones de su madre debieron tomarse como un mensaje contundente y al que se debió prestar enorme atención.
Las sospechas de siempre
Si bien el Jefe de
Es más que sospechoso que, tratándose del único detenido clave, a Lencina no se le haya asignado una custodia personal. Recordemos que, al momento de "suicidarse", el guardia más cercano estaba a
Cuando hilamos fino, podemos percibir que la policía aparece como uno de los sectores más sospechosos, no sólo por sus propias inconsistencias y contradicciones, sino por sus antecedentes. Recordemos que
Tal vez en ese sentido se entiendan las palabras de la madre de Lencina, quien había denunciado que su hijo era sometido a tormentos por parte de la policía para que se declarara autor del secuestro de Fernanda Aguirre. La abogada de la familia, Nora Lanfranqui apuntó en el mismo sentido: “mi representado siempre aseguró que era inocente y que le querían cargar algo en lo que no tenía nada que ver”.
A todo lo antedicho hay que sumarle un hecho que pasó totalmente desapercibido y que tiene que ver con el abandono sorpresivo de la investigación de la desaparición de Fernanda Aguirre por parte de
Inentendiblemente y, en medio de duros cruces con los investigadores del caso, gente de la mencionada organización denunció que no los dejaban rastrillar zonas donde esperaban encontrar importantes indicios. Se trata de en una zona donde apareció el cadáver de una mujer asesinada hace diez años por Lencina, y en donde investigadores de la brigada canina encontraron una bolsa con tiras de tela manchadas con sangre.
“Donde fue hallada la última víctima de Miguel Lencina, encontramos una bolsa de plástico con unas tiras de tela con sangre”, dijo Juan Carlos Lombardi, miembro de
Busti, el hombre clave
Entre Ríos es una provincia que ha sido manejada más que discrecionalmente por un personaje tenebroso llamado Jorge Busti, ex gobernador y experto en codearse con el poder nacional de turno, lo cual le ha permitido manejar sus negocios personales con protección oficial.
Así como supo abrazar a Carlos Menem, Busti aprendió a aggiornarse y hoy gusta estrechar su cuerpo con el del caprichoso Néstor Kirchner.
Mientras tanto, la provincia de Entre Ríos agoniza por el flagelo de las drogas, la prostitución y los negociados políticos. La policía opera protegida por el poder de turno y los corruptos se protegen entre sí, con Busti a la cabeza.
Es dable recordar, pues, que Busti fue denunciado por el entonces fiscal de Investigaciones Administrativas entrerriano, Oscar Rovira, por casi 200 hechos de corrupción por un monto estimado en 180 millones de dólares.
"Paraná está conformada sobre la base de una estructura de tipo mafioso", y "el justicialismo y el radicalismo están de acuerdo en mantener un sistema de connivencia para seguir repartiéndose el poder; y con el poder, la impunidad", denunció oportunamente Rovira.
En el marco de la muerte de Lencina, el ex gobernador entrerriano ha sido señalado por
Concluyendo
No es muy difícil saber qué pasó con Fernanda Aguirre. Sólo hay que investigar a la policía y a algunos de los hombres más cercanos a Busti.
Quien se anime a hacerlo, se encontrará con muchas sorpresas, incluso con el por qué de la muerte de Miguel Lencina.
Lamentablemente existen muchas “Fernandas Aguirres” en Entre Ríos.
Chicas que, mientras Ud. lee esta nota, son explotadas sexualmente en algún lugar de esa asolada provincia.
Christian Sanz