El gobernador de Río Negro, Carlos Soria, murió esta madrugada tras recibir un disparo en el rostro —a esta altura se habla de dos balazos— en un confuso episodio en una chacra de su propiedad ubicada en la zona de Paso Córdoba, en cercanías de General Roca.
La muerte del gobernador fue confirmada a la prensa por el secretario de Información y Coordinación de Río Negro, Julián Goinhex.
Efectivos de criminalística se encontraban en el lugar del confuso episodio junto al vice gobernador de la provincia, Alberto Weretilneck.
El mandatario, asumido en su cargo el 10 de diciembre último, falleció a las 4.47 de la madrugada tras ser atendido en un hospital zonal por médicos que no pudieron salvarle la vida debido a las gravísimas lesiones que presentaba.
Según dijeron fuentes policiales a Noticias Argentinas, Soria había recibido el año nuevo junto a su familia en una finca ubicada en la zona de Paso Córdoba, a unos 10 kilómetros de la ciudad rionegrina de General Roca.
Por causas que son investigadas, el gobernador recibió uno o dos disparos de arma de fuego —que sería un calibre 38— uno de ellos en uno de sus ojos, lo que le produjo una hemorragia que no pudo ser contenida por los médicos y le provocó la muerte.
Cuando llegaron los médicos y los efectivos de la Policía provincial, Soria se encontraba en su cama matrimonial con el cuerpo semidesnudo y totalmente ensangrentado, pero aún con signos vitales.
En estas horas, las sospechas más fuertes recaen sobre Susana Freydoz, la esposa del fallecido gobernador, quien fue demorada y era trasladada esta mañana a la central policial de General Roca para declarar sobre lo ocurrido.
Tribuna de Periodistas contó oportunamente cómo en julio de 2002, la por entonces senadora nacional Cristina Kirchner denunció a Soria, entonces titular de la SIDE, por haber ordenado presuntamente un minucioso seguimiento a Néstor Kirchner, quien se perfilaba como candidato a presidente.
En aquel momento aquella información fue relativizada por el Gobierno nacional encabezado por Eduardo Duhalde, a través del entonces secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, quien paradójicamente llegó a ser jefe de Gabinete de la denunciante Cristina Kirchner.
La denuncia penal, difundida entonces por el diario Página/12, incluía el presunto instructivo que la SIDE había distribuido entre sus agentes para reunir información detallada sobre Cristina y Néstor Kirchner, por entonces gobernador de Santa Cruz.
Entre las indicaciones, se ordenaba informar sobre "todo desplazamiento que realice el gobernador al interior provincial, o al resto del país, detallando día, hora y lugar del acto, funcionarios que lo acompañan desde Río Gallegos, funcionarios que lo reciban (si es posible determinarlo), agenda política, medio de desplazamiento elegido, lugar y tiempo de estadía y (de ser posible) tenor del mensaje que tenga preparado".
En aquel momento, Aníbal Fernández, ironizó sobre la veracidad de la denuncia al pedir "diez minutos, un papel A4 y una buena impresora" para hacer un "instructivo más lindo", antes de afirmar que le sonaba "raro".
En estas horas, las dudas superan a las certezas y las contradicciones están a la orden del día.
José María González