Si hay un logro que no se le puede negar al kirchnerismo, es el de haber dividido a los sociedad primero, y a los medios y periodistas después. Esta estrategia, que no es novedosa en nuestro país —ya que es la misma que utilizaba Juan Domingo Perón en sus dos primeros gobiernos— hace que hoy, tanto los medios periodísticos impresos, canales de televisión, radios, diarios y portales de noticias se dividan en oficialistas y opositores.
Lógicamente, desde la visión de una persona promedio, no se puede llamar a un medio o a un periodista “opositor” por el solo hecho de no defender, promocionar o aplaudir los actos de gobierno, sean los que sean, pero esa es la estrategia del oficialismo.
Desde el kirchnerismo parecen ignorar que, precisamente, la función del periodismo es observar, investigar, informar y opinar, tanto al gobierno como a la oposición. Pero claro, también es más que evidente que al kirchnerismo no le simpatiza el rol que debe realizar la prensa, máxime cuando ésta ventila las intimidades de tantas cosas mal hechas.
Podría confeccionarse una larga lista de acciones mal realizadas por el kirchnerismo, comenzando por los ya emblemáticos fondos de santa Cruz, las tierras fiscales de El Calafate, la valija de Antonini Wilson, los retornos por los subsidios, el falso título de abogada de Cristina Fernández, el crecimiento patrimonial del matrimonio Kirchner, los vuelos deliberado del Tango 01, el caso de las Madres de Plaza de Mayo, el caso Skanska, en fin, la lista es muy frondosa, y más si se le agregan las mentiras que cuentan, o las promesas que jamás se cumplieron.
El kirchnerismo, en honor a la verdad, en materia de canalladas no es nada creativo, ingenioso o capaz de inventar nada nuevo, puesto que todas estas chicanas ya fueron utilizadas por muchos gobernantes. Incluso, hasta podría aseverarse que copiaron el modelo del tristemente célebre ministro de propaganda de
Lógicamente que los tiempos han cambiado y, la Argentina actual no es
No es ninguna novedad que para contrarrestar a la prensa crítica, opositora, anti k o como se les ocurra llamarla, el kirchnerismo trató, desde el principio de sus días, utilizar una especie de “vacuna”, que es, ni más ni menos, la creación de la prensa oficialista, o sea, la enorme cantidad de medios y periodistas cooptados y comprados por el Gobierno.
Es necesario aclarar en este punto, dos cosas. La primera, es que un porcentaje de estos medios y/o periodistas, realmente creen en el denominado “modelo nacional y popular” y, la segunda, es que de ninguna manera está mal que haya periodistas y medios afines al gobierno de turno. Lo que sí es verdaderamente lamentable, es que estos estén pagos con fondos públicos. Algo inadmisible e intolerable bajo cualquier punto de vista. Este es el principal motor del periodismo oficialista, el autodenominado “periodismo militante”, pagado y rentado por el Estado.
En toda esta historia existe, por supuesto, un medio que fue el precursor: diario Página/12, al que, a esta altura de las circunstancias, podría denominarse como el abanderado o decano de los medios K.
Al igual que el kirchnerismo, Página/12 tampoco es precursor, original ni inventor de nada. Lo que este diario hace, simplemente, es copiar la metodología de diario Pravda de la ex URSS fundado por Trotsky o su similar cubano, Granma. Estos periódicos tienen como fin destacar las “buenas acciones” de los gobiernos y atacar constantemente todo aquello que se considere una amenaza para el régimen.
En eso mismo se ha convertido Página/12, en algo así como el “boletín oficial del kirchnerismo”.
Dentro de las obligaciones que ocupan a este diario, se encuentra una muy particular y a la que no escatiman tiempo, espacio y esfuerzo: tratar de desmentir todo lo que se publique en otros medios y afecte a la buena imagen del Gobierno, además de, por supuesto, tratar de desprestigiar a quien se atreva a tanto.
Este es el caso de la nota publicad el martes 15 de mayo, en relación a la denuncia realizada por Christian Sanz, la cual involucra al vicepresidente Amado Boudou por presunto "enriquecimiento ilícito" durante su gestión en el Estado.
