Este jueves, Aníbal Fernández se dispone a presentar su proyecto de despenalización de la tenencia de marihuana en el Senado Nacional, mientras en Mar del Tuyú, localidad bonaerense distante a 400 kilómetros de la Capital de Argentina, un ciudadano se ve obligado a ultimar a su propio hijo porque éste drogado y con un cuchillo en la mano, pretendía matar a la familia y llevarse el dinero de la casa para comprar drogas.
Recordamos a la opinión pública que el consumo de drogas en la Argentina está despenalizado desde octubre de 1988 y lo que ahora se pretende desde el despacho de Fernández es despenalizar la tenencia y el cultivo de marihuana, convirtiendo a nuestra nación en un libre productor de cannabis, lo que no tendría gran relevancia si no fuera porque la marihuana es creadora de personalidades paranoicas, psicóticas y esquizofrénicas.
Ayer se vio claramente las consecuencias directas de la actual Ley de Salud Mental creada por un psicólogo de incierta matrícula e impulsada por Aníbal Fernández. La norma cuestionable, frena la internación compulsiva de personas considerándola secuestro y procesando al médico tratante como secuestrador.
Esto imposibilita que se tomen medidas inmediatas sobre aquellas personas que desbordadas por el consumo ensayan conductas alarmantes, las que, al no ser frenadas en tiempo y forma, convierten al afectado en un potencial homicida.
Seguramente, Fernández en la conferencia de prensa donde presentará en sociedad su proyecto de despenalización de la tenencia de marihuana, encontrará la manera de compatibilizar sus ideas políticas con la trágica muerte del joven adicto a manos de su padre y reivindicará el consumo de sustancias como una cuestión recreativa, que está llevándonos a visitar los cementerios con mucha más asiduidad que en décadas anteriores.
Claudio Izaguirre
Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina