El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, asumirá mañana como nuevo ministro de Economía, en reemplazo de Amado Boudou, con la misión de darle continuidad al perfil de gestión que impuso el flamante vicepresidente electo con la venia de la Casa Rosada.
También comenzará la era de Norberto Yauhar al frente del Ministerio de Agricultura, en lugar de Julián Domínguez —ahora presidente de la cámara de Diputados—, mientras que la titular de la cartera de Industria, Débora Giorgi, y continuará en su cargo, al igual que Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central.
Lo mismo ocurriría con el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien tras algunas idas y venidas en las últimas semanas con respecto a su futuro rol durante el segundo mandato de la presidenta Cristina Kirchner, mantendría finalmente su puesto.
Pero además el celador de precios y hombre clave de la gestión kirchnerista podría ver acrecentado su poder en el Palacio de Hacienda, con una mayor injerencia en las políticas de Estado vinculadas a la actividad empresarial e incluso la posibilidad de controlar las operaciones de comercio exterior.
En este contexto, fuentes oficiales dejaron trascender que Moreno podría asumir atribuciones que estaban designadas a la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, que depende de la Cancillería nacional y cuyo titular, Luis María Kreckler, pasó a ser embajador en Brasil.
La labor de Moreno volvió a ser elogiada públicamente por la jefa de Estado, que también dedicó loas a la tarea que encabezó el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para aplicarle un cepo al dólar, mantener así controlada a la divisa estadounidense y contrarrestar una ligera corrida.
Echegaray sí está confirmado en su cargo, a diferencia de Moreno, que en su entorno de trabajo había dejado entrever su intención de alejarse de la primera línea de fuego del Gobierno, aunque una charla con la Presidenta sirvió para que empiece a cambiar de opinión.
Ahora, suena con fuerza la posibilidad de que el funcionario continúe en el puesto y se afianza como un hombre de peso en la estructura del Palacio de Hacienda.
Por su parte, Lorenzino, de 39 años, asumirá en reemplazo del vicepresidente electo en una ceremonia prevista para mañana por la tarde en el Ministerio, después de la asunción de Cristina para liderar su segundo mandato al frente del Ejecutivo nacional —acompañada por Boudou—, tras imponerse cómodamente con el 54 por ciento de los votos en las elecciones de octubre.
En ese marco, el ascenso del joven abogado —de profesión—, oriundo de Puerto Madryn, pero radicado en La Plata, se podría combinar con la llegada del número dos de Aerolíneas Argentinas (AA), Axel Kicillof, al Palacio de Hacienda para liderar la Secretaría de Política Económica.
En las últimas semanas, la gestión de Kicillof en la empresa de bandera en tándem con el gerente general Mariano Recalde fue blanco de duras críticas debido a los conflictos gremiales en AA y sobre todo el déficit que registra.
Lorenzino, que desempeñó un rol clave en la renegociación del último canje de deuda, está a favor de que el país se siente a negociar con el Club del País y que regrese con celeridad a los mercados internacionales.
Con su designación, Cristina dio una señal inequívoca de continuidad del modelo económico que defendió Boudou, mientras confió en el subsecretario de Pesca, Yauhar, para que asuma el puesto que dejó libre Domínguez en Agricultura.
Mientras tanto, los ministros Giorgi (Industria), Julio De Vido (Planificación Federal) y Carlos Tomada (Trabajo) seguirá en el cargo, al igual que Marcó del Pont al frente de la autoridad monetaria nacional.
Tomada —como De Vido— integra el Gobierno desde el inicio de la era kirchnerista y que tendrá una actividad crucial: evitar un desborde en los reclamos salariales e intentar acercar posiciones con el jefe de la CGT, Hugo Moyano.
NA