En dicha nota, titulada: “Una causa que insiste con el vice” y cuya bajada comienza diciendo: “La denuncia la hizo un periodista de dudosos antecedentes”, firmada por los periodistas Irina Hauser y Raúl Kollmann, además de minimizar el núcleo de la denuncia, dicen, textualmente: “El denunciante es el periodista Christian Sanz, director del sitio de Internet Tribuna de Periodistas, especializado en denuncias. Por ejemplo, sostuvo que el testigo desaparecido Julio López se autosecuestró en connivencia con
No conformes con esto, agregan una subnota titulada: “Quién es el denunciante” y se despachan diciendo lo siguiente: “Christian Sanz, el denunciante de Amado Boudou, se presenta como “periodista de investigación, escritor y docente”, aunque sus antecedentes son oscuros. Durante los ’90 dice haber publicado libros sobre la muerte de Carlos Menem Jr. y otro sobre Alfredo Yabrán, donde daba entidad a leyendas urbanas sobre esas desapariciones. En 2000 colaboró con Héctor Alderete en la creación del sitio Seprin que elaboran ex agentes de inteligencia y años después abrió el portal Tribuna de Periodistas, de tendencia similar. Desde allí, Sanz difundió toda una serie de falsas denuncias contra el Gobierno. Entre otras cosas, Sanz habló de una supuesta connivencia oficial con la desaparición de Julio López, denunció que
Analizando y poniendo blanco sobre negro, lo que publican con total liviandad estos periodistas que suelen cobran suculentos sueldos gracias a los impuestos que pagamos todos los ciudadanos argentinos:
1- ¿En qué se basan para decir que Christian Sanz tiene “dudosos antecedentes”? ¿Cuáles serían, según Página/12? Un buen periodista, si afirma tal cosa, debería, al menos exponerlos.
2- Respecto a la investigación realizada por Christian Sanz, en referencia al caso Julio López, el periodista muestra absolutamente todas las pruebas como para afirmar lo que sostiene. El punto es que es una verdadera lástima que, curiosamente, cada vez que se denuncia algo que afecte al gobierno esto queda en la nada. ¿Por qué será?
3- Christian Sanz no “dice haber publicado libros sobre la muerte de Carlos Menem Jr. y otro sobre Alfredo Yabrán”, sino que efectivamente dichos libros no solo fueron publicados sino que, además, se pueden descargar desde Tribuna. Por lo tanto, además de ser un dato estúpido e irrelevante, es falso.
4- Christian Sanz no colaboró en la creación del sitio Seprin, sino que incluso lo denunció en varias notas. Ahora, en el supuesto caso de que efectivamente esto fuese real, ¿cuál sería el problema? Otro dato estúpido, irrelevante y falso.
5- La nota dice que Christian Sanz realizó la denuncia sobre la inexistencia del título de abogada de Cristina Kirchner. Bien, ¡por fin pegaron una, muchachos! Es cierto, Sanz, no solo hizo la denuncia, además realizó la investigación correspondiente, pero los periodistas de Página/12 omiten decir que Cristina jamás pudo demostrar que efectivamente es abogada y que la causa está cajoneada en el Juzgado de… ¿adivine quién? Sí, acertó, del juez donde caen todas la causas que involucran al kirchnerismo, el inefable Norberto Oyarbide, quien se conformó con un simple y escueto papel firmado por el rector de
6- La nota de Página/12 también dice que Sanz sugirió vínculos de Néstor Kirchner con el narcotráfico. Otro error muchachos, Sanz no sugirió nada, sino que además de decirlo con todas las letras, aportó las pruebas pertinentes.
7- Por último, dice que el denunciante planteó dudas sobre la muerte del ex presidente. Y aquí, mi pregunta es la siguiente: ¿Se puede afirmar y certificar cuáles fueron las verdaderas razones de la muerte de Néstor Kirchner? Las dudas sobre la muerte del ex presidente no solo se las plantea Christian Sanz, sino que se las plantean y plantearon muchas personas en su momento. Sanz no hizo más que reflejar las pocas certezas en torno a ese fallecimiento.
Con estos tristes, ridículos y falsos argumentos, P/12 pretende no solo minimizar un hecho gravísimo de corrupción cometido por el vicepresidente. También intenta desprestigiar a Christian Sanz y al sitio Tribuna de Periodistas.
Esto no es nuevo, sino que es exactamente lo que hizo Amado Boudou: en lugar de demostrar su inocencia en torno de lo que se lo acusa, trata de desprestigiar al denunciante. Lo que se llama en términos legales, tratar de invertir la carga de la prueba.
Resulta raro que sea más ni nada menos Página/12 quien quiera ostentar un lugar de prestigio que perdió hace rato, precisamente hace nueve años.
Tan bajo cae el medio que no se sabe, a ciencia cierta quién, o quiénes, son sus verdaderos dueños y, tan desconfiable es lo que publica que, su columnista estrella, es nada más ni nada menos que el exdelincuente terrorista que hoy goza de libertad gracias al indulto de Carlos Menem: Horacio Verbitsky, a quien podría llamarse como el “López Rega” de Cristina, gracias a su tremenda injerencia sobre todas las decisiones de gobierno. En cierta manera, eso tal vez explique el desastroso camino por el que está transitando la economía argentina.
Este es el rol que hoy cumple, como muchos otros medios, Página 12, el de la propaganda kirchnerista, algo muy diferente a ejercer el periodismo, incluso a ejercer periodismo militante, ya que este se remite a difundir proyectos, propuestas y hasta logros del Gobierno o el partido por el cual militan u opinar bien o mal sobre propios y ajenos, algo muy distinto a mentir o tratar de ensuciar a quienes simplemente decimos la verdad.
Pablo Dócimo
Twitter: @pablo_docimo