Las declaraciones fueron sorpresivas, inesperadas y, aunque se efectuaron en Alemania, cayeron como estruendo en la sociedad argentina. Se trata de las palabras que la presidenta Cristina Kirchner pronunció ante el semanario alemán Der Spiegel, cuando aseguró que durante la última dictadura militar, tanto ella como su marido habían sido detenidos "varias veces".
Como si ello no hubiera sido suficientemente impactante, la mandataria afirmó que durante esa época ambos se encontraban "en una especie de exilio interno". "Como juristas no podíamos trabajar al servicio del Estado, pero sí como abogados independientes. Nos encontrábamos en una especie de exilio interno", agregó Cristina.
Las palabras de la Presidenta escalaron al punto de aseverar que en una oportunidad "colocaron una bomba" en su despacho "que no llegó a explotar y en otra ocasión le prendieron fuego".
No debió pasar demasiado tiempo para que el ex diputado provincial Rafael Flores, refutara sus dichos: en una entrevista que le realizó la agencia OPI Santa Cruz, el ex compañero de los Kirchner, aseguró que jamás existieron “detenciones” al matrimonio Kirchner. “Jamás en mi vida, por lo menos el tramo que compartimos juntos, (Kirchner) me mencionó un secuestro”, agregó el dirigente.
Cuando fue consultado respecto a la bomba a la que hizo referencia Cristina, Flores señaló: “Lo de la bomba no sabría decirte con seguridad si se trató de una bomba… era un paquete y muy pocos supieron qué contenía verdaderamente ese paquete, o si era una bomba; el tema no tuvo nada que ver con que eran perseguidos por el gobierno militar, sino más bien fue un problema judicial que por esos años tenían con una persona que revistaba en Aeronáutica (Fuerza Aérea Argentina) y se decía que el tipo jugaba fuerte, pero en realidad nadie vio si era una bomba real o trucha, eso quedó en el aire; de todas maneras creo que algo de veracidad tenía”.
No es la primera vez que la historia desmiente los dichos de Cristina y su marido, quienes gustan inventarse un pasado progresista que no poseen. Un interesante aporte lo da el libro “El amo del feudo”, escrito en el año 2003 por el periodista Daniel Gatti; allí, se narran los dichos de Néstor Kirchner a Radio del Plata a fines de los 90: “Yo fui preso con Isabel en el ’74, cuando derrocaron a Jorge Cepernic, fui preso en el ’75, por la 20.840, fui preso en el ’76 y fui preso en el ’77, por contrario a una ley de tipologías abiertas...”, sostuvo entonces el ex Presidente, tratando de justificar el uso del avión provincial para impedir la derogación de la una ley provincial.
Sin embargo, según cuenta la obra de marras, sólo existió una reclusión formal, “ordenada por el coronel Calloni, jefe de Área y primer responsable del gobierno de la dictadura en Santa Cruz”. En esa ocasión, según cuenta Gatti, Calloni trató “afectuosamente” a Néstor.
“El trato siempre fue de Doctor y el interrogatorio lo realizó el propio Calloni, sin esposas ni capuchas (…) Luego de confirmar su presencia en la plaza y la de los estandartes, Calloni les pidió disculpas por no detenerlos en el cuartel, aduciendo falta de espacio y que los debería alojar en la Unidad Penal Federal 15, de la ciudad”, refiere el autor.
Como puede verse, el pasado del “matrimonio oficial” es utilizado y manipulado de acuerdo a las necesidades de la época. Por caso, el Néstor Kirchner que hoy comparte palco con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, es el mismo que no quiso recibir a mediados de los 90 a Hebe de Bonafini en Santa Cruz, siendo él mandatario provincial.
Por su parte, la Cristina que jura que debió trabajar como letrada “independiente”, es la misma que hoy es investigada por usurpación de título de abogada.
Ambos, insisten en asegurar que fueron grandes “luchadores” contra la represión, pero los hechos mismos los desmienten: mientras sus compañeros de militancia eran torturados y desaparecidos por la sangrienta dictadura militar, ellos se llenaban de dinero a través de la más condenable usura financiera.