Si algo le faltaba a los permanentes desaciertos que viene cometiendo la oposición vernácula, esto era justamente la coronación de Javier González Fraga como candidato a vicepresidente de Ricardo Alfonsín. Una errática elección que podría conspirar contra los deseos de
Es que González Fraga ostenta un pasado que no le hará nada bien al radicalismo y que, más temprano que tarde, le será enrostrado al propio candidato radical por el oficialismo —y otras fuerzas— para debilitarlo políticamente.
Opacado economista y ex presidente del Banco Central de
El hoy compañero de Alfonsín, tuvo un papel esencial en los negocios que Pharaon hizo en Buenos Aires a través del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), ya que fue su asesor financiero a la hora de manejar algunas de las operaciones más cuestionadas. Una de ellas fue la construcción del hotel Hyatt, cuyas irregularidades fueron desnudadas por la jueza María Romilda Servini de Cubría y que obligaron a poner pies en polvorosa a Pharaon.
Si ello no fuera suficientemente elocuente, hay que recordar que González Fraga, cercano en estos días al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, también fue director del Banco República y de Federalia SA, ambas firmas pertenecientes al oscuro banquero mendocino Raúl Moneta.
¿No conocía estos antecedentes Alfonsín a la hora de elegir a su compañero de campaña? ¿Qué clase de mensaje intenta dar el radicalismo al refrendar una fórmula semejante?
Los prometedores discursos y anuncios de campaña del candidato Ricardo acaban de caer en saco roto. ¿Qué contundencia podría tener ahora un eventual señalamiento de corrupción al kirchnerismo? ¿Cuánto demorará el bumerang oficial en golpear de lleno en el rostro al hijo de Raúl Alfonsín?
En fin, el desacierto del radicalismo solo puede en estas horas ser celebrado por dos únicos sectores: el del Gobierno y el del socialismo que acompaña a Hermes Binner.
El gobernador santafesino, por caso, debe estar festejando en este preciso instante por no haber acompañado a Alfonsín en su carrera inequívoca al fracaso político.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1