Definido oportunamente por Wikileaks como el funcionario más “proamericano” del gabinete del Ejecutivo Nacional, Amado Boudou ostenta una maestría en Economía a través del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), el cual está lejos de poder mostrarse como un lugar progresista.
Luego, para que no queden dudas respecto a sus preferencias ideológicas, hay que recordar que el hoy ministro militó activamente en la UCEDE, donde se formó incluso políticamente.
Quienes recuerdan su gestión como secretario de Hacienda y Finanzas en el Partido de La Costa entre 2003 y 2005, lo ubican en el extremo opuesto al supuesto progresismo que hoy muestra.
En ese mismo espectro ideológico lo ubican quienes compartieron con él su paso por las firmas Ecoplata y Venturino Eshiur en los años 90.
Pero no es lo único que podría cuestionarse a Boudou: en diciembre de 2010, diario Clarín denunció que el hoy candidato a vice de Cristina supo espiar las computadoras de los empleados del Ministerio de Economía, a través de la conformación de un “Grupo Especial”.
El hecho quedó refrendado a través de una resolución que se dictó un año antes y que no se publicó en el Boletín Oficial para evitar un escándalo político.
La intromisión en la vida de los funcionarios estaría elaborada para detectar filtraciones y controlar las acciones privadas de determinados funcionarios de carrera que no comparten la visión de Boudou y son críticos del equipo económico. Básicamente porque estas normas de “inteligencia” no se aplican ni en empresas, ni en otras reparticiones públicas.
En su texto la resolución exactamente dice que “el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas tiene la facultad de controlar los e-mails enviados por los agentes”.
El documento de la polémica resolución “lleva la firma de Amado Boudou, tiene aproximadamente 20 carillas, lleva el número 464 y fue aprobada subrepticiamente el 30 de diciembre del 2009”. El documento permite crear el “Grupo de Internet del Proyecto de Informática del Ministerio de Economía”, con amplias facultades de intromisión en la privacidad de los funcionarios y empleados. El “comité” comenzó activamente a trabajar a partir de mediados de año.
Si ello no fuera suficientemente escandaloso, el jefe de la Cartera de Economía también habría habilitado la ampliación de la oficina de prensa para hacer seguimientos sobre periodistas críticos de su gestión.
“La cuestión se mantiene en el máximo de los secretos y obedece a la fobia que Boudou le tiene a los hombres de prensa que puntualizan sus errores, impericias y equivocaciones”, publicó oportunamente Clarín.
En fin, independientemente de esta última anécdota, es llamativo que Cristina haya elegido a Boudou como quien la acompañará en octubre. Se trata de un candidato que solo parece haber generado satisfacción en el rostro de Hugo Moyano y que no carga con un pasado de militancia en la izquierda.
"Lealtad". Esa ha sido la virtud que decidió a Cristina a elegir a quien la acompañará electoralmente. No importa el conocimiento técnico-político o los pergaminos que se arrastran, solo la lealtad.
Eso explica claramente cuál será el papel que deberá actuar Boudou de cara a octubre.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1