Existe una conocida frase que dice que, “si tiene pico, patas y cola de pato, seguramente es un pato”. Tranquilamente podría trazarse una analogía con lo ocurrido esta semana, cuando trascendió que estuvieron reunidos el todopoderoso CEO de grupo Clarín, Héctor Magneto, con Eduardo Duhalde y los personeros más relevantes del peronismo opositor, de la talla de Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri.
¿Fue una mera reunión de amigos? difícilmente. Por empezar, se sabe que hubo innumerables y vanos intentos de que el encuentro no trascendiera públicamente. Luego, son sintomáticas las contradictorias —cuando no, vagas— explicaciones de los diferentes concurrentes al ágape clarinista. ¿Por qué tanto misterio, si no se trató de nada “anormal”?
La realidad indica que ese encuentro fue sólo la coronación de una serie de reuniones que venía sosteniendo el propio Magnetto con diversos referentes de la más rancia oposición, tanto política como empresaria.
No se trata de nada nuevo ni novedoso: el propio kirchnerismo tiene registrados cada uno de los encuentros gracias a los inefables —y siempre cuestionados— “servicios” de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), la cual ha destinado a partir de 2008 puntuales agentes justo enfrente del domicilio del CEO de Clarín, en la calle Arroyo 1180.
Allí, Magnetto supo encontrarse con diversos personajes de la política opositora, la industria y el campo, bajo la atenta mirada de los espías vernáculos. El oficialismo siempre supo de esos encuentros y los siguió silenciosamente; el último de ellos fue entre el CEO y Carlos Reutemann, justo antes de que este declarara que no se postularía como candidato presidencial en 2011.
Sin embargo, lo que provocó el enojo gubernamental fue que el último encuentro de Magnetto fue con todos los “enemigos” oficiales al mismo tiempo. ¿Para qué se reunirían más que para conspirar contra el kirchnerismo?, se preguntó más de uno en Casa de Gobierno al enterarse de la novedad. Ese encono explica el duro discurso de la presidenta Cristina Kirchner el pasado viernes 6 de agosto, cuando aseguró que le daba miedo "una clase de políticos que se subordina a las corporaciones".
¿Es así? ¿La oposición se ha subordinado al grupo Clarín? El contraste entre la benevolencia con la que “el gran diario argentino” trata a los peronistas disidentes y la dureza hacia el matrimonio Kirchner —muchas veces justificada, hay que decirlo—, es la respuesta más elocuente.
Parte de esa explicación está dada en el temor que ostenta el grupo Clarín por la embestida que el gobierno le ha propinado en diversos frentes, especialmente en torno a los hijos de Ernestina Herrera de Noble, el desmembramiento del “monopolio” y la intervención en Papel Prensa. Esto motiva, en parte, los encuentros entre el poderoso CEO y los referentes opositores, los cuales vienen dándose cada vez con más asiduidad.
Magnetto intenta mostrarse poderoso y de alguna manera lo ha logrado. No casualmente, el CEO de Clarín apareció esta misma semana en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), junto al presidente de Techint, Paolo Rocca y otras figuras de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), entidad nacida principalmente para hacer lobby político a favor de sus integrantes.
En fin, la imagen de media docena de políticos opositores ingresando en fila al domicilio de Magnetto, es toda una postal de cómo se intenta cocinar hoy la política anti kirchnerista. Es que en la reunión de marras se habló justamente de ello, de quién es el candidato más beneficiado por las encuestas para competir en 2011 contra el aparato K.
Como sea, el sentimiento de culpa persigue hoy a los invitados a la casa del poderoso CEO, a punto tal que ninguno ha dado detalles puntuales de lo allí hablado. En esa cuestión es donde nace el interrogante más crudo: si no querían que se los viera “alineados” a Magnetto, ¿para qué aceptaron reunirse en su propio domicilio y en secreto?
Otra duda en sentido inversamente proporcional: si no quería parecer una suerte de referente político opositor, ¿para qué invitó el CEO de Clarín a aquellos que están identificados claramente con el peronismo disidente?
Hay un dato que no es menor en medio de este culebrón y tiene que ver con la estrecha relación que existe entre Magnetto y Duhalde. No es un vínculo nuevo, basta ojear las páginas políticas de diario Clarín para darse cuenta de que, desde el año 2002, jamás el matutino ha maltratado al ex presidente y actual senador. ¿Es casual que esto haya ocurrido luego de que Duhalde aprobara la Ley de Bienes Culturales ese mismo año, norma que permitió a Clarín no perder parte de sus activos a pesar de las enormes deudas que mostraba en esos días?
No es este medio lo que se dice "oficialista", tampoco antikirchnerista —aunque se ponga la lupa de manera más feroz sobre los Kirchner por estar hoy en el poder— sólo se intenta mostrar con honestidad las miserias de la política de hoy. Por ello, es necesario resaltar esta situación, que ha terminado de “blanquear” una historia que permanecía en las sombras y que obligará, más temprano que tarde, a salir a la luz del sol a los vampiros de la política que anhelaban seguir ocultos.
No es poco.
Christian Sanz